30.04.2024 |
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RACING DE SANTANDER

La afición racinguista conmemora 10 años de lucha y devoción por su equipo

Desde el fondo norte del estadio, la resistencia racinguista inició un capítulo que cambiaría la historia del equipo
Los aficionados hartos con la situación del club se acercaron al palco. / NACHO CUBERO/ ARCHIVO
Los aficionados hartos con la situación del club se acercaron al palco. / NACHO CUBERO/ ARCHIVO
La afición racinguista conmemora 10 años de lucha y devoción por su equipo

El recuerdo vivo de 10 años atrás resuena con resistencia y devoción racinguista. La afición, unida y desafiante, se manifestó en contra del consejo y expresó su apoyo a la carrera hacia el palco desde el fondo norte del estadio. En el terreno de juego, se llevó a cabo una protesta inicial para denunciar los impagos, liderada por auténticos héroes que más tarde desafiarían todas las probabilidades.

Un partido clave que marcaría un antes y un después. Todo, en medio de una tensión y una hostilidad hacia los dirigentes de la entidad que va en aumento. Y a la misma se han sumado los propios jugadores. La comunión es total. Todos contra Harry. Nadie parece dudar de quién es el malo de la película.

Es complicado afrontar un partido cuando la primera jugada del mismo es un acto de protesta por los impagos y las mentiras que sufren los jugadores. Sin embargo, el Racing lo hizo por momentos. Apareció y desapareció como el Guadiana dando lugar a un partido irregular pero digno. Dio la cara en todo momento con un equipo con numerosas novedades y repleto de jugadores poco habituales que, por otro lado, ya habían dado la campanada ante el Sevilla. Mantuvieron la eliminatoria con vida y lo hicieron en medio de un campo de batalla en el que a un lado de la trinchera está toda la población y al otro tres o cuatro personas a los que se les terminó el rubor hace tiempo.

El punto culminante sucedió al cuarto de hora del segundo tiempo, cuando un nutrido grupo de aficionados abandonó el fondo norte para irse directamente a la tribuna. Harry y Leticia Vila se quedaron entonces solos junto a sus guardaespaldas y con caras de asustados. Los aficionados incluso consiguieron invadir el palco y entonces volaron hasta los ceniceros. Pudo pasar de todo pero no pasó nada. Fue la intervención de la policía nacional la que consiguió desalojar los aledaños de la zona privilegiada del escenario y, entonces, todo El Sardinero, unido, comenzó a corear el ya habitual «fuera, fuera». Nadie miraba entonces al campo.

La afición racinguista conmemora 10 años de lucha y devoción por su equipo
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