En medio del rugir de los aficionados y el fragor de la competición, el Racing de Santander se encuentra inmerso en un desafío que va más allá de la mera confrontación deportiva. Es una lucha contra las estadísticas, contra un nombre que se ha vuelto sinónimo de contratiempos y frustraciones: Andrés Fuentes Molina.

Este domingo, en la jornada 39 de LaLiga Hypermotion, el destino ha vuelto a cruzar los caminos del equipo cántabro con este árbitro valenciano de 33 años, y con él, la sombra de una sequía de victorias que parece no tener fin. Desde que Fuentes Molina se convirtió en una figura recurrente en la narrativa del Racing, el club ha sido incapaz de cosechar un triunfo bajo su supervisión.

Las cifras, implacables, hablan por sí solas: cinco encuentros dirigidos por Fuentes Molina, tres empates y dos derrotas. Esta temporada, en particular, ha sido testigo de tres partidos cruciales para los racinguistas, en los que la victoria parecía esquiva como un espejismo en el desierto. Las derrotas ante el Racing de Ferrol y el Cartagena, y el empate contra el Real Oviedo en el Carlos Tartiere, quedan grabadas en la memoria colectiva del equipo. Pero no solo se trata de números en un papel. La influencia de Fuentes Molina se ha hecho sentir de manera tangible en el campo, con la expulsión de tres jugadores clave del Racing en estos encuentros: Iván Morante y Andrés Martín frente al equipo cartagenero, y Sangalli contra el ovetense. Y aunque mirar hacia atrás puede ser doloroso, es imposible ignorar el hecho de que la temporada anterior también dejó su huella, con la tarjeta roja mostrada a Pombo contra el Leganés en Butarque.

En contraste, el equipo rojillo del Mirandés parece haber encontrado una suerte más favorable bajo la dirección de Fuentes Molina. Con cinco encuentros dirigidos por el árbitro valenciano, han logrado tres victorias, un empate y una derrota. Esta temporada, en particular, ha sido testigo de su éxito, incluyendo la notable victoria ante el Eibar y el triunfo frente al Real Oviedo.

Sin embargo, el fútbol es un juego impredecible, lleno de giros y vueltas. Y en este escenario de incertidumbre, el Racing se prepara para recibir al Mirandés en El Sardinero, con la determinación de desafiar las probabilidades y romper con la tendencia negativa que ha definido su relación con Fuentes Molina. Pero el camino hacia la redención no será fácil. Más allá de la confrontación en el terreno de juego, el equipo cántabro se enfrenta a un desafío adicional en forma de sanciones. La presión se intensifica con la ausencia de jugadores clave debido a suspensiones, una situación que añade una capa extra de complejidad a un enfrentamiento ya cargado de expectativas.

Aunque las estadísticas pueden pintar un panorama desafiante, el Racing está decidido a escribir un nuevo capítulo en su historia. Uno en el que la victoria no solo sea un impulso para el equipo, sino también una nota positiva en la memoria colectiva de los aficionados. Porque en el fútbol, como en la vida, nada está escrito en piedra. Y en la búsqueda de la Victoria Perdida, el Racing está dispuesto a desafiar las probabilidades y reclamar su lugar en la cima del juego.