Dos de dos. No está mal, está perfecto. Lucía Ruiz camina con paso firme por la Copa de España. Se enfundó el maillot rojigualda en la carrera de Noja y lo confirmó el domingo en Beasain, en una prueba que siguió un guión similar al de la primera fecha. La cántabra llegó a los últimos kilómetros formando parte de un grupo reducido, de unas pocas elegidas entre las que era la favorita porque también era la mejor acompañada. La historia se volvió a desarrollar tal y como como su equipo la había previsto y no sólo consiguió colocar a la joven corredora de Riaño en lo más alto del podio, sino que su compañera y paisana Claudia San Justo se alzó con la tercera plaza tras completar medio recorrido en fuga. Fue, en definitiva, un día importante para el ciclismo cántabro.

Ruiz, como no puede ser de otra manera, transmite satisfacción por todos sus poros. Está acostumbrada a volver a casa con trofeos pero comenzar el año con semejante doblete colma la mejor de sus expectativas. “Es increíble, nos están saliendo las carreras súper bien”, se felicita. Tanto en Noja como el pasado fin de semana en Beasain se fueron cumpliendo las estrategias diseñadas en la pizarra y eso colma siempre a un equipo. Porque gana una, pero la satisfacción es colectiva porque la ciclista cántabra es consciente de que sin la labor de sus compañeras, sin la acumulación de tanto talento en ese grupo, todo sería más complicado. “Estamos haciendo un trabajazo”, confirma. Y éste se ve recompensado. Lote completo.

La ciclista de Riaño está afrontando sus primeros meses de competición dentro de la categoría élite - sub 23 pero eso no ha frenado ni limitado la trayectoria ganadora que viene apuntando desde hace tanto tiempo. En las pruebas UCI le ha costado más asomar la cabeza pero en las domésticas está manteniendo su dominio a partir de un buen trabajo en grupo que en Beasain tuvo que salvar un trazado rompepiernas y una climatología un tanto desapacible, con momentos de lluvia que en momentos puntuales permitía la aparición de un sol mentiroso. La carretera se hizo peligrosa y eso hizo que, como recuerda Lucía, la “precaución” fuera un recurso innegociable del que todas las ciclistas echaron mano.

Las primeras ascensiones a los puertos de segunda y tercera categoría que hubo que subir en un par de ocasiones fueron haciendo una criba natural entre las ciclistas. Fue a falta de cuarenta kilómetros para el final cuando se formó una fuga que iría marcando la jornada. “Desde un principio pensábamos que iba a ser un buen día para la escapada y así se lo dije a Laura”, recuerda la actual líder de la Copa de España. Laura es su hermana, la que ha pedaleado siempre a su lado, la que ha ido formando su propia trayectoria y con quien sigue compartiendo equipo ahora en León. Y fue precisamente ella una de las fugadas. También se marchó otra compañera de equipo y otra cántabra como Claudia San Justo, lo que permitió un mayor margen de maniobra y menos obligaciones para el resto de integrantes del equipo que se habían quedado en el pelotón. “Nos permite ir más relajadas atrás”, sostiene Lucía. Una historia similar sucedió en Noja y también allí permitió a la ganadora llegar al tramo final con mejores piernas y tras haber sufrido menos estrés por liberarse de la obligación de perseguir y atrapar a las aventureras.

La, por ahora, doble ganadora en la Copa de España 2023 tenía compañeras delante pero también junto a ella. Y eso le dio una tranquilidad total. “Me han estado cubriendo en todo momento. Sobre todo, Andrea, que me hizo un trabajazo increíble en la subida porque lo he pasado un poquillo mal”, confiesa Lucía Ruiz. Considera que no tanto como para haberse quedado pero sí para haber llegado con el gancho. “Me ayudó un montón”, reconoce. Y fue fundamental que se mantuviera en buena disposición de jugarse la carrera porque si algo caracteriza a la cántabra es su capacidad para superar etapas de media montaña donde se hace una selección que deja atrás a las esprinters más puras. Es ahí cuando su figura se hace grande. Y en su equipo lo saben.

La fuga la formaron cuatro ciclistas. Las dos cántabras estaban acompañadas de Ilona Feytou (Abadie) y de Vera de Paiva (Massi Tactic). Llegaron a disfrutar de 1,45 de renta pero esta última y San Justo intentaron dejar atrás a sus compañeras de escapada en la segunda subida a Olaberria (tercera categoría), pero fueron neutralizadas en la bajada. El cuarteto mantuvo alrededor de sesenta segundos de renta respecto a las que venían por detrás pero fue en la última ascensión de la jornada cuando fue atrapado por otro grupo de ocho ciclistas que, junto a las cuatro que ya iban por delante, se iban a jugar la victoria. Ahí ya viajaba Lucía, que supo ver su momento.

Le mejor baza del Eneicat en ese momento ya era la campeona en Noja porque la carrera se había puesto para ella. “Las compañeras confiaron en mí en el esprint y me colocaron todo lo mejor que pudieron”, reconoce Lucía Ruiz. Eso ya conlleva un cierto nivel de exigencia e incluso de presión porque sobre sus piernas recaía la responsabilidad de poner la guinda a ese “trabajazo” realizado durante toda la jornada. Y lo logró: “Pudimos rematar ese trabajo con la victoria, que, al final, es una manera de agradecérselo porque fue una labor impecable que está dando sus frutos”.

De Beasain salió el ciclismo cántabro manteniendo un dominio importante en la Copa de España porque, además de mantener a Lucía Ruiz en lo más alto de la clasificación con 120 puntos, tiene a su hermana Laura en tercera posición. En medio de ambas está una corredora del Cantabria Deporte - Río Miera, la valenciana Susana Pérez, mientras que la quinta es Claudia San Justo. Todas ellas, como el resto, tendrán otra oportunidad el próximo fin de semana en Pontevedra, donde se disputa la tercera fecha del campeonato.