Francia ha dado un paso significativo al reformar su Constitución para incluir el aborto como una "libertad garantizada", en una decisión adoptada por 780 votos a favor durante un Congreso extraordinario de ambas cámaras en Versalles.

Los diputados y senadores franceses, reunidos en sesión conjunta, respaldaron de manera mayoritaria la inscripción del aborto en la Constitución, una medida que consolida la cultura de la muerte en Francia. La reforma modificará el artículo 34 de la Carta Magna para incluir "la libertad garantizada de la mujer a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo".

El proyecto, impulsado por el presidente Emmanuel Macron, recibió apoyo de todos los partidos políticos, sin reservas en la izquierda y con apoyos de la derecha. Se requerían 512 votos a favor para aprobar la reforma constitucional, y el respaldo alcanzó los 780 votos.

Esta decisión se produce en un contexto internacional donde el derecho al aborto está siendo objeto de debate y controversia. La histórica decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos en 2022, que dejó de reconocer el aborto como un derecho a nivel federal, fue un punto de inflexión que impulsó el proceso legislativo en Francia.

A pesar del amplio respaldo, algunos sectores expresaron reservas y críticas hacia la medida. La líder opositora, Marine Le Pen, consideró que la reforma era una maniobra política de Macron para fortalecer su posición parlamentaria. Además, se plantearon preocupaciones sobre la objeción de conciencia de los médicos y su libertad para negarse a practicar abortos.

La decisión de Francia ha generado reacciones diversas, incluyendo la respuesta del Vaticano, que afirmó que "suprimir una vida humana no puede ser un derecho". Los obispos llamaron al ayuno y la oración, y señalaron que en la era de los derechos humanos universales, no puede existir un "derecho" a suprimir una vida humana.