Lo importante es tener las ideas claras, saber lo que uno quiere y a dónde quiere llegar. Ganar banderas está bien, pero lo que más interesa a ‘La Marinera’ este verano es lograr el ascenso. Para ello, es importante saber diferenciar objetivos. Ayer vio marchar la bandera desde los primeros compases de la prueba e incluso vio peligrar el liderato, por lo que hubo que elegir. A todo no se puede llegar. Y los patroneados por Mikel García tomaron la matrícula de su máximo rival por el campeonato, que es Lapurdi. El bote francés comandó ese duelo particular entre traineras rojas pero terminó sucumbiendo en un último largo en el que el líder enseñó todo su potencial convirtiendo en vatios cada sueño acumulado durante prácticamente un año de preparación en el que da tiempo a pensar de todo.

No ganó ‘La Marinera’ porque ganó Hondarribia B, que había hecho acto de presencia en la primera jornada pero que se había mantenido en un segundo plano en las dos regatas siguientes. Ayer, sin embargo, le salió un primer largo para enmarcar que le permitió adquirir cinco segundos de renta respecto a los máximos favoritos para la victoria. De pronto, los bisoños remeros verdiblancos se vieron comandando la prueba y, lejos de sentir la presión, se sintieron poderosos. No lograron romper la regata y, de hecho, les fue fácil sentir el aliento de Lapurdi en todo momento, pero mantuvieron el tipo hasta ondear una bandera que les sabe a oro.

La gran amenaza para los hondarribitarras era el bote galo porque Castreña no parecía sentirse cómodo. Enrique Vitoria introdujo sólo dos cambios respecto al día interior sacando del bote a Jesús Arco y Lolo Gutiérrez para sumar a Christian Suárez y Alan Ahedo. El bote se rejuvenecía y perdía peso para hacer frente a las exigencias de una ría a media altura que estaba subiendo.

No salió bien Castreña, que navegó en todo momento por detrás de Lapurdi. De hecho, la distancia no hizo más que crecer en los cuatro primeros largos hasta estabilizarse en los cuatro segundos. El liderato parecía marcharse pero los patroneados por Mikel García demostraron llevar a bordo una importante capacidad de reacción al dar la vuelta a la situación en el último, breve y veloz último largo. Cuando cambió de dirección por última vez, la trainera castreña llevaba tres segundos de retraso respecto a Lapurdi y cinco sobre Hondarribia B. Olvidó la bandera y se fue directamente a por el bote galo, al cual tenía en el otro extremo del campo de regatas.

Las distancias se fueron reduciendo. El giro final fue notable por parte de los castreños y en seguida vio cómo se echaba encima de Lapurdi, a quien le tocó aguantar  como fuera. Pero no aguantó. Vio cómo ‘La Marinera’ se le echaba encima y cómo le retaba a una champa final donde se decidiría el liderato, ya que ambos habían comenzado la prueba empatados a puntos. Y fue menos de un segundo lo que marcó la diferencia. Apenas la proa de la embarcación. Lo tuvo que confirmar la ‘foto finish’ pero todo el que estaba allí sabía que habían llegado antes los castreños.

Fue un buen día para Castro porque la otra trainera del municipio, la ‘Flavióbriga’, corrigió lo sucedido el día anterior. Cambio a sus marcas y al proel, se supo dominador de su tanda y terminó en quinta posición, la primera después de los cuatro de la tanda de honor, que están dos peldaños por encima del resto.