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El Diario de Cantabria

REMO CÁNTABRO

Adiós a un año mejor de lo esperado

Con los remeros justos, Pedreña firmó una gran remontada que le hizo pasar de remar en la segunda tanda a disputar el playoff l Castro ganó una bandera y no pasó apuros l Camargo, que empezó ilusionando, libró el descenso en el playoff
Los remeros de Pedreña, celebrando con rabia su primera victoria en casa en casi veinte años que supuso un antes y un después de la temporada.
Los remeros de Pedreña, celebrando con rabia su primera victoria en casa en casi veinte años que supuso un antes y un después de la temporada.
Adiós a un año mejor de lo esperado

Dentro del camino de miserias que viene recorriendo el remo cántabro en los últimos tiempos, el 2022 pudo suponer un último chispazo de esperanza que, teniendo en cuenta cómo ha ido el otoño en alguno de sus clubes más potentes, es posible que tarde en volver a producirse. Ojalá que no. Eso ya corresponde a un tiempo futuro y este texto va de recorrer el pasado, lo sucedido en los doce últimos meses a bordo de las diferentes embarcaciones que han salido a competir. De nuevo hubo que hacerlo con humildad y sin grandes esperanzas y eso ayuda a cumplir los objetivos marcados previamente. Por ejemplo, las traineras que salieron a la arena de la ARC 1 llegaron a septiembre con la sensación de haber cumplido expediente mejor incluso de lo esperado mientras que, de quienes lo hicieron en la ARC 2, quizá sólo Astillero estuvo por debajo de lo previsto, ya se tratara eso de un deseo real o figurado.

A punto estuvo de cumplirse un sueño. Más bien, lo que consiguió la ‘Pedreñera’ fue alargar una esperanza inesperada por diferentes motivos. Estuvo luchando por el ascenso hasta el último momento hasta presentarse en una fiesta a la que parecía no haber sido invitada. Su invierno fue especialmente duro a pesar de los dos buenos veranos que había completado previamente, en los que se vio en la zona noble y ganando banderas. Hace doce meses, su proyecto aún estaba incluso en el alero pero fue capaz de ir conformando una cuadrilla competitiva. Con todo, no comenzó el verano con una plantilla, sino con una alineación. Buena parte de la liga la tuvo que afrontar sin cambios. Aún así, dio la cara firmando una progresión en la que pocos confiaron al inicio de curso.

Markel Lujua, patrón de Castro, ondeando la Bandera de Plentzia.
Markel Lujua, patrón de Castro, ondeando la Bandera de Plentzia.

Pedreña no consiguió buenos resultados en sus primeras regatas. Se quedó lejos de la pelea por las banderas pero, aún así, en cada jornada se quedaba cerca de otros equipos que sí consiguieron tocar pelo en esos primeros compases ligueros, como fueron Zarautz, San Juan, Arkote y San Pedro, que fue en todo momento el más regular y por eso terminó ganando la liga. La ‘Pedreñera’ ni siquiera logró colarse en la tanda de honor y eso, al final, le ayudó a escribir su propia reacción. Lo hizo en el mejor lugar posible, en casa, delante de su afición. Hacía más de veinte años que Pedreña no se quedaba con su propia bandera y, al conseguirlo en esta ocasión, inició una tremenda remontada.

A Pedreña le costó repetir, pero confirmó que había entrado en el club de los selectos. En las dos siguientes regatas firmó sendos cuartos puestos pero con un denominador común: en ambos se quedó a dos segundos de la bandera. Tuvo la mala suerte que se convirtió en buena cuando, en Camargo, logró por centésimas su segunda victoria. Volvió a ganar en Hondarribia y también en Castro consiguiendo, poco a poco, remontar la desventaja de siete puntos que llegó a tener respecto a Arkote, que se convirtió en el rival a alcanzar porque San Pedro ya estaba muy lejos en el primer puesto y Zarautz fue cayéndose poco a poco.

Tras ganar en el campo de regatas de Brazomar, Pedreña afrontó las dos últimas regatas con tres puntos de ventaja sobre Arkote. Nadie habría apostado un euro por una situación así pero dio la sensación de que todo se puso de cara. En el equipo blanquinegro, aún así, se mantuvo en todo momento la incertidumbre por lo que había sucedido doce meses atrás, cuando en las tres últimas regatas echó por tierra todo lo conseguido a lo largo del verano. En el 2021 fue de más a menos pero en el 2022 fue de menos a más. Ahí radicaba su mayor garantía. Sin embargo, la mar es traicionera y aún puede guardar sorpresas y castigos. En Zarautz quiso ponérselo muy complicado a la mejor trainera cántabra.

Planchada volvió a dominar de nuevo el batel femenino.
Planchada volvió a dominar de nuevo el batel femenino.

Lo que consiguió Pedreña en el histórico campo de regatas guipuzcoano y, sobre todo, lo que hizo su patrón Kewin Ruiz salvó toda una temporada. A este último se le rompió el tolete en la primera maniobra y tuvo que librar el resto de la regata sin él, a puro pulso. Él, a quien por fin habían dado la confianza total en la popa de la ‘Pedreñera’, se doctoró a lo grande aquel día. Salió a hombros. Lo peor es que no sólo él tuvo problemas, sino también el cobre de babor, Suso Hermelo, cuyo remo también se rompió en el tercer giro. Fue un momento delicado que pudo echar todo un verano y toda una remontada por tierra, pero mantuvo el tipo. Aquel día, la mejor trainera cántabra acabó quinta pero, lo que era más importante, Arkote sólo fue cuarta por un solo segundo. Los pedreñeros habían librado.

Pedreña se clasificó para el playoff por segunda vez en tres años y el resultado fue similar al de la primera. Estuvo fuera de juego en todo momento. No tuvo opciones reales ante la superioridad mostrada por Isuntza, que fue el representante de la ACT, y las dos traineras gallegas. En Bermeo marcó el peor tiempo, lo que ya hizo imposible cualquier opción de ascenso con vistas a la segunda jornada. En ésta, al menos, se dio el gusto de terminar por delante de San Pedro, pero el premio gordo fue para la embarcación de Lekeitio, que se quedó en la máxima categoría, y para Meira, que por fin pudo dar el salto después de numerosos intentos.

Trainera de remo femenino.
Otro efímero proyecto femenino. La nueva directiva castreña quiso potenciar el proyecto femenino pero, año y medio después, ya no existe. La trainera roja no saldrá a la liga ETE la próxima campaña. Ya a mitad de verano, la entrenadora Natalia Díaz decidió marcharse enemistada con unos dirigentes que, en su opinión, tenían olvidado a su equipo. En liga, el equipo cántabro mantuvo la penúltima posición, sólo por delante de Portugalete.

Bandera roja. A Pedreña le acompañaron en la ARC 1 Camargo y Castro. ‘La Marinera’ estrenaba ciclo porque la directiva entrada en el verano del 2021 decidió dar un volantazo que, a medio plazo, se ve que, fundamentalmente, ha servido para terminar con el proyecto que poco a poco se había ido construyendo. Apostaron por traer a un entrenador de fuera como Paul Galdiz que ha durado bien poco porque a principios de agosto anunció que se marchaba y, con él, también los remeros que llegaron bajo su manto. Se abrió un vacío, el club tardó en encontrar un sustituto, algo que no hizo hasta noviembre, y por el camino se le fueron buena parte de los deportistas de casa que habían ido levantando el vuelo de la embarcación roja.

Todo ello, a cambio de un verano del 2022 en el que ‘La Marinera’ mantuvo una progresión que incluso la permitió llegar a tiempo de ganar una bandera. Nunca antes había ganado una en la ARC 1 y le tocó en Plentzia aprovechando las mejores condiciones con las que contó su tanda. Fue un día en el que Deusto hizo segundo, Hondarribia B tercero y Busturialdea cuarto. Fue el día de los humildes y la trainera castreña supo aprovecharlo al máximo sacando incluso diez segundos en meta a su más inmediato perseguidor.

Lo cierto es que la embarcación liderada por Paul Galdiz ya había dado muestras de mejora quedando, por ejemplo, en tercer lugar en la regata de Hondarribia. Y lo confirmaría después terminando segunda en Zarautz, a sólo tres segundos del gran dominador del campeonato, que fue la ‘Libia’. Esto permitió a Castro terminar la temporada con un buen sabor de boca después de mantenerse en una cómoda zona de nadie durante tres cuartas partes del campeonato. Tras tener que jugarse la permanencia el año anterior en el playoff, salió con ánimo de no pasar apuros y lo consiguió de sobra. Se pasó buena parte del calendario lejos de los de arriba pero también lejos de los de abajo, acumulando un buen número de séptimos puestos. Eso le permitió acabar satisfecho con su labor pero con incertidumbre respecto a su futuro.

Camargo escribió un relato diferente al de ‘La Marinera’ o el de la ‘Pedreñera’. Al contrario que éstas, la trainera verde fue claramente de más a menos. Comenzó superando todas las expectativas con un noveno puesto en la primera jornada, un octavo en la segunda, un quinto en la tercera y un cuarto en la cuarta. La evolución fue patente. Se colocó por delante de Deusto y no demasiado lejos de ‘La Marinera’, a la que llegó a superar. Los entrenados por Carlos Rodríguez cotizaban al alza pero, de pronto, pincharon. El calendario entró en un tramo caracterizado por las rías (Pasajes dos veces, Pedreña, Orio y Camargo) que no le sentaron bien. En agosto, ya tenía asumido que, como el año anterior, le iba a tocar volver a disputar el playoff para mantener la categoría.

Éste lo disputó con Donostiarra B y Mutriku como representantes de la ARC 2 y con Busturialdea como el otro bote de la ARC 1. Los de Elantxobe se salvaron del descenso directo, que fue para Orio B, en las últimas regatas con una remontada espectacular. Quien ganara el playoff ya sabía que tendría sitio en la categoría de plata y lo ganaron los de la capital guipuzcoana. Los camargueses fueron segundos y eso les obligó a esperar a que no fueran dos gallegos quienes subieran a la ACT para confirmar su objetivo. No sucedió, así que los de verde, que seguirán con Carlos Rodríguez al frente, salvaron el tipo. Incluso obteniendo un peor resultado lo habrían conseguido porque una alineación indebida de la trainera donostiarra la acabó eliminando. Las consecuencias de esto aún están por definirse.

EL SÓTANO. La gran rareza del 2022 fue ver a Astillero compitiendo en la ARC 2. Sólo lo había hecho una vez más en su historia pero fue muy diferente. En aquella ocasión, ganó todas las banderas y en septiembre incluso se clasificó para disputar la Bandera de La Concha. El pasado verano, en cambio, se quedó lejos de la zona noble y se tuvo que conformar con salir a competir con el gran objetivo de terminar por delante de IRC Santoña y Castro B, algo que no siempre consiguió. La ‘San José’ había iniciado el verano con el propósito de pelear por clasificarse al menos para el playoff y, aunque comenzó con buen pie, con una cuarta plaza en San Juan de Luz y una segunda en Mutriku, a partir de la regata de San Sebastián se vino abajo. Aquel día tuvo que rectificar una ciaboga por estribor, se quedó muy atrás y ya le costaría mucho levantar cabeza.

El entrenador fue Luis Andrés Rioz, que ya comenzó mal el año al sufrir una lesión que le impidió remar y emplearse al cien por cien en su labor técnica. Tuvo muchos problemas el club para reunir a una cuadrilla cuantitativamente suficiente para salir a competir y, de hecho, si finalmente lo pudo hacer sin demasiados problemas fue por la cesión de cuatro remeros juveniles procedentes de Santurtzi. Al final, le quedó un bote eminentemente joven que sufrió mucho, ante todo, en las regatas de mar terminando la campaña en sexta posición de las nueve embarcaciones que formaron la categoría de bronce.

Las otras dos traineras cántabras quedaron inmediatamente por detrás. Sólo ganaron a Trintxerpe, que ocupó siempre la última plaza al no resultar ni tan siquiera competitiva. Quizá IRC Santoña aspiraba a plantear más batalla, pero no le dio el motor para asomar en algún momento por zonas altas. Hoy en día, está peleando por salir de nuevo al agua en 2023 mientras que Castro B volverá al almacén. Con todo, haber estado ahí el pasado verano va a acabar siendo balsámico porque, de lo contrario, ‘La Marinera’ quizá habría tenido problemas para conseguir hombres que la hagan avanzar. El próximo año se anuncia más complicado, pero queda mucho invierno por delante.

Adiós a un año mejor de lo esperado
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