Apenas hubo ayer dos mil aficionados en Los Campos de Sport, pero se hicieron notar porque el cabreo es tremendo. En el fondo, tanto los dirigentes, como los responsables del proyecto deportivo, como los propios jugadores pudieron dar gracias de que no hubiera habido más y que no hubiera sido un partido normal porque la caldera que se habría generado ante la nueva derrota cosechada en Santander habría sido tremenda.

Antes del encuentro, ‘La Gradona’ ya se había reunido previamente para concentrarse y protestar por la mala gestión deportiva del club. Y ese episodio tuvo su continuación porque los que ocuparon el fondo norte del estadio no se fueron a su casa una vez terminada la contienda, sino que se concentraron en la entrada de la fachada principal para pedir la dimisión del consejo de administración y demás reivindicaciones protocolarias cuando todo va mal.

Lo cierto es que los esos aficionados habitualmente más animosos comenzaron el partido con ganas y ánimo de arengar a los suyos y, en la medida de lo posible, recuperar el espíritu habitual de Los Campos de Sport. Se entonaron cánticos de apoyo para empujar a los suyos y, en cierta medida, estuvieron acompañados por una mejoría del equipo que incluso estuvo rondando el gol. Sin embargo, llegó el primer tanto en contra y ahí ya se empezaron a escuchar las exigencias de dimisión para la directiva, esa camiseta no la merecéis y demás clásicos.

Lo cierto es que se notaba que en la parte central de ese fondo no se respetaba la distancia de seguridad y por eso se optó en el descanso por dejar vacía esa zona. Esperaban que los aficionados se desperdigaran entonces por todo el fondo, pero no fue así. Se quedaron en los vomitorios y en los pasillos. Mejor que no hubiera nadie de Salud Pública viendo el encuentro porque, de esta manera, aumentarán las trabas para volver a disfrutar de aficionados en la grada. Para el próximo partido, seguramente ya no se podrá. Y a saber cuándo es la próxima.