13.05.2024 |
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FRANCISCO ‘CHISCO’ BENAVENTE

Francisco ‘Chisco’ Benavente: «Hemos demostrado que podemos estar luchando con los mejores»

Junto a su hermano Rafael, ha disputado ya tres Dakar con un coche preparado por alumnos y exalumnos del Centro Integrado de FP de Peñacastillo, lo que no les impide medirse a equipos cada vez más potentes que llegan a tener un presupuesto de un millón de euros. En la última edición, la del mes pasado, se han resarcido del abandono del pasado año ocupando la 24ª posición final

francisco ‘chisco’ Benavente / Piloto y profesor
Francisco ‘Chisco’ Benavente: «Hemos demostrado que podemos estar luchando con los mejores»

PREGUNTA.- ¿Estáis satisfechos con el Dakar que hicisteis?

RESPUESTA. – La verdad es que sí. Después de la mala suerte que tuvimos el año anterior, teníamos el objetivo y casi la obligación de resarcirnos. La idea era no sólo participar, sino también poder acabar, y lo conseguimos.

P.- Os encontrasteis con unas lluvias tremendas. ¿Eso lo hizo más duro?

R.- En ediciones anteriores del rally había llovido de forma esporádica, pero lo de este año ha sido muy llamativo para todos los que estábamos inmersos en la prueba, ya que prácticamente ha llovido todos los días. Sobre todo, en la tercera jornada. Algún lugareño nos decía que hacía cincuenta años que no llovía por la zona y cayó una que no está escrito.

P.- Lo que uno puede esperar del Dakar es, sobre todo, un calor tremendo. ¿Os cogió por sorpresa?

R.- La lluvia nos viene muy mal a todos porque las estancias se hacen también más complicadas. Además, las reparaciones del coche hay que hacerlas siempre sobre arena y tierra y que estén húmedas no beneficia a nadie.

P.- ¿Sufrieron los mecanismos del coche por recibir tanta agua?

R.- Pagamos las consecuencias en las dos jornadas siguientes, ya que nos encontramos con muchos problemas eléctricos que aparecieron porque en esa tercera jornada llegamos a tener que avanzar con el coche prácticamente sumergido. Por eso en la cuarta y quinta hubo que estabilizar los circuitos eléctricos. Hay que tener en cuenta que es un coche de más de treinta años, por lo que estas circunstancias no son nada halagüeñas.

P.- Era la tercera edición de la competición de clásicos. ¿Se nota que va subiendo el nivel respecto al primer año?

R.- Nosotros tuvimos la oportunidad de correr la primera edición y hemos visto que lo que está sucediendo en el Classic, como también ha sucedido en otras categorías, es que se está profesionalizando y que hay equipos cada vez con mayores presupuestos, lo que implica que la categoría se va complicando.

francisco ‘chisco’ Benavente / Piloto y profesor
Lo más duro: «Es la parte psicológica, estar pendiente de la carrera y de todo lo que te puede pasar»

P.- ¿Cuánto dinero pueden manejar los ‘gallos’?

R.- Pues hay equipos que, por infraestructura, calculo que llegarán al millón de euros. Son gente que tiene un camión de asistencia propio, un ‘motorhome’… Absolutamente todo. Ya hay mucha gente que ha visto que la prueba merece la pena y que, en vez de arriesgar a correr en una categoría de velocidad a la que física o mentalmente pueden no estar preparados, optan por el clásico.

P.- Me da que vuestro proyecto es económicamente mucho más humilde…

R.- Muchísimo más. No tiene nada que ver.

P.- ¿Que surja de un centro de enseñanza público favorece que se sumen las instituciones?

R.- Conseguir dinero para participar en el Dakar es una parte muy complicada porque sabes que las administraciones tienen unos recursos muy limitados y que las exigencias económicas son muy altas. Es algo que nos penaliza mucho porque estamos segurísimos de que somos el equipo con menos presupuesto de toda la competición. Lo importante es que, a pesar de ello, hemos demostrado que con un coche menos preparado económicamente podemos hacer el 24 de la general.

P.- ¿Cómo surgió el proyecto?

R.- Surge por la inquietud que tiene el departamento de Automoción del Centro Integrado. Somos todos profesores muy inquietos y quisimos ofrecer a los alumnos una visión de lo que luego se van a encontrar en el mercado. Nosotros hacemos muchos proyectos de innovación, de motores eléctricos de hidrógeno.., y en el 2021, sabiendo que se iba a celebrar el primer Dakar Classic, tomamos la iniciativa de participar. A partir de ahí, las cosas fueron surgiendo porque una cosa es tener la idea inicial y después materializarla.

P.- ¿Fue duro?

R.- Llevó muchísimo trabajo porque el tiempo apremiaba para conseguir estar en esa primera edición. Una vez que lo consigues, no digo que los demás años hayan sido fáciles, pero sí están las cosas más rodadas. Y después está la ilusión, el esfuerzo y el trabajo que ponen en el proyecto toda la gente del centro y los alumnos y exalumnos nuestros que han acabado participando y a los que les ha parecido una magnífica idea.

P.- ¿Pero quién propuso competir en el Dakar con un coche preparado en un centro educativo? Le llamarían loco...

R.- Lo propuse yo. Ya había estado preinscrito en el 2011 pero no pude ir al final porque no conseguí el dinero necesario para poder participar. Con la competición estoy relacionado porque siempre me ha gustado esa parte de las pruebas deportivas y participo en muchos rallys y raids en Marruecos y demás.

francisco ‘chisco’ Benavente / Piloto y profesor
El día a día: «Aquello no deja de ser como una especie de Gran Hermano con 5 o 7.000 personas»

P.- Cuesta creer que la gente no lo viera como algo demasiado grande.

R.- Al contrario. Cuando propones una cosa de estas, la gente se muestra animosa y rápidamente encuentras con quien tirar para delante. Luego, claro, hay que materializarlo, preparar el coche y llevar todas las gestiones burocráticas para poder estar en el rally, que en algunos momentos se hicieron muy arduas porque, además, aún estábamos con las secuelas del Covid. Si alguien me pregunta qué fue lo más duro, digo que cumplir con todos los papeles.

P.- Para el alumnado tiene que ser una motivación tremenda participar en algo así.

R.- Sin lugar a dudas. Hay que tener en cuenta que su trabajo se está poniendo en valor frente a los equipos más profesionales del mundo del ‘motosport’. En el Dakar intenta estar la gente más cualificada y nosotros, como un centro integrado de una comunidad pequeña, hemos demostrado que nuestro trabajo es válido y que podemos estar luchando ahí con ellos.

P.- ¿Alguno de esos chavales acabará como mecánico en alguno de esos grandes equipos?

R.- Seguramente porque, al final, después de haber disputado tres ediciones, a la gente del mundillo ya le suena que hay un centro de formación que está corriendo y saben que estamos preparando profesionales. Para todos ellos, el mundo del ‘motosport’ es una salida profesional como otra cualquiera.

P.- ¿Habéis notado un alza en las matrículas tras haber iniciado este proyecto?

R.- Las especialidades que más solicitudes de matrícula tienen siempre son Cocina y Automoción. Por eso nosotros solemos estar bien surtidos de alumnos. Hay muchísima gente que opta por esta alternativa y sí, hay que tener en cuenta que es un escaparate y que seguro que hay gente que se ha decidido a estudiar esto por lo que ha visto que somos capaces de hacer.

P.- ¿Cuenta para nota que el coche acabe el rally?

R.- Nosotros estamos en muchos proyectos, no sólo en el Dakar. Con independencia de la nota, a los alumnos buenos se les nota que quieren aprender e involucrarse de lleno en estos proyectos que tenemos. El del Dakar es el más mediático pero, por ejemplo, venimos de ganar una competición de vehículos eléctricos también fabricados en los centros en una prueba con 34 equipos a nivel nacional y europeo. A los alumnos que les gusta la especialidad, participar en eventos del mundo del motor es un aliciente.

francisco ‘chisco’ Benavente / Piloto y profesor
La vuelta: «Parece que se para el mundo después de quince días en constante tensión»

P.- ¿Contactabais con los chavales que participaron en el proyecto durante el rally?

R.- El gran problema que tenemos allí es el tiempo. Además de que hay dos horas de diferencia horaria, nos subíamos a las cinco de la mañana al coche y acabábamos a las seis de la tarde. A partir de ahí, teníamos que reparar lo que se ha ido rompiendo para poder tener el coche listo al día siguiente.

P.- ¿Cómo fue la preparación del coche? ¿Cómo sabíais lo que ibais a necesitar?

R.- Lo hicimos con la poca experiencia que podíamos tener de haber corrido distintas pruebas de rally y de raid. A partir de ahí, nos amoldamos a la exigencia del reglamento técnico para montar un coche que cumpliera la normativa. De las características que tenía el coche en el 2021 a la evolución que ha tenido en el 22 y en el 23... No tiene nada que ver. Se ha ido mejorando porque, además, la prueba se está haciendo cada vez más dura.

P.- ¿Y cómo entrena un piloto para prepararse para el Dakar?

R.- En mi caso, pasándome prácticamente todo el año corriendo en algún tipo de modalidad. No es que hagamos una preparación especial porque el Dakar tampoco te va a exigir una preparación física de atleta.

P.- ¿Qué es lo más duro?

R.- La parte psicológica, ya que es una prueba en la cual estás quince días dando vueltas a la cabeza a multitud de aspectos no sólo de la carrera, sino también del vehículo en sí, de los tramos del día siguiente, de cómo vamos a solucionar tal problema si se rompe algo en concreto…

P.- ¿Y cómo lleváis vosotros eso?

R.- Pues como podemos. Al menos, ya hemos demostrado que podemos estar ahí y que no nos venimos abajo, como demostramos el año pasado cuando rompimos en el inicio. Tomamos la decisión de quedarnos en Hail, una localidad en el centro de Arabia en la que no había nada. Los dos solos nos tuvimos que buscar un lugar donde poder reparar el coche y conseguir los recambios necesarios. Poco a poco, te vas haciendo un poco con la prueba, con el país, con las ganas de salir adelante…

P.- ¿Cómo fue aquello, quién os dio de comer y de dormir?

R.- Al final, nos acogió el dueño del taller, que nos dejó una vivienda que tenía. Los cinco días que estuvimos vivimos entre esa casa y el taller, donde comíamos con los mecánicos lo que tuvieran. El propietario nos recogía a última hora de la tarde, nos llevaba a cenar y nos dejaba estar en su casa para pasar a primera hora a buscarnos para ir de nuevo al taller. Nos pasábamos doce horas allí.

P.- ¿Cómo se lo habéis agradecido?

R.- Estaremos agradecidos eternamente. Este año pasamos por el pueblo y, a pesar de que es una prueba muy exigente a la hora de cumplir los horarios, nos buscamos la vida para poder ir a saludarles. Cuando acabó la carrera, sacrificamos un poco del tiempo que hay para preparar el coche para ir y darles un abrazo. Ellos lo agradecieron también muchísimo porque significaba que nos seguíamos acordando de ellos, pero no podía ser de otra manera por todo lo que nos ayudaron y por su hospitalidad.

P.- ¿Cómo es el día a día en un Dakar? ¿Os relacionáis entre los participantes o estáis cada equipo en una burbuja?

R.- Aquello no deja de ser una especie de Gran Hermano. Los ‘Bivouac’ son muy grandes. Calculo que, en función de los momentos y de los días, estaremos allí entre cinco y siete mil personas conviviendo. Y claro, hay gente con la que eres más afín y tienes más relación y otra con los que no. Como en la vida cotidiana, vamos.

P.- Y cuando volvéis, ¿cómo es pasar de estar quince días metido en un circo inmenso y de convivir con una tensión constante a sentarte en el sofá de casa?

R.- Lo que más se agradece es la cama. Pero sí, te has pasado quince días con la adrenalina fluyendo por todos los poros de tu piel y, de repente, parece que se para el mundo. Es un choque un poquito llamativo.

P.- ¿Aparece de repente el cansancio?

R.- Te das cuenta de que estabas cansado pero que no tenías tiempo de pensar en ello por la tensión constante. De repente, notas que se paran los días y que no hay nada que hacer. Obviamente, no es así, pero es diferente porque no llevas encima esa tensión de la carrera.

P.- ¿Se nota en el carácter? ¿Lo sufren los que están alrededor?

R.- Me imagino que nosotros también hemos aprendido y cogido experiencia en eso. Sabiendo cómo reaccionamos el primer año, cuando el choque era mayor, en este último no digo que ya no exista, pero sabemos gestionarlo. Al final, es como debe suceder con los deportistas de élite, que conforme van cogiendo experiencia también van sabiendo reaccionar mejor. Después de tres años, vas limando las cuestiones personales para que no se note.

francisco ‘chisco’ Benavente / Piloto y profesor

 

Un trabajo colectivo y desde abajo que ya piensa en el 2024

Esto no para. La tercera experiencia del equipo en el Dakar terminó hace apenas tres semanas pero todos están pensando ya en la próxima. A Chisco Benavente le pregunta ya todo el mundo en el Centro Integrado de FP número 1, donde se fraguó todo, cuándo comienzan a preparar el rally del 2024. Porque no hay tiempo que perder, ya que siempre se pueden mejorar cosas. Es lo interesante del asunto, donde está verdaderamente la competición. Lo primero es recuperar el coche, algo que confían hacer la semana que viene. Llegará de nuevo al centro educativo, al taller, donde será analizado, donde todos comprobarán en qué estado ha terminado, y sobre él comenzarán a trabajar. En Arabia Saudí, una vez culminado con éxito todo el recorrido, el piloto y su copiloto Rafa, que también es su hermano, le hicieron un buen chequeo al vehículo tras haber sufrido de lo lindo, tras haber tenido que avanzar prácticamente sumergido y haber soportado un alto nivel de estrés por todo lo que ello supone. «Sabemos qué parte mecánica de la transmisión ha funcionado y, a partir de ahí, sabemos ya un poco lo que queremos conseguir del coche para el año que viene», avanza el piloto y responsable de la familia profesional de Transporte y Mantenimiento de Vehículos del CIFP Nº1.

Una vez que vuelvan a tener el coche en su poder, ese Nissan Terrano I del 89 que reconstruyeron a lo largo de todo el 2021 para lanzarse a la aventura del Dakar y que tanto han evolucionado desde entonces, comenzarán a desmontarlo porque todo el material que lo compone ha sufrido un desgaste importante tras los quince intensos días de competición. Será a partir del esqueleto que encuentren desde donde comenzarán a sumarle las mejoras que creen capaces de incorporar con vistas al 2024. Ya para la última edición, la del 2023, lograron incorporar al proyecto a los departamentos de mecanizado y electricidad - electrónica, así como a otros centros formativos de Cantabria para ir haciendo más grande el equipo. Nació en Peñacastillo pero subieron a bordo el IES Nuestra Señora de los Remedios de Camargo, el Montesclaros de Reinosa y el Augusto González Linares de Santander, además de las empresas Ukyfu Racing y Dayto Motor. Es difícil encontrar un mejor ejemplo de trabajo en equipo y colectivo que, surgido desde esta pequeña comunidad autónoma cantábrica, ha dado la cara en un contexto bien diferente, en una carrera que se inició en las playas del Mar Rojo y que llegó a la orilla del Golfo Pérsico en Dammam pasando por las dunas del desierto de Empty Quarter.

Francisco ‘Chisco’ Benavente: «Hemos demostrado que podemos estar luchando con los mejores»
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