20.04.2024 |
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Santoña se echa a la calle con el fin del cordón sanitario

La villa recupera buena parte de su ambiente, aunque los vecinos no olvidan el disgusto por lo sucedido
Santoña se echa a la calle con el fin del cordón sanitario
La villa de Santoña ha dejado hoy de estar aislada tras dos semanas desde que la Consejería de Sanidad así lo dictara para evitar el avance de la COVID-19 en el municipio, lo que ha hecho que sus vecinos se echen a la calle pero, eso sí, cumpliendo con las restricciones que aún se mantienen.

En las primeras horas de este miércoles los santoñeses han aprovechado el buen día en este municipio costero de la zona oriental de Cantabria para pasear y tomar algo en las terrazas de los bares en su reapertura, bajo la presencia constante de la Policía Local, que ha intervenido en alguna ocasión para hacer respetar las medidas de seguridad.
El cordón sanitario que se levantó en Santoña ha conseguido reducir la aparición de nuevos casos y un cambio en la curva epidemiológica del municipio, donde la incidencia del coronavirus ha pasado de 716 casos por 100.000 habitantes entre el 5 y el 7 de septiembre a 462 el día 13, según la Consejería de Sanidad.

Sin embargo considera necesario establecer restricciones durante otras dos semanas "dadas las dificultades del rastreo y el potencial diseminador de los diferentes ámbitos y actividades".

Así, se permiten las actividades de establecimientos de hostelería y restauración, con un aforo máximo en interiores del 50 por ciento y en terrazas del 75 %, siempre que se mantenga una separación mínima entre clientes de 2 metros, mientras que las barras de bares y cafeterías quedarán fuera de uso temporalmente.

Entre otras medidas, se permiten actividades deportivas colectivas con restricciones, la asistencia a centros de distinta índole y celebraciones religiosas con un máximo de 20 personas.

Las mesas que no permitían guardar los dos metros de distancia han sido en lo que más han hecho hincapié una pareja de agentes de la Policía Local, que no ha parado de dar vueltas por el casco urbano de Santoña para controlar que tanto esto como la limitación de aforo o que no se consuma en la barra se cumple en este primer día de relajación de las medidas restrictivas.

Lo primero que ha cambiado respecto a la última quincena es que a la entrada de la localidad no hay ningún control de la Guardia Civil para vigilar el acceso y la salida. Así, lo que en los primeros días de aislamiento eran atascos y tráfico, ahora vuelve a ser un acceso fluido.

A la entrada del municipio, en el colegio Macías Picavea, los más pequeños salían a las 11.00 horas de clase tras lo que ha sido el estreno escolar para bastantes de ellos, ya que muchas familias optaron por no llevarles los primeros días con motivo del confinamiento.

Fuera esperaban sus padres comentando como al fondo del patio un camión de limpieza desinfectaba los exteriores del colegio.

En el centro de la villa se ha visto más movimiento. Los vecinos se han animado a pasear y a consumir en terrazas como la de la taberna "El Antiguo", regentado por Giuseppe, que reconoce que se siente afortunado de poder reabrir el local.

"Hay que ser positivos. El concepto de las cosas tiene que ser presente", subraya, apostando por ser "disciplinados, inteligentes y humanos" para llevar esta situación "lo mejor posible".

Giuseppe, que saluda a casi todos los vecinos que pasan con emoción en este día de reapertura para el sector, cree que lo más esperanzador sería que la gente pueda hacer "vida normal", ya no sólo por la economía, sino por las personas en sí.

A su juicio, todo lo que es salir de la ruta diaria como han sido estas dos semanas "es duro". "Pero de nada me sirve quejarme cuando tenemos una enfermedad que de por sí existe y resiste. Hay que convivir con el virus, ni olvidarnos del miedo ni que sea tampoco el protagonista de todas nuestras acciones", opina.

Otra opción elegida por muchos para dar la bienvenida al fin del aislamiento ha sido el paseo marítimo del municipio, que ha vuelto a acoger las caminatas mañaneras de los vecinos y las charlas en sus bancos, sobre todo de los más mayores.

Además, hoy el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, y el alcalde de Santoña, Sergio Abascal, que en su momento criticó las medidas y reclamó un relajamiento de algunas de ellas, han agradecido en una rueda de prensa a los santoñeses su colaboración para doblegar la curva.

Abascal ha subrayado el "esfuerzo individual y colectivo" de sus vecinos, a quienes ha pedido continuar así, "no relajarse y extremar" el cumplimiento de las medidas.

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