16.06.2024 |
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ECONOMÍA

Movilizaciones en Correos por la mala gestión del amigo de Sánchez

La falta de cobertura de puestos de trabajo y la acumulación de notificaciones sin repartir son problemas destacados

El expresidente de Correos, Juan Manuel Serrano. / Marta Fernánde
El expresidente de Correos, Juan Manuel Serrano. / Marta Fernánde
Movilizaciones en Correos por la mala gestión del amigo de Sánchez

En un panorama marcado por tensiones laborales y disconformidad sindical, las regiones de Vizcaya y Albacete han sido las primeras en alzar la voz contra la situación que atraviesa la plantilla de Correos. Este descontento, enraizado en una percepción generalizada de una gestión económica deficiente, ha desencadenado movilizaciones que podrían extenderse a otros territorios.

La situación actual de Correos ha sido ampliamente atribuida a la gestión de su expresidente, Juan Manuel Serrano, quien, por ser amigo del actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido objeto de críticas y señalamientos por parte de los sindicatos y trabajadores de la empresa postal. La transición entre la administración anterior y la actual no ha sido fluida, y la herencia recibida por Saura se presenta como un desafío significativo.

Uno de los puntos centrales de conflicto es el elevado costo del personal en Correos, que asciende a unos 1.600 millones de euros anuales, aproximadamente la misma cantidad que la empresa genera por sus servicios postales y de paquetería. Esta situación ha llevado a la consideración de reducir la plantilla como una medida para equilibrar los gastos y los ingresos. Sin embargo, los sindicatos se oponen firmemente a esta propuesta, lo que ha desencadenado tensiones y movilizaciones en diversas regiones del país.

Pedro Saura, el nuevo presidente de Correos, ha intentado establecer una relación más cercana y constructiva con los sindicatos, en un marcado contraste con la relación conflictiva que mantenía su predecesor. A pesar de estos esfuerzos, las negociaciones para un nuevo convenio colectivo se han estancado, y la amenaza de huelgas se ha convertido en una realidad inminente.

Primeras movilizaciones

Las primeras regiones en iniciar las movilizaciones han sido Vizcaya y Albacete. En Vizcaya, se han convocado cuatro días de paro completo entre el 31 de mayo y el 5 de junio, con el propósito de denunciar el caos en las unidades de reparto debido a la falta de cobertura de puestos de trabajo, y para exigir condiciones dignas para toda la plantilla. Por su parte, en Albacete, el inicio de la huelga el lunes pasado ha contado con un seguimiento masivo, alcanzando un 90 % en Albacete capital y un 100 % en otras localidades como Hellín, Tobarra, Almansa y Madrigueras.

La delicada situación económica heredada de la administración anterior ha tenido un impacto directo en la operatividad de Correos. La reducción drástica de contrataciones ha generado un colapso en el servicio postal, con retrasos en la entrega de correspondencia y paquetería. Esta situación ha sido especialmente grave en localidades como Almansa, Tobarra, Hellín y Madrigueras, donde el porcentaje de carteros operativos es alarmantemente bajo.

Eva Belmonte, responsable de Correos de Comisiones Obreras en Albacete, ha manifestado su preocupación por la situación crítica e insostenible que enfrenta la provincia. En localidades como Almansa, Tobarra, Hellín y Madrigueras, el porcentaje de carteros operativos es notablemente bajo, lo que compromete la capacidad de la empresa para cumplir con sus obligaciones de entrega de correspondencia y paquetería.

La política de recursos humanos de Correos, que se ha caracterizado por no contratar personal, independientemente de la contingencia o el motivo de absentismo laboral, ha generado una falta de cobertura en todos los centros de trabajo y en todas las categorías profesionales. Esta situación se agrava durante el verano, cuando muchos trabajadores se toman vacaciones y no se cubren sus puestos, lo que provoca una mayor presión sobre los empleados restantes.

La acumulación de notificaciones sin repartir se ha convertido en otro problema grave para Correos. En Bilbao, por ejemplo, se estima que hay alrededor de 38.000 notificaciones acumuladas en los centros de trabajo, lo que ha llevado a retrasos significativos en la entrega de correspondencia.

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