Carlos Sainz está empeñado en luchar por su tercer título mundial y conquistar el Mundial de Rally Raid (W2RC) en esta temporada. Aunque sus posibilidades parecen escasas, su victoria en el Dakar le ha situado en una posición ventajosa para intentarlo. A pesar de que el cierre del proyecto de Audi parecía dificultar sus aspiraciones, Sainz ha encontrado una oportunidad para mantenerse en la contienda. Su vinculación con Audi le impidió participar en el Abu Dhabi Desert Challenge, pero pudo encontrar una solución de último minuto para competir en el Rally Transibérico gracias a un acuerdo con Mini X-Raid.

Aunque su copiloto habitual, Lucas Cruz, no puede acompañarlo, Álex Haro lo sustituirá para esta carrera. Esta participación le permitirá acumular puntos en tres de las cinco carreras del W2RC: el Dakar, el Rally Transibérico y el Rally de Marruecos. Sin embargo, las probabilidades de Sainz son difíciles, ya que actualmente lidera la clasificación general con una ventaja de 9 puntos sobre Al-Attiyah y 12 sobre Chicherit. Su objetivo será mantener esa ventaja en Portugal y luchar con un Mini T1+, un coche menos competitivo y desconocido para él. El Desafío Ruta 40 de Argentina podría presentar un obstáculo, ya que es probable que no pueda competir allí.

Finalmente, el Rally de Marruecos en octubre será crucial, pero enfrentará el desafío con un coche completamente nuevo. A pesar de las dificultades, Sainz está decidido a intentarlo, ya que el rendimiento y la regularidad del resto de los competidores también influirán en la lucha por el título.

El sistema de puntuación del W2RC premia a los cinco primeros de cada etapa y al resultado final en la clasificación general, lo que significa que cualquier piloto está sujeto a altibajos que podrían abrir la puerta para que Sainz se lleve el título. Su determinación y experiencia podrían ser clave para superar los obstáculos y alcanzar su objetivo.