21.05.2024 |
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Daniel Sancho, el asesino confeso de Edwin Arrieta, compartirá celda con otros 20 reclusos

El crimen ha sacudido la tranquilidad de la isla tailandesa, un lugar de retiro, exploración y fiesta para los visitantes | "Somos budistas, no podemos concebir algo tan retorcido"
Daniel Sancho, el asesino confeso de Edwin Arrieta, compartirá celda con otros 20 reclusos

Sancho guarda, desde su ingreso en prisión, un periodo de aislamiento como protocolo por la covid-19, establecido en 10 días, antes de mezclarse con los reos en la prisión de Samui, ubicada en una tranquila zona del sur de esta turística isla, rodeada de cocoteros y plantaciones. Una vez salga de la zona de aislamiento, Sancho, que lucirá la vestimenta de recluso formada por un pantalón y una camiseta ancha comúnmente de color marrón, será trasladado a una celda compartida y le proveerán de un juego de tres piezas de tela para usarlas como colchón, sábana y almohada ubicadas sobre el suelo.

Las celdas de Samui se distinguen entre pequeñas, ocupadas por un máximo de 20 presos, y las grandes, con entre 30-40 reos. Otra de las mayores incomodidades son los baños y las duchas comunes. Desde la pandemia las cárceles de Tailandia cuentan con salas de videollamada para contactar con sus familiares y amigos, pero ahora también pueden visitarles en el periodo habilitado para ello. Además, los presos pueden solicitar reunirse con sus representantes legales y, en el caso de los reos extranjeros, con las autoridades consulares de su país. También cuentan con un economato para adquirir, mediante encargo, comida o bebida, entre otros productos, a precios asequibles aunque superiores a los de fuera del recinto.

La situación del penal de Samui dista mucho de las condiciones de otros correccionales del país, entre ellos la cárcel de máxima seguridad de Bang Kwang, en Bangkok, donde en mayo se encontraban 172 condenados a la pena capital. Un trabajador de un instituto público tailandés encargado de la reforma y mejora del sistema penitenciario, quien pide no ser identificado, subrayó en declaraciones a EFE que el principal problema que afrontan las prisiones es su "condición de hacinamiento" debido a las largas condenas de presos por delitos de drogas, el mayor grupo de los 268.405 reos del país.

¿Cómo se enfrenta un paraje turístico, anclado en el golfo de Tailandia y donde viven apenas 14.000 personas, a que un chef de 29 años asesine presuntamente a un cirujano plástico de 44 y que luego arroje sus restos por las playas y contenedores de toda la isla?

REZOS AL ALBA, TRES COMIDAS Y BIBLIOTECA

Un funcionario de la cárcel de Samui describió a EFE la rutina diaria de los reos dentro del recinto. El día comienza a las 5:00 de la mañana, cuando los guardias despiertan a los presos y realizan un primer recuento de los reclusos , seguido de un rezo budista. A las 7:00 reciben el desayuno y a las 8:00 son colocados en fila delante de la bandera tailandesa para cantar el himno nacional y vuelven a ser contados por las autoridades. Tras ello llega la hora para acudir a las duchas y realizar las tareas asignadas por el comité de prisión. En el centro además existen varios proyectos para que los reos se formen en un trabajo de cara a su reinserción, tales como jardinería y electricidad. El almuerzo llega al mediodía y tras concluir con la jornada de tareas, alrededor de las 15:00, se les somete a un nuevo recuento y se permite una nueva ducha. Se cena temprano, sobre las 16:00, y se realiza un nuevo rezo antes de regresar a la celda, mientras que la hora de dormir llega a las 21:00. El funcionario también precisó que hay sala de televisión y una biblioteca, así como un amplio patio donde hacer deporte, aunque carece de gimnasio.

POBLACIÓN CARCELARIA

Aunque el sistema penitenciario de Tailandia guarda diferencias con las cárceles españolas -donde hay celdas más pequeñas, privadas y con colchones-, la prisión de Samui es considerada como "amable" en comparación con otros recintos del país. Conforme a los datos publicados el 5 de agosto por el Departamento de Correccionales de Tailandia, al menos 394 presos varones -incluido un español- se encuentran internos en el penal, que acepta reos condenados a penas máximas de 15 años. La prisión cuenta con otras 127 plazas libres hasta alcanzar su capacidad máxima, lo que la diferencia de otras cárceles del país que se encuentran saturadas, como la de Bangkok.

ISLA DE MOCHILEROS, FIESTA Y RELAX

En el norte, hay más centros de meditación y de masaje que bares. Es un lugar para curar la mente y el cuerpo. También hay buenas rutas de senderismo por la enorme reserva natural que ocupa más de la mitad de la zona y que ha frenado la explotación inmobiliaria, con una espesa selva en su interior. Los mochileros, llegan, alquilan una moto por lo que cuesta una cerveza en España, recorren las típicas playas de arena blanca rodeadas por una enorme selva tropical virgen, consumen sobre todo snacks y sándwiches de los 7-Eleven, duermen en una buena cama barata con vistas al mar y se largan a explorar otro rincón exótico del país.

En el sur, se celebra una vez al mes la madre de todas las fiestas playeras: la Full Moon Party, una orgía de música electrónica, reggae, grandes hogueras, colores fluorescentes y drogas, muchas drogas, con el MDMA como acompañante estrella para hace volar a más de 50.000 fiesteros de todas partes del mundo que se unen en la playa de Hajad Rin.

"Nosotros somos budistas y no concebimos la posibilidad de que alguien pueda planear un crimen tan retorcido. Aquí los extranjeros vienen a pasárselo bien, a conocer nuestras playas y nuestra comida, pero no a matarse entre ellos", dice un tailandés que lleva un bar cerca de la playa de Hajad Rin, donde la súper fiesta. Allí, Daniel Sancho arrojó el pasaporte y la cartera de su víctima, el colombiano Edwin Arrieta.
 

Daniel Sancho, el asesino confeso de Edwin Arrieta, compartirá celda con otros 20 reclusos
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