26.04.2024 |
El tiempo

El Sinfín sale del túnel a tiempo

Tras lograr una renta de cinco goles en los primeros 25 minutos, se vio por debajo del marcador en el arranque del segundo tiempo  on su victoria, alcanza ya los veinte puntos

Los contragolpes de Alberto Pla fueron los grandes protagonistas del inicio del partido. / trapero
Los contragolpes de Alberto Pla fueron los grandes protagonistas del inicio del partido. / trapero
El Sinfín sale del túnel a tiempo

Tras la victoria de ayer, son ya veinte puntos los que tiene el Sinfín y aún le quedan cinco partidos por delante, entre los que, además, hay dos contra los dos últimos clasificados. Hay, por lo tanto, un buen margen para sumar todavía más y dar un aspecto bonito a la temporada. Algo muy extraño tendría que suceder para que el Sinfín no lograra la permanencia a final de curso. Algo, quizá, como lo que pudo haber sucedido ayer en La Albericia si los hombres de negro no llegan a encontrar a tiempo la salida de un túnel que estuvo a punto de echar la tarde a perder y de complicar su propia temporada. Se pasó prácticamente nueve minutos sin marcar, echó por la borda una ventaja de cinco goles e incluso se vio de pronto perdiendo un partido que había tenido bajo control. A esto hay que sumar unos nervios a flor de piel al no entender qué diantres estaba sucediendo, pero, de repente, alguien volvió a dar al interruptor y las cosas volvieron a la normalidad.

Comenzó el Sinfín la contienda trabajando a base de buenas defensas y contragolpes. Era un guión propicio para lo que ayer tenía delante y a partir del cual destacó sobremanera Alberto Pla, que es el primero de la clase a la hora de correr, un tipo que antes incluso de robar el balón ya está en campo contrario, como si se adelantara a los acontecimientos. Fue así como logró marcar cuatro de los primeros siete goles de los suyos encarrilando así una contienda que aún guardaría muchas sorpresas.

El acierto en el contragolpe le dio al equipo santanderino las primeras ventajas de cuatro goles, que llegó a ser de cinco cuando, gracias a dos goles consecutivos de Barco y a otro más de Zungri, otra vez en una veloz transición, se puso el marcador 17-12. Eran cinco goles y todavía faltaban tres minutos y quince segundos para el descanso. Aquello olía a muerto, tenía el equipo cántabro ante sí la oportunidad de hundir a su contrincante pero, de pronto, se vino abajo en ataque. Se fue de la pista y no volvería a marcar ni un solo tanto hasta casi los seis minutos del segundo tiempo.

Aquello, obviamente, lo aprovechó Puerto Sagunto para reaccionar. Ya maquilló el marcador antes del descanso reduciendo la ventaja local a dos goles y, tras salir de vestuarios, aprovechó el cúmulo de despropósitos en el que se convirtió el partido para empatar. También al equipo valenciano le costó ver portería y no lo hizo hasta que el reloj marcaba casi los cuatro minutos, pero como su rival había dimitido en ataque, donde falló desde goles claros hasta penaltis, igualó la contienda a 17 y vuelta a empezar.

Víctor Montesinos tuvo que pedir tiempo muerto a los cinco minutos de la reanudación tras ver cómo el parcial de 0-5 echaba por la borda el sueño de los cántabros de disfrutar de una tarde plácida. Estaba claro que el Sinfín necesitaba algo diferente en ataque y quien dio un paso al frente fue el jugador llegado hace apenas unas semanas para cambiarlo todo. Ostroushko, utilizando fundamentalmente en defensa para compensar, en la medida de lo posible, la baja de Muñiz, se echó a los suyos a la espalda y anotó cuatro goles prácticamente consecutivos que dieron aire a los suyos y mitigaron el efecto psicológico de ver cómo Puerto Sagunto incluso se ponía por delante 21-22, 22-23 y 24-25.

Elcio también ayudó bajo palos al aparecer al partido tras el descanso. Ernesto, que terminó su trabajo en el primer tiempo con cinco paradas, no estaba teniendo la gloriosa tarde que tuvo en su anterior paso por La Albericia y fue el momento del caboverdiano, que despejó cuatro balones en los primeros quince minutos del segundo acto que también limitaron el efecto de la pájara que estaban sufriendo sus compañeros de campo.

El relevo del jugador ucraniano lo tomó Nacho Valles con dos goles consecutivos que por fin devolvieron a su equipo el dominio sobre el marcador (28-27). Fue como si hubieran servido para volver a encender la luz y acabar con el túnel que estuvo a punto de sumirles en serios problemas. De nuevo comenzó el equipo cántabro a fluir en ataque y establecer una nueva renta de tres goles (30-27) a falta de poco más de siete minutos que debía significar el asfalto que necesitaba para mantenerse firme por la carretera que le llevara hacia la victoria. De hecho, logró mantener esa renta llegando al final del encuentro con las cosas en su sitio y un tranquilizador 34-31 en lo más alto.

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