La selección española de balonmano arrancó su preparación para el Mundial de Egipto con una derrota (31-28) ante Croacia, en una reedición de la final del último Europeo, en la que los ‘Hispanos’ nunca fueron capaces de encontrar su juego tanto en ataque como en defensa.

Lastrados por los apenas cuatro días de trabajo con los que llegó el conjunto español a la cita, España careció de la solidez defensiva que llegó a los de Jordi Ribera a coronarse el pasado mes de enero campeón continental por segunda ocasión consecutiva tras doblegar por 22-20 a los balcánicos.

Circunstancia que unida al carácter preparatorio del choque, pese a su condición de oficial, condenó a los ‘Hispanos’ a una derrota de la que tratarán de resarcirse el próximo sábado en el choque que volverá a enfrentar a ambos conjuntos en Madrid.

Un duelo para el que España se pudo deberes tanto en ataque como, sobre todo, en defensa, donde los ‘Hispanos’ deben recuperar su habitual solidez si quieren no sólo ya desquitarse de esta derrota, sino aspirar a lo máximo en el Mundial de Egipto que arrancará el próximo 13 de enero.

Y es que pese a que Croacia tardó más de cinco minutos en estrenar su marcador, al conjunto español le costó ajustar la defensa 6-0 por la que apostó de inicio el preparador español.

Especialmente a la hora de medir las distancias, ya que cuando se refugió en exceso sobre la línea de seis metros, España dio excesivas facilidades al cañonero Luka Sebetic, mientras que cuando arriesgó a salir abrió el camino al pivote Zeljko Musa.

Inconsistencia defensiva que los ‘Hispanos’ lograron compensar con la facilidad que mostró en ataque, donde el pequeño de los hermanos Dujshebaev, el joven Dani, dejó unas más que notables buenas sensaciones.

Pero en el momento en el que España rebajó su efectividad en ataque llegó el despegue de Croacia, que con dos paradas consecutivas de Ivan Pesic a lanzamientos de Aleix Gómez y Adriá Figueras, se situó con una renta de tres goles (10-7) superados los primeros diecisiete minutos de juego.

Una desventaja que el conjunto español trató de atajar con el paso a una defensa avanzada 5-1, que si bien permitió a los ‘Hispanos’ acercarse una y otra vez en el marcador, no consiguió enjugar definitivamente la ventaja de los balcánicos.

Y es que el choque en el tramo final del primer tiempo se convirtió en un constante intercambio de goles, que en nada benefició al conjunto español, que en los primeros treinta minutos concedió 17 tantos, cinco menos que los 22 que encajó en toda la final del pasado Europeo.

Un dato que, sin duda, obedeció a los apenas cuatro días que lleva trabajando el conjunto español, que se concentró para preparar el próximo Mundial de Egipto el pasado día 2 de enero en Guadalajara.

Escaso bagaje de trabajo que siguió lastrando a los ‘Hispanos’ en el arranque de una segunda mitad, en el que Croacia no desaprovechó las imprecisiones ofensivas del equipo español para dispararse hasta los cinco tantos (20-15) de ventaja.

Una circunstancia que obligó a Jordi Ribera a pedir con urgencia un tiempo muerto, ya que sí bien el resultado era ayer casi lo de menos, para nada estaba dispuesto a encajar una dura derrota ante los balcánicos.

Ni aun así reaccionó el conjunto español que con sus errores posibilitó que los balcánicos ampliasen incluso más su ventaja como reflejó el inquietante 26-19 que reflejaba a los 44 minutos el marcador.

Si España no logró nunca alcanzar su nivel en defensa, tampoco mostró su mejor versión en ataque, donde a sus errores propios, se sumó alguna que otra incomprensible decisión de los colegiados, que no ayudó a aclarar las ideas del equipo español.

Pero cuando peor pintaba para los ‘Hispanos’ y en una muestra más del carácter preparatorio del duelo, la decisión de Croacia de atacar con siete jugadores de pista, dio aire al equipo español que se situó a tan sólo tres goles (28-25) a poco más de siete minutos para la finalización.

De hecho, los de Jordi Ribera lograron acercarse, incluso, a dos goles (29-27) en el tanteador, pero lo cierto, es que España nunca dio la impresión de poder evitar la victoria balcánica (31-28) en un choque en el que España se puso deberes no sólo para el sábado, sino para el próximo Mundial.