Japón ha anunciado un cambio significativo en su postura tradicionalmente pacifista, optando por un proceso de rearme para hacer frente al "punto de inflexión histórico" que experimenta el mundo, marcado por conflictos como la guerra de Ucrania, la guerra en Oriente Medio y el expansionismo chino.

Este cambio de postura se produce en un contexto global donde la agresividad del expansionismo belicista de China y Rusia está llevando a países neutrales o con fuerzas armadas limitadas a reconsiderar su posición y comenzar procesos de rearme.

Al igual que otros países como Finlandia y Alemania, Japón ha decidido fortalecer sus capacidades militares, dejando atrás su tradicional enfoque de limitación de las fuerzas armadas. La seguridad y defensa de Japón, hasta ahora en gran medida en manos de Estados Unidos, ahora se verá reforzada con este nuevo enfoque de rearme.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, señaló en una entrevista con la CNN que el mundo está experimentando un "punto de inflexión histórico", con conflictos en múltiples regiones. Ante esta situación, Japón ha decidido reforzar sus capacidades de defensa y modificar su política de seguridad.

Este proceso de rearme japonés tiene como objetivo alcanzar una inversión del 2 % del PIB en defensa antes de 2027, destinada principalmente a reforzar las capacidades defensivas y contraofensivas del país. Se espera que estas nuevas capacidades adquiridas por Japón sean orientadas hacia el contraataque.

El primer ministro también justificó esta decisión aludiendo a los desafíos en la región, como el desarrollo de misiles balísticos y armas nucleares por parte de algunos países vecinos, así como las acciones de la Flota china en el mar de China Oriental y el mar de China Meridional.

Este cambio de postura de Japón, aunque justificado por las crecientes tensiones regionales y globales, también plantea preocupaciones sobre el resurgimiento del nacionalismo militarista y las heridas del pasado con países como China y Corea del Norte. Sin embargo, Japón considera que fortalecer sus capacidades de defensa es necesario para hacer frente a los desafíos actuales y futuros en la región.