Después de 22 meses de intensos enfrentamientos en Ucrania, el Ejército ucraniano se encuentra en una situación difícil para reclutar nuevos soldados dispuestos a enfrentarse a las fuerzas rusas que han lanzado una nueva ofensiva. El mayor Oleksander Volkov, comandante de un batallón, destaca la carencia de personal en las unidades y la necesidad urgente de reclutar jóvenes menores de 40 años y altamente motivados. La situación se agrava debido a la percepción errónea en la sociedad, alimentada por algunos medios de comunicación, de que la situación militar es más favorable de lo que realmente es.

La contraofensiva ucraniana en el sur ha fracasado, y las tropas rusas han retomado la iniciativa, avanzando en varios sectores, incluido el este. A pesar de las considerables pérdidas, el Ejército ruso cuenta con más recursos humanos y municiones, logrando avances significativos en ciudades clave. Los soldados ucranianos, agotados después de dos años de combates, luchan por defender el territorio en medio de bombardeos constantes y condiciones climáticas adversas.

El agotamiento y la falta de reemplazos para los heridos y muertos han llevado a una escasez de voluntarios. La percepción pública sobre los riesgos de la guerra ha cambiado con el tiempo, y el temor por la vida está afectando la disposición de la población para unirse al Ejército. La edad media de los soldados en el frente está aumentando, y algunos informes sugieren que el 40 % de los soldados en ciertas unidades tienen 45 años o más.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha solicitado una revisión del sistema de reclutamiento, reconociendo las deficiencias y la necesidad de mejoras. Las críticas apuntan a las oficinas de movilización con enfoque cuantitativo y deficiencias en la calidad del reclutamiento. La corrupción también ha afectado al sistema, con casos de elusión del servicio militar. En este contexto, las esposas de los soldados han protestado en Kiev exigiendo el regreso de sus seres queridos del frente.