29.04.2024 |
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GOBIERNO CATALUÑA

Aragonès amenaza con consumar la secesión de la "nación catalana"

Aragonès amenaza con consumar la secesión de la "nación catalana"

El 2021 ha supuesto el retorno de ERC a la presidencia de la Generalitat de Cataluña: Pere Aragonès ha asumido el mando del Govern en un año marcado por los indultos a los presos del procés, la reactivación de la mesa de diálogo y las tensiones crónicas entre los socios de la coalición independentista.

Estos fueron los momentos clave del año político en Cataluña:

EFECTO ILLA

El año arrancó con la resaca de una gran sorpresa: la renuncia de Miquel Iceta a ser candidato a la Generalitat, en favor de Salvador Illa, a quien las encuestas internas situaban con opciones de poder disputar la primera plaza a ERC y JxCat.

El entonces ministro de Sanidad esperó hasta la campaña electoral del 14F para dejar el Gobierno, momento en el que entró Miquel Iceta como ministro de Política Territorial, si bien en julio se quedó con la cartera de Cultura y Deportes, mientras Raquel Sánchez asumía la de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

La operación interna culminó en el congreso del 18 de diciembre, con la proclamación de Illa como primer secretario del PSC.

MAYORÍA INDEPENDENTISTA

En plena tercera ola de covid, el Govern trató de aplazar al 30 de mayo las elecciones catalanas convocadas a raíz de la inhabilitación de Quim Torra como president, pero el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña negó que tuviera competencias para posponerlas, por lo que finalmente se celebraron el 14 de febrero.

Los resultados dieron tres grandes titulares: el PSC de Illa se erigió en la fuerza más votada -empatada a 33 escaños con ERC-, el independentismo sumó una histórica mayoría absoluta de 74 escaños -y cerca de un 52% de votos- y la extrema derecha entró por primera vez en el Parlament, con los 11 diputados de Vox.

AGÓNICA INVESTIDURA

La amplia mayoría independentista -33 escaños de ERC, 32 de JxCat y 9 de la CUP- parecía allanar el camino a una reedición del Govern de coalición, con un cambio de color político en la presidencia de la Generalitat, que por primera vez desde los tiempos de la II República volvería a manos de Esquerra.

Primero pactaron la presidencia del Parlament para Laura Borràs, a finales de marzo ERC cerró un pacto de investidura con la CUP, pero el acuerdo con JxCat se hizo esperar: hubo una investidura fallida, las negociaciones entre Esquerra y JxCat se fueron envenenando con reproches cruzados, hasta que un pacto in extremis permitió a Aragonès ser investido president el 21 de mayo.

PRESOS INDULTADOS

Tras meses de constantes rumores, el Consejo de Ministros aprobó el 22 de junio un indulto parcial, reversible y condicionado para los nueve condenados por el proceso independentista, una medida de gracia que el Gobierno de Pedro Sánchez justificó por "razones de utilidad pública".

Oriol Junqueras, Raül Romeva, Carme Forcadell, Dolors Bassa, Jordi Sànchez, Jordi Turull, Josep Rull, Joaquim Forn y Jordi Cuixart pudieron salir así de prisión, aunque siguen inhabilitados.

DIÁLOGO REANUDADO

Una semana después de la concesión de los indultos, Pedro Sánchez recibió en la Moncloa a Aragonès, con quien escenificó el inicio de una nueva fase en las relaciones, que se tradujo en la reactivación de la mesa de diálogo, creada en febrero de 2020 pero interrumpida por la pandemia de coronavirus.

El 15 de septiembre, Aragonès recibió a Sánchez en el Palau de la Generalitat, antes de la reunión que celebraron sus delegaciones en el reinicio de la mesa de diálogo, donde constataron sus posiciones alejadas pero se comprometieron a seguir hablando sin imponerse plazos.

TENSIÓN ENTRE SOCIOS

Las tensiones entre socios independentistas, evidenciadas antes de la investidura, alcanzaron un punto crítico cuando Aragonès vetó los nombres propuestos por JxCat para formar parte de la delegación de la Generalitat en la mesa de diálogo, ya que tres de ellos -Jordi Sànchez, Jordi Turull y Míriam Nogueras- no son consellers.

La ausencia de JxCat en la mesa de diálogo y las discrepancias sobre el proyecto de ampliación del Aeropuerto de Barcelona-El Prat se suman a un factor clave que explica su falta de cohesión: no hay una hoja de ruta compartida para continuar el procés; Junts apuesta por la "confrontación" con el Estado, mientras que ERC defiende la vía dialogada y aparca de momento la unilateralidad.

FACTOR PUIGDEMONT

La noche del 23 de septiembre, poco después de aterrizar en el aeropuerto de Cerdeña para participar en unas jornadas culturales en L'Alguer, Carles Puigdemont fue detenido por la policía italiana, a raíz de la orden europea de detención y entrega cursada por el Tribunal Supremo.

Lo que parecía que podía abrir una crisis política de largo alcance en Cataluña se acabó diluyendo en 24 horas: el tribunal sardo dejó libre al expresident y eurodiputado de JxCat al día siguiente sin ninguna medida cautelar y el caso quedó aparcado, hasta que la Corte de Justicia europea se pronuncie sobre su hipotética extradición.

PRESUPUESTOS CON NUEVOS APOYOS

Si la legislatura arrancó con un acuerdo a tres bandas entre independentistas, a finales de año este bloque se ha resquebrajado, tras la negativa de la CUP a apoyar los presupuestos para 2022, lo que llevó a Aragonès a buscar una alternativa.

Como ocurrió en 2020, los comunes han hecho posible aprobar, el 23 de diciembre, las cuentas de la Generalitat, mientras la CUP amenaza con "desestabilizar" un Govern que tacha de "autonomista".

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