29.04.2024 |
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Pedreña y sus veinticinco días de espera

Tras la fiesta del domingo y la resaca de ayer, Pedreña deberá esperar casi un mes para jugarse el ascenso | Meira, Bueu, San Pedro y, probablemente, Isuntza serán sus rivales en el playoff

La expedición pedreñera fue recibida por toda su gente tras conseguir el objetivo el domingo. / SDR PEDREÑA
La expedición pedreñera fue recibida por toda su gente tras conseguir el objetivo el domingo. / SDR PEDREÑA
Pedreña y sus veinticinco días de espera

Tras el susto del sábado y el éxito del domingo, ayer fue lunes de resaca, de descanso antes del inicio de una nueva pretemporada. Porque Pedreña ha dado un paso grande, ha ganado uno de los dos billetes que dan derecho a disputar el playoff, pero le queda quizá el más complicado. De nuevo habrá dos pasaportes en juego y, prácticamente al igual que en la liga, habrá cinco aspirantes. La gran diferencia es que todo se decidirá en un puñado de horas, entre un sábado por la tarde y un domingo a mediodía. Es ahí cuando hay que llegar bien de verdad porque rara vez se permiten errores. Y para conseguirlo, Pedreña dispone a partir de hoy de 25 días para dar forma a una nueva pretemporada, esta vez estival, que le lleve a lo más alto.

25 días es mucho tiempo, pero es la trampa que tiene la competición. El playoff no se celebrará hasta el tercer fin de semana de septiembre, cuando la Bandera de La Concha, que cada año pone fin al verano, haya quedado ya atrás. En concreto, será el día 17 sobre la mar de Bermeo y el 18 en la ría de Portugalete. En ambos escenarios tropezó la ‘Pedreñera’ hace dos años, que fue la primera y, hasta ahora, única vez que ha disputado esta doble cita. Es un playoff que, precisamente hasta ese 2020, siempre había sonreído a los cántabros cuando venían de abajo. Alguna vez incluso de milagro, como Astillero en el 2018, cuando llegó a estar muerto y resucitó a tiempo.

Se vienen semanas de entrenador y de preparador físico. Lo que ya conocen todos es quiénes van a ser los contendientes. Quizá falta por concretar quién será el representante de la ACT que defienda su puesto entre los mejores, pero todo apunta a que será Isuntza. La trainera de Lekeitio se ha metido en problemas durante el mes de agosto y va a afrontar el último fin de semana de competición con 63 puntos, que son cuatro menos de los que tiene Santurtzi, que es la otra trainera que puede caer en la trampa. No parece que lo vaya a hacer porque, en principio, las regatas de Ares y Boiro, que serán las últimas que les quedan, serían más propicias para sus intereses y aptitudes.

De lo que no hay duda a pesar de que todavía queda una regata por disputarse es quiénes van a ser los dos gallegos que van a intentar ascender. Serán Meira, que parece que va a terminar campeón de la LGT, y Bueu, que lideró la tabla durante un buen puñado de semanas. Son los dos grandes protagonistas del verano en el oeste peninsular y los que se han repartido las banderas. Los de Moaña tienen más experiencia que nadie en el playoff porque son, de largo, los que más veces lo han disputado. Conocen todos sus secretos aunque también sus miserias. Tienen una gran colección de fracasos, algunos de ellos decididos por centésimas. El otro aspirante, en cambio, es todo un novato. El 2022 es la primera vez que está asomando entre los mejores.

La cuarta y última trainera que competirá con Pedreña el tercer fin de semana de septiembre será el campeón de la ARC 1, que ha sido San Pedro porque ha sido, de largo, el más regular. Con todo, eso no es garantía de nada. Y pocos lo saben mejor que los trasmeranos, que dominaron de cabo a rabo la categoría en el verano pandémico del 2020 pero que, a la hora de la verdad, no estuvo a la altura. Se desinfló. Y es muy probable que haya aprendido de aquella experiencia como aprendió de la sufrida el pasado año, cuando tuvo una pierna en el playoff y se le escapó en las últimas cuatro regatas. Eso hizo que la preparación en este 2022 haya estado enfocada a llegar, por encima de todo, con el pico de forma a la segunda mitad de la competición.

Lo complicado será mantenerlo hasta el tercer fin de semana de septiembre. Es difícil conseguirlo. Los de la ARC 1 parten en desventaja porque, al contrario que los de la ACT y la LGT, no tienen liga el próximo fin de semana, por lo que se pasan siete días más sin la tensión de la competición. Es algo que sucede todos los años pero a los clubes parece no importarles demasiado porque no lo corrigen a la hora de elaborar el calendario. Precisamente con el objetivo de mantener a sus hombres con las orejas bien pinadas, Pedreña se tomó como gran objetivo clasificarse para la Bandera de La Concha en el 2020 y acudió a la clasificatoria con verdadera ambición, pero no pasó el corte. Se antoja una misión imposible conseguirlo. No lo logró ni el Kaiku de 2008, ni el Astillero del 2009, ni el Portugalete del 2011 y ni siquiera el Orio del 2012. Todos ellos barrieron en liga en la categoría de plata pero ninguno, aunque creyó tener motor para ello, pudo remar en la doble cita donostiarra.

De abajo arriba. Los trasmeranos volverán a intentarlo aprovechando su buen momento y que, en principio, será la única oportunidad que tengan de competir antes del playoff. Además, será también a contrarreloj y con la posibilidad de medirse a aquellos con los que se va a encontrar en las regatas de Bermeo y Portugalete. Es siempre una buena piedra de toque que, por otro lado, es mejor coger con pinzas y no sacar conclusiones. Lo dicen los datos históricos.

Lo que Pedreña intentará mantener durante las más de tres semanas que tiene por delante hasta que se juegue los cuartos es la positiva evolución que ha mantenido. Porque la clasificación que consumó el pasado fin de semana era difícil de intuir en las cinco primeras regatas, en las que los trasmeranos no sólo no fueron capaces de colarse entre los mejores, sino que incluso se quedaron lejos de las banderas. Por ejemplo, en la primera regata se quedaron a catorce segundos, en Zumaia a 21, a 22 en Castro, a once en Elantxobe y a 18 en la segunda de las tres citas pasaitarras de la temporada. Es cierto que en más de una jornada eran resultados condicionados por el hecho de remar en la segunda tanda, pero parecía que al bote le faltaba motor.

Todo cambió en casa y, precisamente, gracias a competir en la segunda tanda y no en la de honor. Encontraron los blanquinegros mejores condiciones y dieron un puñetazo encima de la mesa para ganar su primera bandera. Sólo fue una sorpresa para los despistados porque, aunque los tiempos decían que Pedreña estaba lejos de tocar pelo, lo cierto es que en prácticamente todas las regatas había estado cerca de Zarautz, que sí había conseguido un triunfo. Eso quería decir que Pedreña también podía. Y pudo.

A partir de ahí, la cosa cambió. Los cántabros saltaron a la tanda de honor, ganaron otras tres banderas y en dos se quedaron a sólo dos segundos. Crecían al mismo tiempo que menguaba Arkote. Si uno revisa en detalle los tiempos de algunas regatas, verá que si no estuvo ya decidida la clasificación de Pedreña antes de las dos últimas jornadas fue por unos pocos segundos, a veces centésimas, en momentos puntuales. Las dinámicas decían mucho pero, aún así, la remontada pudo haber saltado por los aires el pasado sábado, cuando al patrón se le rompió el tolete y al cobre de babor el remo. La ‘Pedreñera’ terminó quinta pero fue, sin duda, el resultado más importante del verano. Salvaron la situación perdiendo sólo un punto y manteniéndose por delante a falta de la última regata.

En ésta cumplió Arkote y cumplió Pedreña. Le bastaba al equipo blanquinegro, que celebró la consumación del éxito liguero a lo grande, primero en Bilbao y después en el pueblo, con toda su gente. Ahora toca tomar aire y seguir trabajando para llegar en la mejor condición posible a las regatas de Bermeo y Portugalete. Y prioritario será mantener entre algodones a una alineación que todos se conocen ya de memoria porque apenas ha habido cambios entre jornada y jornada. El equipo tiene lo justo y a buen seguro que con ello intentará llegar hasta el final. Toda obra se diferencia por su acabado y a la de la cuadrilla pedreñera le falta el suyo.

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