26.04.2024 |
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El partido imposible de cada año

El Sinfín visita esta tarde la cancha del intratable barça  ontesinos, que seguramente dé la oportunidad de jugar a los menos habituales, no podrá contar con Muñiz, Postigo ni Elcio

Darko Dimitrievski, lanzando a portería rival. / hardy
Darko Dimitrievski, lanzando a portería rival. / hardy
El partido imposible de cada año

Cuesta admitirlo porque la afirmación peca de escaso espíritu deportivo, pero el partido que tiene el Sinfín por delante esta tarde (19.30 h.) es imposible de ganar. Prácticamente, ni siquiera hay espacio para una posible sorpresa. Uno va al pabellón del Barcelona a que le partan la cara y, en la medida de lo posible, impedir que te castiguen demasiado el rostro. Es una jornada de transición en la que hay que dar por hecho que no hay nada que rascar. Es un partido sin incertidumbre en el que el principal objetivo es volver con todos los jugadores enteros.

Que sea imposible no quiere decir que el equipo santanderino no lo vaya a intentar. Siempre lo hace y hay veces que ha estado metido en el partido durante muchos minutos. Sobre todo, en La Albericia. Más de una vez ha llegado vivo al segundo tiempo, pero acaba sucumbiendo prácticamente por inercia porque no tiene potencial suficiente para aguantar el ritmo de su rival. Y es una cuestión que va más allá de la obvia diferencia cualitativa que hay entre ambos equipos, ya que también tiene mucho que ver con lo físico. Mientras que los azulgrana se pueden permitir una rotación constante que le permite jugar en todo momento con las piernas, los brazos y la cabeza frescas, los hombres de negro están más limitados también numéricamente hablando. Es lo que hay, hay que aceptarlo. Así se escribe un balonmano español que hace ya demasiados años que no tiene incertidumbre alguna sobre quién se va a llevar los títulos.

La sorpresa rotunda en balonmano es muy complicada cuando hay tanta diferencia entre unos y otros. No es como el fútbol, en donde un Alcoyano puede sorprender a un Real Madrid en un momento dado. En el balonmano no pasa. Por eso el encuentro de hoy carece de un ingrediente que ha de tener todo deporte para levantar pasiones, que es la incertidumbre. Sin ésta, se queda en poca cosa. Y los partidos del Barça no la tienen. Aún así, son los que nunca se pierde la televisión. Al líder lo emiten siempre y hoy no será una excepción. El aficionado del Sinfín se suele quedar sin ver los desplazamientos de su equipo a canchas donde  se anuncian duelos apretados e incluso decisivos o, por lo menos, con capacidad de sorpresa, pero hoy podrá ver cómo una apisonadora pasa por encima de los suyos.

El equipo de Montesinos afrontará el encuentro después del duro y exigente envite que tuvo que jugar el miércoles pasado en La Albericia contra el Granollers. Fue un partido largo dominado por el Sinfín durante buena parte del minutaje y que se le terminó haciendo largo. Apenas ha tenido un par de días para recuperarse y emprender el siempre largo viaje hasta Barcelona para, nada más jugar, coger el camino de vuelta y pensar ya en el siguiente encuentro, que volverá a ser en casa contra Ademar dentro de siete días. Ese partido también será complicado, pero habrá margen para la sorpresa. Todo lo que sea capaz de sumar el equipo de Montesinos en esta complicada fase del calendario será bienvenido.

El Sinfín vendió cara su derrota contra el Granollers pero las consecuencias de la misma fueron más allá de la clasificación, ya que terminó lesionado un jugador capital para el equipo como es Diego Muñiz. Éste ya terminó el pasado año con problemas físicos que le dejaron en la grada y el miércoles se resintió de una rodilla que le mantiene entre algodones. Hoy ni viajará como tampoco lo harán Cristian Postigo y Elcio. A buen seguro que sea el joven Basualdo quien tenga la posibilidad de enseñar sus mejores virtudes, tanto en defensa como en ataque, en una cancha donde se han escrito muchas historias de gran balonmano, ya que es posible que el equipo santanderino reserve a Lon para aventuras más trascendentes.

La expedición cántabra viajará a la ciudad condal con la confianza de que, a la vuelta, ya estén los refuerzos en casa. Y es que, el último y flamante fichaje cerrado por el club presidido por Servando Revuelta, el ucraniano Vladyslav Ostroushko, llegará en las próximas horas a Santander. Ayer se sometió a la PCR que debía aportar para montar en el avión y pisar territorio español, algo que hará a lo largo del fin de semana para, a partir del lunes, ponerse a las órdenes de Víctor Montesinos. En función de cómo le vea éste, podría tener ya sus minutos el próximo fin de semana en el partido contra el Ademar. 

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