Ha pasado medio año y han pasado muchas cosas. Por aquel entonces, cuando se hizo de noche, el Sinfín era un equipo con cara de preocupación. La segunda vuelta había vuelto a comenzar mal y en un abrir y cerrar de ojos había dinamitado todo su colchón. Nadie sabe lo que podría haber terminado pasando porque llegó la pandemia y se lo llevó todo por delante. A partir de ahí, hubo varias semanas de incertidumbres antes de confirmar que se daba la temporada por terminada a falta de once partidos y hubo que construir el nuevo curso, que seguro que va a ser el más raro de todos. Tanto es así, que va a comenzar por la segunda jornada que, en verdad, debía haber sido la tercera. Un lío. Y es un lío que al equipo santanderino no le va a venir bien porque le va a hacer comenzar a caminar con dos partidos consecutivos a domicilio.

El primero de ellos será esta misma tarde a partir de las ocho y media. Al equipo cántabro le toca cumplir a las primeras de cambio con el desplazamiento más largo de toda la temporada, que, como ya parece ser tradición, será a Puente Genil. Viajó ayer por la tarde, llegó casi de madrugada y viajará durante toda esta noche. Llegará mañana miércoles con la mañana bien entrada para el sábado volver a subir al vehículo y meterse otro buen puñado de horas para desplazarse a Cuenca. Toda esa paliza acumulada en forma de kilómetros será un lastre más para un equipo que sabe que no le sobrará nada en su particular pelea por la permanencia y que arrancará con el hándicap de tener que jugar en dos canchas extrañas.

Hacerlo entre semana, además, conlleva también las limitaciones propias de un equipo como el Liberbank Cantabria, cuyos jugadores tienen que ganarse las habichuelas en otra parte y han de compaginar trabajo y deporte. Por eso el pasado año ya no pudo contar con dos piezas fundamentales como Postigo y Muñiz cada vez que jugaba lejos de Santander entre semana, lo que se repetirá este curso. Y el primer día será hoy. Será una dificultad añadida a un proyecto que no es nuevo pero como si lo fuera, ya que, tras toda una década en la familia, ya no estará Rodrigo Reñones en el banquillo, sino que éste ha sido sustituido por Víctor Montesinos, que tiene ante sí la oportunidad de ir haciéndose un nombre importante en la Asobal.

Hoy no sólo comienza una nueva temporada para el Sinfín, la tercera consecutiva de su segunda etapa en la Asobal, sino también la era Montesinos. Y es importante que la maquinaria comience a funcionar de manera fluida desde el principio. De ahí la mala suerte de tener que escribir los dos primeros capítulos de esta nueva campaña lejos de La Albericia. Ya es sabido lo que cuesta sumar puntos en la máxima categoría aunque todo eso puede darse la vuelta en esta temporada tan atípica en la que, de partida, la presencia de aficionados en las gradas será muy limitada. Por ejemplo, hoy en el pabellón cordobés sólo podrá haber trescientos espectadores, lo que corresponde a un tercio del graderío. Es algo que se tiene que notar a la fuerza para acercar la sensación a la de un encuentro a puerta cerrada o de pretemporada.

Comenzará el equipo santanderino la competición sin la posibilidad de haberse probado a sí mismo. Tenía programados media docena de partidos veraniegos pero sólo pudo disputar uno por culpa de ese falso positivo que obligó a interrumpir de manera repentina el trabajo y a aislar a todos los integrantes del plantel. Algo mejor le han ido las cosas a su rival de esta tarde, que al menos ha podido disputar tres amistosos con un balance de dos victorias y un empate, así que mucho cuidado con el equipo cordobés: superó al Trops Málaga, de la División de Honor Plata (25-27), y al Benidorm, de Asobal (22-25), para cerrar su periodo de preparación firmando tablas ante Antequera (23-23).

El Puente Genil ya era uno de los equipos más en forma del momento cuando se interrumpió la competición pero hoy es un equipo algo cambiado, ya que ha habido muchos movimientos durante todos estos meses. Mantiene en el banquillo al exinternacional Paco Bustos al frente de una formación que se ha reforzado con los fichajes de los brasileños Joao Pedro Silva (Steaua de Bucarest) y Anderson Da Silva (Helvetia Anaitasuna), el serbio Mihajlo Mitic (Frigoríficos Morrazo BM Cangas) y los españoles José Padilla (Algemesí), Manu Díaz (Liberbank Cuenca) y Vicente Poveda (Teucro).

Por su parte, el Sinfín se presentará, como casi siempre, con una plantilla corta, ajustada al presupuesto, y que todavía será más limitada por las importantes bajas de Muñiz y de Postigo. En las filas de los hombres de negro ya no estarán Torriko, Silva ni Ángel Iglesias pero sí se mantendrán figuras importantes como Nacho Valles, Herrero Lon, Nicolas Zungri, un Alberto Pla recuperado de la lesión que apenas le dejó jugar el curso pasado, Álex Barco,  o un Dimitrievsky que transmitió muy buenas sensaciones en el único amistoso del verano. A todos ellos se les suman los fichajes Ramiro Martínez, Ernesto y Xavi Castro.