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Pilar Cernuda
21:31
19/08/21

Sánchez: No estar en lo que hay que estar

Sánchez: No estar en lo que hay que estar

Si cualquier ciudadano de a pie está obligado a asumir sus responsabilidades laborales, más que nadie debe asumirlas el jefe de gobierno, y este  mes de agosto el presidente no ha estado en lo que hay que estar y donde debe estar. Agosto del 2021  no formará parte de la mejor biografía de Pedro Sánchez:  no dio señales de vida cuando los españoles sufrieron un tarifazo eléctrico que convirtió en agónicas sus cuentas,   y tampoco las dio cuando Marlaska y Vivas decidieron por su cuenta  la devolución de los menores marroquíes que entraron ilegalmente en Ceuta y  procedieron a su expulsión gradual sin que se cumplieran los requisitos que marca la ley.

Sin embargo lo más grave ha sido el silencio  de Sánchez – sinónimo de indiferencia-  ante la situación trágica de  Afganistán.  Biden pasará a la historia como un presidente incapaz de afrontar con sensatez una crisis,  un presidente cobarde y  que no ha hecho caso a los informes de sus servicios de seguridad,  pero  Pedro Sánchez tampoco sale bien parado.  Han empezado a llegar a Torrejón los  aviones con el personal español acreditado en Afganistán y sus  colaboradores afganos, pero la improvisación ha retrasado la operación respecto a las realizadas por otros países europeos. Se han perdido días preciosos, y las consecuencias del retraso pueden ser dramáticas.  Solo el  empeño y trabajo incansable de los ministros de Defensa y Exteriores,  y de  las autoridades militares,  pudieron salvar la cara a España frente a otros países europeos que nos llevan muchos cuerpos de ventaja en el rescate. Sus  jefes de gobierno se pusieron  desde el primer momento  al frente de la situación, informaron puntualmente a oposición y  ciudadanos, y contactaron con las autoridades de otros países. Pedro Sánchez, con su frivolidad habitual,  se limitó a publicar unos tuits – modelo que entusiasma a los gobernantes más mediocres-  y se trajeó para que le hicieran una fotografía mientras se comunicaba telemáticamente – al cuarto día- con un par de ministros. Ni siquiera se quitó las alpargatas, le esperaba la piscina o la cancha de baloncesto.

Ya regresa a Madrid,  y lo anuncian como si eso demostrara su grado de responsabilidad.   Una vez más ha demostrado que le encanta ser presidente pero siempre que pueda ejercer el cargo con la ley del mínimo esfuerzo. Es la razón de que gobierne y se asocie con los partidos  que quieren acabar con la Constitución, porque llegar a acuerdos con los que defienden España  cuesta trabajo.  Es más fácil hacerlo con los sediciosos,  todo consiste en pagar y ceder. No preguntan por la operación de rescate afgano, tampoco preguntan por las decisiones sobre el futuro de los refugiados,   cómo se les va a integrar en la sociedad española y europea,  si se les facilitarán trabajos e ingresos de supervivencia … Asuntos sobre los que trabajan los presidentes de otros países  que ya han informado a la oposición y  a sus ciudadanos.

Sánchez: No estar en lo que hay que estar
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