La Audiencia Provincial de Cantabria ha dictado sentencia hoy, imponiendo una pena de seis años de prisión a un astuto ladrón que sembró el pánico en dos sucursales bancarias de la ciudad. Oculto tras una misteriosa máscara y blandiendo una pistola de apariencia letal, este criminal, afectado por una psicosis desencadenada por el consumo de drogas, llevó a cabo sus despiadados asaltos.

El juicio, marcado en rojo en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, comenzó con un inesperado giro. Las partes involucradas alcanzaron un acuerdo, y el acusado, en un sorprendente giro, admitió su culpa y se declaró responsable de un delito continuado de robo con intimidación en establecimiento público. Todo esto, con la peculiaridad de la atenuante de alteración psíquica.

Los sombríos hechos sucedieron en mayo y junio de 2022, cuando este audaz delincuente visitó dos sucursales del Kutxabank en Santander. Su rostro oculto tras una máscara, que buscaba ser el pasaporte al anonimato, y blandiendo una supuesta arma de fuego, que resultó ser un juguete aunque diseñado para sembrar el terror, este astuto criminal exigió la entrega de dinero. En ambas ocasiones, logró su cometido y se llevó consigo la suma de 600 euros.

Este malhechor, aquejado por una psicosis alimentada por sustancias estupefacientes, ha sido sentenciado a prisión. No obstante, la justicia también le ha impuesto una indemnización de 1.200 euros a la entidad bancaria ultrajada, como compensación por el importe robado.

El oscuro submundo del crimen se topó con la firme mano de la justicia, pero los ecos de estos asaltos resonarán en la memoria de la ciudad durante mucho tiempo.