Pilar Martín

Madrid, 22 feb (EFE).- Desentrañar el "gran problema de la ciencia", la muerte o el cómo "nos arreglamos para estar vivos", esto es lo que, con más "telómeros que filosofía", analizan con grandes dosis de curiosidad y conocimiento el sapiens Juan Luis Arsuaga y el neandertal Juan José Millás, dos homines a los que la eternidad les parece algo "muy teórico".

Te verde y café, esto es lo que sujetan en sus manos Millás y Arsuaga, respectivamente, mientras confiesan que aunque no tienen ninguna intención de morirse (al paleontólogo le espera un verano de muchas excavaciones y al periodista muchos problemas que resolver) ambos tienen claro lo que quieren el día que se despidan de la vida.

"Yo quiero que suene el 'Agur jaunak' y una jota segoviana", dice a EFE Arsuaga, mientras Millás casi le pisa las palabras con un: "pues en mi epitafio quiero que ponga 'eso fue todo'". Dos deseos que no tienen urgencia en cumplir, sobre todo tras escribir con mucha biología, algo de filosofía y un fino humor "La muerte contada por un sapiens a un neandertal" (Alfaguara).

Una obra que llega dos años después de desentrañar la vida en "La vida contada por un sapiens a un neandertal" y en la que esta pareja de amigos se pasean por un restaurante, un gimnasio, un cementerio o un desguace para explicar qué hay detrás del hecho de la muerte, del por qué morimos, desde un punto de vista muy vital.

"La muerte es un enigma, es una pregunta inevitable la de por qué nos tenemos que morir, y esta respuesta solo la da la religión, pero al final el ser humano se la pregunta y por eso la muerte es uno de los grandes problemas de la ciencia", afirma Arsuaga, el artífice de saciar la curiosidad de Millás, quien manifiesta el asombro que le despierta que su corazón lleve latiendo "sin parar 76 años".

Le despierta admiración, sobre todo teniendo en cuenta su condición de hipocondríaco, así que afirma que en este libro ha aprendido más que con el anterior, el problema es que, lamenta, con esta obra ha vuelto "más ignorante" ante el vasto conocimiento de Arsuaga en biología.

"En este libro hay más telómeros (el final de un cromosoma) que filosofía. Solo se puede morir lo que está vivo y la pregunta de un biólogo es cómo nos arreglamos para estar vivos. Un ser vivo es un sistema ordenado, pero lo tenemos todo en contra", dice el miembro del equipo de investigación de los yacimientos de Atapuerca desde 1982.

Y justo eso, todo lo que tiene en contra la vida, es lo que buscan subidos en "la jaca", ese todoterreno viejo en el que ambos viajan a esos lugares donde explicar con imágenes claras y sencillas a los lectores por qué morimos o por qué el envejecimiento no depende de la edad, sino del "desgaste" o de cómo te cuides.

Grandes preguntas en las que siempre está rondando el eterno deseo humano de la "inmortalidad", algo que ambos consideran que es un "problema": "lo de ser inmortal es muy teórico, la pregunta sería si quiero morirme hoy", expresa Arsuaga.

A falta de que el jueves el libro llegue a las librerías, esta nueva aventura literaria, adelantan, podría tener una tercera entrega, porque aunque tras resolver lo que hay detrás de la vida y la muerte este sapiens y este neandertal consideran que hay algo en lo que quieren sumergirse: "la mente".

Mientras que se hace realidad, o no, este nuevo libro, otra de las novedades que llegan junto a esta novedad es un documental (que se estrenará el jueves en la plataforma Filmin) en el que el espectador podrá seguirlos por esos escenarios que les han servido para dar respuesta a sus preguntas. EFE

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