La península de Corea emerge como un punto álgido de preocupación para el año 2024, con Corea del Norte lanzando advertencias de un posible conflicto armado. Durante una reunión con altos mandos militares el 1 de enero, el líder norcoreano, Kim Jong-un, subrayó que la península está al borde de un conflicto armado, destacando la escalada constante de la tensión bélica en los últimos meses. Existen especulaciones sobre la posibilidad de que 2024 sea testigo de una significativa prueba nuclear por parte de Corea del Norte.

En respuesta a estas tensiones, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, anunció planes para fortalecer los mecanismos de disuasión junto con Estados Unidos frente a la amenaza norcoreana. Se propone completar un marco de disuasión extendida durante la primera mitad del nuevo año con el objetivo de contrarrestar cualquier amenaza nuclear y balística proveniente de Corea del Norte.

El aumento de la tensión en la península de Corea se anticipa que continuará a lo largo de 2024, siguiendo la tendencia marcada en el año anterior. Corea del Norte desempeña un papel central en la estrategia de aumento de la tensión entre el bloque coordinado por China y Rusia y el bloque occidental liderado por Europa y Estados Unidos, junto con sus aliados.

China, el principal patrocinador de Corea del Norte, tiene un interés estratégico en intensificar la tensión en la península para socavar la influencia de Estados Unidos y sus aliados en la región, que incluye a Japón, Corea del Sur, Taiwán y Filipinas. Como parte de las conmemoraciones del 75 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas, el presidente chino, Xi Jinping, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, intercambiaron mensajes de felicitación, proclamando el año 2024 como el "Año de la Amistad" entre ambos países.