Jasper Philipsen ha logrado su primer monumento al ganar la Milán - San Remo en un emocionante sprint final. Con la colaboración de su compañero de equipo, Mathieu Van der Poel, Philipsen pudo resistir los ataques de Tadej Pogacar y Michael Matthews, asegurándose así la victoria en esta prestigiosa carrera.

El equipo Alpecin - Deceuninck manejó de manera magistral los momentos clave de la carrera, logrando su segunda victoria consecutiva en la Classicissima. A pesar de la presencia de Pogacar y Van der Poel como grandes favoritos, Philipsen demostró su calidad y resistencia en el ascenso y descenso del Poggio, gracias también al trabajo de su compañero de equipo.

Para Pogacar, la carrera no resultó tan dura como esperaba, y aunque hizo un esfuerzo espectacular, su equipo no logró seguir el plan preestablecido. A pesar de los intentos de romper la carrera en los tramos más duros, como el Berta y la Cipresa, no pudieron deshacerse del grupo delantero, que se mantuvo compacto hasta el final.

En el descenso del Poggio, Pogacar intentó lanzar dos ataques desesperados, pero fue neutralizado por el grupo principal, liderado por Van der Poel. Finalmente, en el sprint final, Philipsen superó a Matthews en la línea de meta, con Pogacar cruzando en tercer lugar.

Por otro lado, la única presencia española destacada fue la de Sergio Samitier, quien formó parte de la escapada del día junto a otros diez corredores. Sin embargo, la fuga se vio interrumpida por una caída de Samitier en el descenso de la Cipresa, cuando faltaban 16 kilómetros para la meta. Así, se escribió la historia de la Milán - San Remo más rápida de la historia.