El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se enfrenta a nuevas controversias después de que el fiscal especial, Robert Hur, concluyera que retuvo "intencionadamente" documentos clasificados de su época como vicepresidente, aunque optó por no presentar cargos en su contra. En el informe, se destacó la "memoria significativamente limitada" de Biden durante los interrogatorios de 2023.

En una rueda de prensa improvisada desde la Casa Blanca, Biden defendió su memoria y abordó las preocupaciones sobre su edad, afirmando que su "memoria está en buen estado". Biden ha estado bajo investigación desde que hace un año se encontraron documentos clasificados en su domicilio de Delaware relacionados con su tiempo como vicepresidente de Barack Obama.

A pesar de las pruebas encontradas, Biden insistió en su inocencia, afirmando que no infringió la ley. Sin embargo, el fiscal especial argumentó que procesar a Biden era "injustificado" dadas las circunstancias, y señaló las dificultades del presidente para recordar fechas clave, incluida la fecha de la muerte de su hijo Beau en 2015.

De manera enérgica, Biden respondió a estas afirmaciones, cuestionando cómo se atrevía el fiscal a plantear tales dudas sobre su memoria. Sin embargo, durante su intervención, desde la Casa Blanca, Biden pareció confundirse al mencionar al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, refiriéndose a él como el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi.

Explicando su respuesta a la crisis humanitaria en Gaza, Biden confundió los detalles de sus esfuerzos diplomáticos y mencionó a al-Sisi como líder de México. Aunque posteriormente corrigió su error, la confusión alimentó las preocupaciones sobre su capacidad para llevar a cabo la política exterior de manera efectiva.

El incidente recuerda las controversias similares que rodearon al expresidente Donald Trump durante su mandato. La administración de Biden enfrenta ahora el desafío de restaurar la confianza en su liderazgo mientras lidia con estas revelaciones y sus implicaciones políticas.