28.04.2024 |
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15 años por violar a su hija y 8 para la madre por encubrirlo

El fiscal pide para ambos procesados que se les prohíba aproximarse a menos de 500 metros y comunicar directa o indirectamente con su hija durante un periodo de 10 años
Imagen de archivo de un juicio. / E.P.
Imagen de archivo de un juicio. / E.P.
15 años por violar a su hija y 8 para la madre por encubrirlo

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Castellón ha juzgado hoy a un hombre para el que el fiscal solicita 15 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual por violación ejercido sobre su hija; y a la madre de la menor, para la que el ministerio público pide 8 años de cárcel, a la que acusa de ser cómplice.

Además, el fiscal pide para ambos procesados que se les prohíba aproximarse a menos de 500 metros y comunicar directa o indirectamente con su hija durante un periodo de 10 años que se ejecutará con posterioridad al cumplimiento de la pena privativa de libertad, así como la medida de libertad vigilada por tiempo de 10 años para ambos, cuya concreción se interesa sea en la realización de terapias obligatorias y cursos de educación sexual.

Así mismo, solicita en concepto de responsabilidad civil, que el acusado sea condenado a indemnizar a su hija con 50.000 euros en concepto de daño moral, cantidad de la que responderá subsidiariamente la procesada en su calidad de cómplice.

Según las conclusiones definitivas del ministerio público, el acusado, mientras convivía con su hija menor en el domicilio familiar de un pueblo de la provincia de Castellón, en reiteradas ocasiones, con una frecuencia de casi todos los fines de semana, entre 2009 y 2013 y cuando la menor tenía entre 4 y 8 años, mantuvo relaciones sexuales con ella, de lo que tenía conocimiento la madre de la joven, "que nada hacía por impedirlo".

Como consecuencia de estos hechos, la menor ha manifestado un síndrome ansioso depresivo postraumático con alteraciones alimentarias y trastorno de los vínculos parentales, según el fiscal.

Los acusados durante el juicio han negado los hechos. Así el procesado ha indicado que su hija le ha escrito cartas pidiéndole perdón y que desde hace meses ésta tiene contacto con toda la familia.

Así mismo, la madre de la víctima, que ha reconocido que su hija padecía anorexia, ha asegurado que durante una temporada estuvo en una institución religiosa de Cantabria, donde le dijeron que no podía verla por consejo médico, a pesar de lo cual ella fue. Además ha relatado que la relación actual con su hija es normal y que, incluso, la llama por teléfono cada diez minutos.

La procesada, así mismo, ha indicado que antes de entrar en el juzgado le ha dicho su hija que la había llamado una monja de la institución religiosa en la que estuvo para decirle que declarase contra ellos.

La víctima, por su parte, que ha declarado tras un parabán, ha reconocido que le contó a una monja de la institución religiosa que su padre había abusado de ella durante tiempo, tras lo que la religiosa presentó una denuncia, y que ratificó estas acusaciones ante el juzgado. No obstante, ha asegurado que posteriormente presentó un escrito ante la Generalitat Valenciana diciendo que nada de lo que había dicho era verdad.

QUERÍA "LLAMAR LA ATENCIÓN"

La menor ha declarado hoy que acusó a sus padres porque no se encontraba bien psicológicamente y quería "llamar la atención" de éstos porque consideraba que era la hija a la que menos querían. "Luego me di cuenta que se me había ido de las manos", ha dicho.

La joven, que ha negado que haya sufrido algún tipo de presión a la hora de declarar hoy, ha indicado que ha recibido tratamiento psiquiátrico y que lo que declaró en un principio respecto a los hechos fue "fruto" de su invención. Además, ha subrayado que la madre superiora de la institución religiosa le ha llamado para que testificara que los abusos eran ciertos.

La abuela de la menor ha explicado que su nieta nunca le dijo nada respecto a los hechos, y que "jamás" ha influido sobre ella para que no declarase contra sus padres. "Siempre le he dicho que diga la verdad", ha añadido. Así mismo, ha apuntado que nunca ha visto ninguna lesión física en su nieta, "pues no lo hubiera permitido".

Uno de los hermanos de la menor ha declarado que "nunca" ha visto ningún tipo de abuso sobre ella. "Mis padres son muy cariñosos y somos una familia normal", ha dicho.

La médido forense que realizó la peritación en agosto de 2022 tras entrevistarse con la menor ha subrayado que padecía un trastorno de conducta alimentaria -con síntomas relacionados con anorexia y bulimia- y síndrome ansioso. Ha indicado que la chica explicó que en meses anteriores había sufrido abusos sexuales del padre y que la madre tenía conocimiento de los mismos.

"Consideramos que el relato que nos hizo tenía credibilidad", ha apuntado la perito", ha indicado.

Por su parte, una de las monjas de la institución religiosa donde estuvo la menor y que denunció los hechos ha asegurado que la chica les contó que había habido relaciones abusivas por parte de su padre con ella; y ha añadido que la menor se mordía y se hacía cortes en los brazos y que le dijo que hacía eso "para olvidar otros dolores".

"NO ME PARECIÓ QUE DIJERA COSAS QUE NO FUERAN VERDAD"

"No me pareció que dijera cosas que no fueran verdad, no lo he dudado ni lo dudo por el dolor con el que lo relataba", ha apuntado la religiosa.

Otra de las monjas de dicha institución ha explicado que la menor había tenido convulsiones e incluso ausencias de entre 20 y 30 minutos. "El neurólogo dijo que era fruto de una somatización de lo que había tenido de pequeña", ha afirmado.

También ha declarado una perito que instruyó un expediente de la menor y sus hermanos para ver la posibilidad de ponerles protección tras la denuncia, la cual ha señalado que no se obtuvo ningún indicador de riesgo desde ningún ámbito, y que consideró que la separación de la menor de la institución religiosa en la que estaba sería "beneficiosa" para ella.

Los peritos propuestos por la defensa de los acusados han relatado que la menor padecía un caso de psicología fantástica, "con fabulaciones y mentiras con diversos fines", y han destacado el "distanciamiento emocional con el que narraba los hechos".

El fiscal ha elevado a definitivas sus conclusiones, al considerar que la menor "denunció abusos muy serios y por presiones administrativas y familiares se ha desdicho", por lo que ha solicitado una sentencia de condena. Finalmente, la abogada de la defensa de los acusados ha indicado que no puede dictar una sentencia condenatoria, puesto que considera que no existen pruebas.

El acusado, en su derecho a la última palabra, ha manifestado que son una familia "normal, humilde y trabajadora" y que quiere mucho a sus hijos. La procesada ha concluido que no sabe lo que le ha pasado a su hija y que en la vivienda familiar no le ha pasado nada.

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