27.04.2024 |
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Sólo faltan las matemáticas

Tras ganar en Zaragoza, el Racing tiene prácticamente adquirida su plaza en Primera RFEF | Sólo dos derrotas ante Osasuna B podrían crear suspense | Si es previsible un derrumbe suyo ni tampoco una drástica reacción de sus rivales

Soko, llevando el material para entrenar ayer, tras la victoria de Zaragoza. / Hardy
Soko, llevando el material para entrenar ayer, tras la victoria de Zaragoza. / Hardy
Sólo faltan las matemáticas

El fútbol tiene una tremenda capacidad de dar sustos y de alterar guiones que parecen establecidos, pero cambiar el destino al que parece abocado el grupo en el que está encuadrado el Racing se antoja demasiado. A día de hoy, parece ciertamente complicado e incluso improbable que el equipo cántabro y el Real Unión no pasen el corte y no estén en la primera edición de la Primera RFEF. Y más claro aún puede quedar el panorama tras el partido de mañana en Los Campos de Sport, donde los entrenados por Aritz Solabarrieta pueden dar un golpe que no irá acompañado de las matemáticas, pero será como si lo estuviera, ya que el abismo que se abriría entre los dos primeros y el resto sería definitivo.

Fin a los entrenamientos con los jugadores del filial

Habitualmente, los entrenamientos de los lunes consisten en un partidillo entre quienes el día anterior habían sido suplentes con el filial y los que lo habían sido con el primer equipo. Sin embargo, ayer ya no fue así para impedir que se repitiera lo que sucedió hace dos semanas, cuando un positivo del meritorio Nico Santos, sumado al que había dado Pablo Andrade, hizo que hubiera que confinar a todos los que habían participado de la sesión. Ayer se ejercitaron por separado y, por lo tanto, teniendo que disputar partidillos en campo reducido.

 

Si el conjunto cántabro gana mañana al filial de Osasuna, se alejará a doce puntos de él aunque con un partido más, que será el que dispute el próximo fin de semana en su campo contra el Arenas, que comenzaría dicho encuentro a diez puntos del conjunto cántabro con sólo nueve por disputar en su caso, por lo que ya no llegaría para pasar un corte en el que, en el fondo, nunca ha creído. El panorama tras ganar el Racing el pasado domingo en el campo del Ebro ha quedado, por lo tanto, tan esclarecido que sólo un accidente de enorme tamaño podría alterar el guión.

Dicho accidente se podría producir si el filial navarro le ganara, por ejemplo, los dos partidos que ha de jugar contra el Racing. Ahí habría vida y todavía se podría generar incertidumbre. Y lo cierto es que Osasuna B tiene argumentos para reclamar su derecho a la sorpresa porque, hasta la fecha, es el único equipo de los que jugó en el subgrupo B que ha sido capaz de ganar a alguno de los que jugó en el subgrupo A. Ganó en un escenario complicado como Gobela en la primera jornada y también lo hizo en casa el pasado fin de semana contra el Laredo con una inestimable ayuda arbitral. Lo máximo que han conseguido los otros dos equipos que vienen de la otra parte del cuadro, el Ebro y el Tarazona, ha sido un empate cada uno.

Es esto último lo que más ayuda a pensar que el Racing tiene más que encarrilado el objetivo. Le lleva la corriente. No está brillando en esta segunda fase pero tampoco le está haciendo falta hacerlo porque nadie le aprieta. De hecho, cuando comenzó, el Ebro era su principal amenaza porque era el tercer clasificado. Estaba a una distancia prudencial pero si hacía bien las cosas podía dar un susto. Sin embargo, el pasado domingo quedó en evidencia la diferencia de calidad que hay entre unos y otros. Más patente aún quedó el día que el conjunto cántabro visitó Tarazona, ya que, a pesar de hacerlo rematadamente mal, fue capaz de sacar un punto. 

La diferencia entre el Real Unión y el Racing y el resto es abismal. Ambos pueden quedar empatados a puntos si el conjunto cántabro gana mañana dejando al Arenas a diez puntos, a Osasuna B a doce y al Ebro a trece. A esto hay que sumar que el equipo verdiblanco ha de jugar tres de los cuatro partidos que le quedan en su propio campo. Por Los Campos de Sport han de pasar, además del filial osasunista mañana, el Tarazona y el Ebro. Sólo quedaría visitar las instalaciones de Tajonar.

Este último dato debería ser una garantía pero lo cierto es que, en el caso del Racing, es al revés. Le va mucho mejor fuera de casa que en casa. Tanto es así, que desde su llegada al conjunto cántabro, la única derrota que ha cosechado Solabarrieta como entrenador visitante fue la de Zubieta en su debut. A partir de ahí, todo han sido victorias excepto el empate de Tarazona. Sin embargo, en casa no le ha ido tan bien por las derrotas ante Amorebieta y Real Unión con las que empezó, a las que hay que sumar la encajada ante la Real Sociedad B y el empate contra el Bilbao Athletic y Arenas.

De todos modos, aunque la trayectoria como local del Racing no ha sido, ni mucho menos, tan exitosa que como visitante, tampoco ha perdido apenas. Tanto es así, que el equipo verdiblanco sólo ha perdido uno de sus últimos doce partidos, lo que quiere decir que, gane o pierda, no es un equipo al que se le gane fácil. Ni siquiera con los despropósitos defensivos que ha enseñado en sus últimas apariciones. No se prevé, por lo tanto, un derrumbe total del equipo en sus últimos cuatro partidos, que es lo que haría falta para que se quedara fuera de la Primera RFEF el próximo año. Y esto, además, ha de ser combinado con una tremenda reacción de sus perseguidores, algo que tampoco se prevé. De hecho, al filial de Osasuna no sólo le queda visitar Santander, sino también Irún y San Lorenzo, donde es muy complicado ganar. A su vez, el Ebro tiene que pasar también por El Sardinero y por Gobela, además de recibir al Real Unión. Está todo de cara, el trabajo se antoja prácticamente hecho tras ganar en Zaragoza el pasado domingo, pero bueno sería dar la puntilla mañana con una victoria ante Osasuna B que lo dejaría todo prácticamente visto para sentencia.

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