01.05.2024 |
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ATLETISMO

Irene Pelayo: «Ir a los JJOO de París sería un broche gordo»

En el 2017 fue campeona de España de media maratón y el pasado fin de semana lo fue de la maratón entera, lo que le ha hecho una «ilusión especial» - Es una prueba a la que tenía «mucho respeto» y que la dejó a 37 segundos de los JJOO de Tokio

La cántabra Irene Pelayo.
La cántabra Irene Pelayo.
Irene Pelayo: «Ir a los JJOO de París sería un broche gordo»

PREGUNTA.- ¿Cómo se siente una campeona de España de maratón?

RESPUESTA.- Muy contenta. Muy feliz. Parece que he ganado una olimpiada.

P.- ¿Ibas con ese objetivo?

R.- Sí, llevaba tres meses preparándolo. Quería ganar el oro pero no es algo que vayas diciendo antes por ahí porque no sabes lo que puede pasar. Pero sí, estaba buscando la primera plaza, por supuesto.

P.- ¿Te molesta que, sobre todo, se esté hablando de que eres la atleta mayor en ganar un Campeonato de España en una disciplina olímpica?

R.- Que con 43 años te llamen mayor… Y que me lo llamen a mí, que no veo mayor a mi padre aunque tiene setenta años… Esa palabra suena un poco mal. Que esté constantemente todo el mundo hablando de ello te baja la moral al suelo porque hay otras cosas de las que hablar y no tanto de los años que tienes.

P.- ¿Cómo fue la carrera?

R.- Pillé un grupo de chicos y me dije: ‘este es mi grupo’. Y me propuse ir con ellos durante buena parte de la carrera, ver hasta dónde podía ir con ellos porque era la única mujer que iba ahí. Pensé que me podían llevar casi hasta la meta y así fue. La verdad es que se comportaron muy bien y todo fue bien, muy fácil.

P.- ¿El oro en una maratón completa sabe mejor que en una media maratón?

R.- Cualquiera de los dos tiene su lógica. Ganar la media en el 17 me hizo mucha ilusión porque, además, no me lo esperaba, pero este último ha sido más especial aún porque una maratón lo es de por sí. Es que 42 kilómetros no se hacen todos los días ni todos los años.

P.- ¿Es una prueba especial por la historia que tiene?

R.- Suena potente, es algo grande.

P.- ¿Confiabas en que se te fuera a dar tan bien la distancia?

R.- Tardé mucho en dar el paso porque tenía miedo y respeto, ya que 42 kilómetros no son nada fáciles de hacer. Porque no es sólo el día de la competición, ya que lo peor son los tres meses de trabajo y constancia que hay que dedicar antes. Hay que entrenar mucho y es muy duro. Lo peor es la preparación, claramente.

P.- ¿Cómo se preparara una maratón a este nivel?

R.- Hay que meter muchos kilómetros, fortalecer… Te lleva mucho tiempo. Lo fundamental también es el descanso para asimilar todo el trabajo de entrenamiento.

P.- ¿Qué distancias recorres preparándolo?

R.- Para la de Zaragoza sólo he llegado a los 24 kilómetros. Fue un día que iba a hacer 28 pero salió un domingo muy malo y me tuve que quitar cuatro. Lo máximo que he hecho entrenando son treinta.

P.- ¿Y el día a día cómo es?

R.- Duro. Son entrenamientos muy exigentes. El lunes es día de rodaje pero puedes hacer ya 18 kilómetros. El martes es día de series… Cada semana que pasa vas metiendo más kilómetros.

P.- ¿Y teniendo cuidado de no pasarte?

R.- Medir bien es lo más importante porque si te pasas de entrenamiento y empiezas a notar que el cuerpo esta cansado, luego es difícil volver para atrás.

P.- ¿Se puede decir que la maratón es ahora mismo tu especialidad?

R.- Sí porque, más allá de los resultados, cada vez que la corro me gusta más. Disfruto con ello. Bueno, a ver, en verdad lo sufres porque es muy duro, pero cuando llegas a meta… El ambiente que hubo en el kilómetro y medio final en Zaragoza te llevaba en volandas. Y entonces dices ‘qué bonito es esto’. Luego llegas a meta y piensas ‘joder, he corrido 42 kilómetros’. Y te hace mucha ilusión.

P.- ¿Percibís a la gente?

R.- Mucho. Cuando ya estás en los últimos kilómetros y notas que las piernas ya te tiran para abajo, ves de pronto al público y dices ‘venga, tira para delante’. Ayuda muchísimo.

P.- ¿El día antes piensas qué bien, que mañana corro una maratón, o te preguntas quién te ha mandado meterte en este jardín?

R.- No, no. Yo el día antes de viajar a Zaragoza pensaba ‘ya verás qué paliza me voy a dar’. Eso sí, luego no es para tanto. Se te pasa volando.

P.- Durante esas dos horas y pico de competición, ¿estás centrada en la carrera, en la estrategia y en las rivales o se te va la cabeza a otros pensamientos?

R.- En esta última he podido disfrutar más del público y de las vistas de Zaragoza. Porque no iba pendiente del reloj y de la marca como en otras competiciones en las que vas, sobre todo, a hacer buenos tiempos y pendiente de ir a 3.30 el kilómetro para hacer alguna mínima para clasificarte para algún campeonato. En esta he ido más tranquila.

P.- ¿Tienes alguna marca entre ceja y ceja?

R.- De momento, quiero recuperarme. A partir de ahí, el objetivo gordo, gordo para este año es intentar conseguir la mínima olímpica, que está en 2.26,50. Es muy difícil porque se ha puesto muy caro, pero bueno, antes de que termine el año intentaré a ver si me puedo acercar.

P.- ¿Hasta cuándo tienes?

R.- Creo que hasta abril del año que viene.

P.- ¿Cuándo lo vas a intentar?

R.- Quería hacerlo en Valencia este mes de diciembre.

P.- Unos Juegos Olímpicos. Menudo objetivo guapo.

R.- Es que si lo consigo… Ya hasta cuelgo las zapatillas porque vaya broche gordo que sería. Correr una maratón en unos Juegos Olímpicos y además en París… Muy bonito. Pero bueno, también muy difícil porque hay tres españolas que ya han hecho la mínima olímpica y van tres. Tendría que superar a una de ellas. Pero bueno, a ver, no hay que descartar nada. Quizá pueda mejorar el tiempo de alguna de ellas y, si no lo consigo, lo habré intentado.

P.- De los Juegos de Tokio ya te quedaste muy cerca.

R.- A 37 segundos. Me sobraron los 195 metros de la maratón. Ahí es donde vi pasar los segundos y lo perdí. Fue mala suerte porque fue culpa de un gel de cafeína que me tomé en el kilómetro 35 que me sentó mal, por lo que en el 38 tuve que parar a vomitar. Seguí después, pero la marca ya se me había pasado.

P.- ¿Cuánto tardaste en superar eso?

R.- Nada. No me afectó nada. Al contrario. Me animó a seguir y a preparar otra maratón porque demostré que podía hacer la mínima olímpica (2.29,30). No me desanimé. Al contrario. Volví a casa y le dije al entrenador venga, para diciembre vamos a preparar una maratón y vamos a hacer esa mínima olímpica. Y la superé en Valencia.

P.- Te lo tomaste bien.

R.- Sabía que tenía piernas para estar ahí pero fue un percance que te puede pasar en una maratón, donde cualquier cosuca te puede afectar y se pierden minutos. Aún así, me dije que a la siguiente lo iba a hacer aunque ya no sirviera para ir a los Juegos y lo hice.

P.- ¿Viste por la tele la maratón de Tokio o no quisiste?

R.- Sí, vi a mis compañeras. Les hizo un día malísimo de mucho calor y mucha humedad, pero lo hicieron muy bien.

P.- ¿Cuándo has soñado más con estar en unos Juegos, de pequeña o siendo ya senior?

R.- Más siendo senior. Pero siempre lo veía muy lejos. Cuando tenía 20 años decía que unos Juegos ni pensarlo. Era otro nivel. No se te pasaba por la cabeza. Pero fíjate, he estado muy cerquita de ello. Quién me lo iba a decir.

P.- ¿Cuál es el secreto para mantener a tu edad este gran nivel en un deporte que no da de comer?

R.- Me respetan las lesiones, que es fundamental. Y también tener una continuidad, que es lo más importante.

P.- Pero has tenido un par de lesiones gordas de rodilla.

R.- Sí, dos de cruzado, una en cada rodilla. Lo pasé un poco mal pero fui positiva y dije ‘hay que recuperarse lo antes posible y volver otra vez a hacer deporte’. Pensaba que igual no podía seguir al nivel que tenía pero al final he conseguido estar hasta mejor.

P.- Los grandes títulos llegaron después.

R.- Igual hasta me vinieron bien los parones porque regeneró el cuerpo, estuvo más fresco y llegaron los triunfos. Creo de verdad que me vinieron muy bien esos dos parones.

P.- Está claro que eres de las que se crece ante las adversidades.

R.- Es que cuando tienes un problemilla de esos hay que cogerle y decir venga, hay que recuperarse y no venirse abajo. Entre una lesión y otra hubo un margen de diez años. Una fue en Chile con la selección española  y la otra en Alcobendas en 3.000 obstáculos con el Piélagos.

P.- En la segunda ya ibas aprendida.

R.- Sí, me recuperé mucho mejor. Nada que ver.

P.- ¿Cuánto le dedicas a entrenar?

R.- Para la maratón doblo martes y jueves pero los demás días también hago gimnasio, por lo que hora y media por las mañanas no me las quita nadie. Y por la tarde mínimo tres horas. Más el fin de semana, que estamos más tiempo corriendo e igual son cuatro como mínimo.

P.- ¿A los que habéis corrido toda la vida os molesta que se haya puesto tan de moda esto de salir a correr?

R.- A mí me hace mucha ilusión ver a esta gente que son ‘runners’, que van a carreras populares… Te gusta cuando ves que otros hacen un deporte que haces tú.

P.- ¿Eres de las que ganaba desde pequeña o fue poco a poco?

R.- Qué va, quedaba octava, novena, duodécima… Estaba a mitad de la tabla en las carreras. Luego, a media que fueron pasando los años, vas entrenando un poco más y apareciendo en las primeras posiciones. No era número uno de pequeñita.

P.- ¿Cuándo empezaste a destacar?

R.- En juvenil ya fuimos campeonas por equipos con el Pryca Vega de Pas. Corrimos Iris Fuentes Pila, Gloria Ceballos, Rosa Mantecón y yo. Nos entrenaba José Manuel Abascal.

P.- ¿Cómo está el atletismo en Cantabria?

R.- Está un poco parado. Ahora hay que dar tiempo a estas chicas que vienen por detrás y que seguramente que llegarán muy alto también.

P.- ¿Cuánto tardas en recuperar después de una maratón?

R.- Yo esta semana ya he salido a correr porque no quiero que me pase como este pasado verano en Munich. Corrí allí y, cuando terminé, no quise saber nada de correr durante un mes. Y eso fue un error para la musculatura y para todo mi cuerpo en general. Ahora tenía claro que no quería volver a pasar esa etapa porque después me costó mucho regenerar todas las roturas y correr otra vez. Así que después de Zaragoza, el lunes ya corrí 15 minutucos en el campo de fútbol y al día siguiente ocho kilómetros.

P.- Como si nada.

R.- La verdad que pensé que iba a estar un poco peor porque, además, lo malo que tiene la maratón de Zaragoza es que tiene muchos giros y eso castiga mucho muscularmente, pero la verdad que estoy bien. Yo me decía ‘vas a tener unas agujetas…’. Pero no, no tengo nada. Estoy sorprendida.

P.- No te relajes.

R. - Cierto. Igual esta semana estoy eufórica por la victoria y la próxima semana el cuerpo hace chof.

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