El estallido del "caso Koldo" ha sacudido al PSOE con una fuerza devastadora, dejando su rastro en las más altas esferas del partido. La detención de José Luis Ábalos, quien fuera mano derecha de Pedro Sánchez, ha alcanzado también al exministro de Transportes, a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, a dos ministros y al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Y sobre todos ellos, planea la sombra del propio Pedro Sánchez, quien nunca aclaró los motivos de la destitución fulminante de Ábalos en 2021, tanto como ministro como número tres del PSOE. "Pensar que sabía algo son maledicencias", se defendió Sánchez desde Rabat el miércoles pasado.

En un intento por distanciarse del escándalo, los socialistas insisten en que ni en el Gobierno, ni en el PSOE, ni en Canarias ni en Baleares, nadie tenía conocimiento de los hechos. "Vamos a dejar que la justicia haga su trabajo y esta dirección siempre actúa con la corrupción cortando por lo sano. Estamos sorprendidos por la noticia", señaló Cerdán en los pasillos del Congreso. Esta posición de negación ha sido reforzada por la línea de defensa del partido, que desde el principio ha defendido una política de tolerancia cero contra la corrupción.

Sin embargo, la indignación y la vergüenza han permeado en las filas socialistas. Los ministros expresaron su vergüenza, mientras que la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, se sumaron a este sentimiento. El debate parlamentario sobre la ley de paridad se vio afectado por esta crisis, con el diputado del PP Jaime de los Santos exigiendo explicaciones a Sánchez y Ábalos sobre lo que sabían de los negocios turbios de Ábalos. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, respondió defendiendo la postura del PSOE y lanzando críticas al PP por su historial de corrupción.

El extraño movimiento de Armengol

Otro aspecto llamativo del caso es el relacionado con Baleares, regido entonces por la actual presidenta del Congreso, Francina Armengol. En 2020, el gobierno balear compró mascarillas a la empresa implicada en el escándalo por un valor de 3,7 millones de euros. Sin embargo, lo curioso es que en julio de 2023, cuando el gobierno de Armengol ya estaba en funciones y se esperaba el relevo a la popular Marga Prohens, el Servicio Balear de Salud saliente exigió la devolución de 2,6 millones de euros pagados en exceso. Este movimiento ha despertado interrogantes, especialmente por la tardanza en tomar acción, lo que ha llevado al PP balear a demandar explicaciones.

La gravedad de lo que se ha revelado hasta ahora es tan corrosiva para el PSOE, incluso cuando el caso está bajo secreto de sumario, que Sumar, el socio de coalición del partido en el Gobierno, ha optado por distanciarse rápidamente. "Es grave cualquier forma de corrupción, pero más doloroso es que alguien se lucre cuando nuestro país estaba asolado por una pandemia y la gente estaba muriendo", afirmó la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

José Luis Ábalos estuvo presente en el Congreso durante este jueves. Después de la votación, abandonó el hemiciclo y ofreció breves declaraciones a la prensa, reiterando que no sabía nada sobre los supuestos delitos y que su cese no tenía relación con los presuntos tejemanejes de su colaborador. Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, ha instado a Ábalos a renunciar a su acta de diputado y a Sánchez a no esconderse ante la "gravísima investigación" iniciada por la Fiscalía Anticorrupción tras una denuncia presentada por el PP de Madrid. Feijóo también ha recordado las acciones del PSOE en temas de corrupción, acusando al partido de rebajar penas por malversación y de no proporcionar explicaciones adecuadas sobre casos como el de Tito Berni, Koldo y sus negocios turbios.