La noticia de la muerte de Alexéi Navalni en prisión fue un duro golpe para sus seguidores y para la oposición rusa. Pero la situación se tornó aún más sombría cuando su madre, Lyudmila Navalnaya, intentó recuperar el cuerpo de su hijo sin éxito. Según la portavoz de Navalni, Kira Yarmish, las autoridades negaron el acceso a la morgue local a la madre del disidente y a sus abogados, en un claro intento de ocultar los detalles de su fallecimiento.  La búsqueda infructuosa de sus restos mortales añade un nuevo capítulo a la trágica saga de Navalni, cuya muerte ya había conmocionado a la comunidad internacional.

Medios independientes rusos sugieren que el cadáver de Navalni fue trasladado a la morgue de Salejard, cercana a la prisión donde perdió la vida. Sin embargo, la falta de una autopsia oficial y la negativa a entregar el cuerpo a su familia alimentan las teorías de que el gobierno ruso intenta "borrar las huellas" del crimen.

El "síndrome de la muerte súbita" fue la explicación inicial dada a la familia, una causa de muerte que no encuentra respaldo en la medicina forense. Esta versión contrasta con la del Comité de Investigación ruso, que afirma que la causa de la muerte "todavía no se ha determinado" y que se está realizando un segundo examen histológico, cuyos resultados se esperan en los próximos días.

La situación ha provocado manifestaciones y protestas en Rusia, reprimidas violentamente por las autoridades. Más de 52 mil personas han exigido que el cuerpo de Navalni sea devuelto a su familia, mientras su viuda, Yulia Navalnaya, ha expresado su dolor y amor por Navalni en las redes sociales, en medio de un clamor por justicia que parece lejos de ser atendido por el gobierno de Putin.