26.04.2024 |
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UCRANIA GUERRA

Veinte ucranianas aprenden español en la Universidad de Comillas

Parte de las universitarias de Kiev que han continuado con sus estudios de Filología Románica en la histórica Pontificia de Comillas. EFE/Celia Agüero
Parte de las universitarias de Kiev que han continuado con sus estudios de Filología Románica en la histórica Pontificia de Comillas. EFE/Celia Agüero
Veinte ucranianas aprenden español en la Universidad de Comillas
La unión de una profesora ucraniana asentada en Cantabria, de expertos en Estudios Hispánicos y del centro del español de la Fundación Comillas, ha permitido a veinte universitarias de Kiev seguir con sus estudios de Filología Románica en la histórica Pontificia de la localidad cántabra.

Desde que el pasado mes de febrero comenzase la invasión a Ucrania por parte de tropas rusas, Elena Kurchenko tenía claro que debía hacer algo para ayudar a las alumnas que estudiaban español en la Universidad Nacional de Tarás Shevchenko, en Kiev.

Fue entonces cuando esta profesora que vive en Cantabria recordó una colaboración que hizo hace años con la Fundación Comillas, que imparte el grado en español para extranjeros en la antigua Universidad Pontificia, y sin dudar un momento preguntó sobre la posibilidad de que 20 chicas ucranianas pudieran venir a Cantabria a continuar sus estudios.

Después de recibir un “inminente sí a todo” por parte de la institución académica cántabra, comenzó el momento de conseguir un transporte que recogiera a las chicas en la frontera de Ucrania para que pudieran llegar a Cantabria.

“Yo me apunte al grupo de los ucranianos locales, ya que llevaba tres años aquí y no conocía a ni un solo ucraniano en Cantabria, salvo la tienda ucraniana y la chica que la tiene. Ahí conocí al transportista que recogió a las chicas en la frontera totalmente gratis”, explica a Efe esta profesora.

Además, de forma “totalmente inesperada”, una profesora de esa misma Facultad de Filología de Kiev, que se encontraba en su segunda residencia junto a la frontera donde iban a recoger a las universitarias, decidió acompañar a estas jóvenes hasta Cantabria y convertirse durante estos meses en “su madre".

Cruzar la frontera fue una situación difícil para todas ellas pero también lo fueron los primeros días en Cantabria, con una comida muy diferente a la que estaban acostumbradas o pasar de vivir en la capital ucraniana, con 12 millones de habitantes, a un sitio “mucho más pequeño”.

“Dicen que los españoles en el norte son muy cerrados pero para nosotros son muy abiertos”, aseguran a Efe dos de estas estudiantes, Ana Tásheva y Leila Yusúbova, quienes explican que al cursar tercero de Filología Románica pueden comunicarse mejor y hablar con gente debido a su nivel de español.

Sin embargo, reconocen que los tres primeros días en España solo cinco de las 20 chicas iban a la Fundación Comillas, porque llegaron con un estrés "extremo" por la situación vivida en sus casas y porque la gente con la que hablaban no entendía lo que estaba pasando en su país.

“La gente aquí normalmente no entiende la situación de la que venimos, hay guerra en nuestro país y muchas familias tienen las casas destruidas. Parte de mi familia está en la región ocupada por los rusos y yo la primera semana y media estuve en Kiev bajo los bombardeos y misiles”, explica Ana, quien opina que la gente no se puede imaginar la realidad que está viviendo Ucrania.

A pesar de venir de esa situación “traumática”, tanto las profesoras como las estudiantes destacan la comprensión, la amabilidad y la posibilidad y oportunidad de poder estudiar español, recibir nuevos conocimientos y poder vivir un “Erasmus especial”.

Y es que para estas estudiantes ucranianas, el español se convirtió en su vía de escape de una situación a la que muchas de ellas regresan en unas semanas, tras terminar sus estudios en el Centro Internacional de Estudios del Español de la Fundación Comillas.

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