«Y no sólo la reciben de una enfermedad, sino una vacuna de muchas cosas», añade este lunes Cabero en una entrevista telefónica con Efe, en el día en el que Cantabria ha abierto el sistema de autocita para vacunar contra la covid a los niños de 9, 10 y 11 años.

Cabero valora además que, gracias a las vacunas, se han «dejado de ver muchas neumonías, otitis y meningitis» y, por ello, los padres «ven día a día el efecto directo que tienen». Y señala que en Cantabria no hay ningún niño hospitalizado por coronavirus. «Estamos bien», subraya.

La mayoría de consultas que reciben por covid ahora mismo es por fiebres o por contactos estrechos en los colegios. Entre los motivos más importantes para vacunar a los niños, la jefa de Pediatría de Valdecilla cree que, aunque sean pocos los niños que han tenido covid «grave, muchos se han visto afectados y ha habido que ingresarlos», e incluso alguno ha acabado en cuidados intensivos. También apunta que se desconocen los efectos del virus a largo plazo.

Sin embargo, además de la protección individual que supone la vacuna, cree que otra razón es que los niños han sido el grupo «que más ha sufrido las restricciones sanitarias». «Muchos no han ido a la escuela, se les ha apartado de extraescolares. Cuánto mejor vacunados estén y más vacunados haya, más facilidad van a tener para hacer una vida normal al aire libre o ver a los abuelos», afirma.

La jefa de Pediatría de Valdecilla entiende que las vacunas nuevas generen dudas y que cueste «un poco empezar» a inocularlas, como ocurrió con la del rotavirus, pero en el caso del coronavirus recuerda que ya se han vacunado millones de adultos y «un número importante» de niños en Estados Unidos e Israel. «Y se ha visto que no hay más efectos secundarios que en los adultos», agrega Cabero, quien apostilla que los padres tenían «muchas ganas de vacunar» a sus hijos más pequeños.