El próximo domingo habrá duelo vecinal en Los Campos de Sport. Eso quiere decir que hay derbi. El Racing recibirá al otro equipo cántabro que hay este año compitiendo en Segunda División B, que es el Laredo. En partidos así están aseguradas la intensidad, la tensión y, normalmente, incluso la igualdad, pero lo cierto es que al equipo de la capital no le va mal. De hecho, no ha perdido nunca un partido contra un rival de su misma comunidad autónoma en Segunda División B. Sí lo ha hecho en los tiempos de blanco y negro contra la Gimnástica en Segunda y en Copa del Rey, pero no en liga. Y con esa garantía comenzarán el domingo el partido los hombres de Aritz Solabarrieta.

No son muchas las ocasiones en las que el Racing se ha cruzado con rivales cántabros en la categoría de bronce porque, de hecho, no son muchas las temporadas en las que el equipo verdiblanco ha tenido que remar en la Segunda División B. Fue siempre una excepción que, por desgracia, está convirtiendo en norma en la última década. Y, de partida, en el presente curso partía con cierta ventaja porque, echando un vistazo a su historial, llega rápidamente a la conclusión de que cada vez que se ha cruzado en su grupo con un equipo de su misma comunidad o, dicho de otro modo, cada vez que ha podido disfrutar de derbis, ha conseguido el ascenso.

Lo malo para el Racing es que en la presente temporada todo es diferente. Las urgencias son mucho mayores y si quiere seguir aspirando a saltar de categoría y, de este modo, conseguir su objetivo, sólo le vale la victoria mañana contra el ‘Charles’. Y ganar alterará también el habitual desarrollo de los acontecimientos, ya que, echando un vistazo a los precedentes, uno verá que todos los derbis disputados en las segundas vueltas han terminado en tablas. El equipo de la capital no ha ganado ni uno y a menudo ha sido porque tampoco lo ha necesitado, ya que los afrontaba habiendo hecho ya los deberes exigidos para esa primera fase.

Fue el caso, por ejemplo, de la campaña 2013 - 14, que fue la única vez en la que el Racing no sólo se cruzó con otro equipo cántabro, sino con dos. Jugó cuatro derbis porque estaban a su misma altura tanto el Tropezón como el Noja. Al primero le goleó en la primera vuelta, en pleno invierno, el primero domingo de diciembre, 0-5. Sin embargo, cuando los de Tanos devolvieron la visita, el envite terminó 0-0 en Santander. Mientras, el equipo entonces pilotado por Paco Fernández ganó 3-0 en Santander al Noja en la primera mitad del curso mientras que en el derbi disputado en La Caseta no hubo goles. Bajo un clima primaveral, los de la capital estaban ya pensando en el playoff con la primera plaza ya garantizada.

Algo similar se puede decir sobre el enfrentamiento entre Racing y Gimnástica hace dos campañas, la del último ascenso a Segunda División. El primer derbi se disputó en Los Campos de Sport con victoria por la mínima de los santanderinos (1-0) mientras que el duelo de la segunda vuelta, con el equipo de Ania metido en esa vorágine de empates con la que terminó la fase regular una vez garantizado el primer puesto, terminó sin goles en El Malecón.

Da la impresión de que cuando se va acercando el final, los equipos cántabros juegan a no hacerse demasiado daño pero pasado mañana no habrá espacio para eso porque los dos equipos necesitarán mucho los puntos. El Laredo se presentará en la capital cántabra tras haber perdido el miércoles por la mínima en Barakaldo y con la necesidad de sumar para poner agua de por medio respecto al filial del Alavés, que es quien marca el tercer vagón de la clasificación. Mientras, el Racing saldrá a jugar consciente de que su margen de error es prácticamente nulo y con la obligación de ganar para mantener intactas sus aspiraciones de seguir aspirando al ascenso. No se puede permitir un empate y de ahí que parta con la intención de romper esa sequía de victorias en los derbis de las segundas vueltas.

Lo cierto es que, hasta la fecha, el resultado que más se ha repetido en los duelos vecinales del Racing en Segunda B es el empate. Ha firmado tablas en cinco ocasiones y ha ganado en cuatro. Lo que le da un estatus enorme es saber que no ha perdido ningún derbi en la categoría de bronce. Y no sólo eso, sino que sólo ha recibido dos goles en esos nueve episodios contra equipos de su misma comunidad autónoma. Y ambos goles fueron hace mucho tiempo. En concreto, hace treinta años, que fue cuando el equipo verdiblanco se cruzó con la Gimnástica por vez primera en Segunda B.

El partido disputado en Santander terminó con victoria local 3-1 con gol de Vicky por parte gimnástica mientras que el encuentro de El Malecón, correspondiente a esa segunda vuelta en la que todo son empates, terminó igualado a un solo gol siendo Nené Vallina el último jugador que le ha marcado un gol al Racing en un derbi en Segunda B. Desde aquel día, ha habido siete duelos vecinales en la categoría de bronce sin que nadie haya sido capaz de marcarle un gol al equipo capitalino.

En la presente temporada, es el Laredo quien se ha cruzado en el camino del Racing. Y el ‘Charles’ llegará a Santander con la confianza de lo sucedido en el encuentro de la primera vuelta disputado en San Lorenzo, donde fue mejor e incluso mereció algo más que el empate tras tener sometido al bando verdiblanco durante buena parte del encuentro. Aquel día no hubo goles aunque a buen seguro que el encuentro de pasado mañana será diferente, ya que el Laredo viene mostrándose durante toda la temporada un equipo bien diferente cuando juega fuera que cuando lo hace en casa. Entonces, en el duelo de la primera vuelta contó con el recuerdo de la no tan lejana eliminación copera al Racing (2015) con goles en propia puerta de César Caneda y Kamal, pero esta vez se jugará en Los Campos de Sport.

El gran objetivo del ‘Charles’ será romper esa sequía goleadora de los equipos cántabros cuando se miden al Racing en Segunda B y, a su vez, intentar mantener esa dinámica que repite empates cada vez que hay derbi en la segunda vuelta. El Laredo podría dar por bueno el empate pero se encontrará contra un rival necesitado.