El candidato libertario, Javier Milei, ha emergido como el ganador indiscutible de las elecciones presidenciales de Argentina, marcando una diferencia aplastante que ha sacudido los cimientos de la política tradicional en el país. Milei obtuvo el 55,69% de los votos, mientras que su rival, Sergio Massa, apenas alcanzó el 44,30%, en una derrota humillante para el peronismo, que nunca antes había enfrentado una elección tan desfavorable en las últimas cuatro décadas de democracia iniciada en 1984.

La sorpresa de esta victoria radica en la amplitud de su alcance. Incluso en la provincia de Buenos Aires, el distrito más poblado del país, donde se esperaba una victoria de Massa, Milei logró un impresionante 49,26% de los votos, acercándose peligrosamente al 50,73% de Massa. En solo tres provincias, el oficialismo logró la victoria: Santiago del Estero, Formosa y la provincia de Buenos Aires, esta última dominada por el empobrecido conurbano.

Sin embargo, lo que realmente sorprendió fue el éxito abrumador de Milei en varias provincias que se consideraban bastiones del peronismo. En Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Entre Ríos, el candidato libertario obtuvo triunfos inéditos con porcentajes que superaron las expectativas. También ganó en provincias del norte como Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja y Tucumán, así como en las del noreste, incluyendo Chaco, Misiones y Corrientes. La Patagonia no fue una excepción, ya que Milei triunfó en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén y La Pampa, sorprendiendo a muchos que esperaban una victoria contundente del peronismo.

En la Ciudad de Buenos Aires, se esperaba una victoria de Milei, y así ocurrió con un contundente 57,24% de los votos para su coalición "La Libertad Avanza", mientras que "Unión por la Patria" se quedó con el 42,75%. Este resultado dejó anonadados a los militantes peronistas porteños, quienes no esperaban una derrota de tal magnitud.

En una reacción inusual, Sergio Massa compartió su derrota con un amplio grupo de líderes peronistas, desde el gobernador Axel Kicillof hasta el diputado Máximo Kirchner y el secretario general de la CGT, Héctor Daer. Ninguno de los gobernadores que habían prometido su presencia asistió a la celebración de Massa.

Javier Milei, en su discurso de victoria, agradeció a su equipo de campaña, a sus seguidores y a figuras políticas como Mauricio Macri y Patricia Bullrich, a quienes calificó como "verdaderos patriotas". Prometió poner fin a la decadencia de Argentina y enfatizó que no venían a inventar nada, sino a implementar soluciones probadas en la historia del país. Adicionalmente, advirtió sobre la urgencia de abordar problemas críticos como la inflación, el estancamiento económico y la inseguridad.

El presidente electo también expresó su compromiso con la democracia, el comercio libre y la paz, prometiendo trabajar en estrecha colaboración con naciones libres de todo el mundo.

Esta histórica victoria de Javier Milei ha dejado a Argentina y al mundo político en estado de shock, planteando interrogantes sobre el futuro del país bajo su liderazgo. La transición oficial comenzará hoy, cuando Milei se reúna con el presidente saliente, Alberto Fernández, en la Casa Rosada, marcando el inicio de una nueva era en la política argentina.