La villa de Santillana del Mar, en Cantabria, es un precioso pueblo que se ha hecho famoso por su belleza artística y cultura propia. Por ello, esta localidad es una de las más visitadas del norte de España, y una visita obligatoria si estás en Cantabria.

Pese a tener ese nombre, el pueblo miente tres veces. Ni es santa, ni es llana, ni tiene mar. La villa fue declarada conjunto histórico-artístico en 1889, y  en sus inmediaciones se encuentra la cueva de Altamira, protegida como Patrimonio de la Humanidad.

Este cueva, calificada como la "capilla sixtina" del arte rupestre, contiene probablemente las pinturas prehistóricas más famosas del mundo.

Aparte de esta gran joya, Santillana cuenta con la prestigiosa colegiata de Santa Juliana en el siglo XII, el primero y más importante de los exponentes del arte románico en Cantabria.

Además también destaca de esta villa, las torres de Merino y Don Borja, las construcciones civiles más antiguas de una localidad empedrada.

Igualmente, el municipio tiene un espectacular parque zoológico, que hace las delicias de grandes y pequeños. Otra parada obligatoria si acudes a Santillana del Mar.

Otro dato curioso es que Santillana no tiene mar, pero el municipio sí. Las playas de Santa Justa y Ubiarco son el lugar perfecto para pasar un gran momento y darse un chapuzón en el mar Cantábrico.

La villa es espectacular, y te puedes perder por sus bonitas calles empedradas. Santillana del Mar es una parada obligatoria en la ruta cántabra por todo lo que atesora. Cultura, patrimonio, tradición y arraigo, son las palabras con las que se podría definir a este pueblo.