En las páginas más sombrías de la historia de la Guerra Civil Española, el asesinato de 156 personas en el barco-prisión Alfonso Pérez, anclado en Santander el 27 de diciembre de 1936, se destaca como uno de los actos más brutales y despiadados. Este hecho, que estremeció los cimientos de la sociedad española de la época, sigue resonando en la memoria colectiva como un recordatorio de los horrores de la guerra y la represión política.

Antecedentes Históricos

El Alfonso Pérez, un buque transformado en prisión, se convirtió en el escenario de una masacre sin precedentes. Este evento ocurrió en un contexto de creciente tensión y violencia en la ciudad de Santander, exacerbada por la polarización política y social que caracterizó a la Guerra Civil. Durante aquellos tiempos convulsos, se establecieron en Santander tres checas, siendo la más notoria la de Neila, por el número de detenidos y torturados.

Puerto de Santander en la segunda mitad del siglo XIX. / alerta

El Papel de Manuel Neila Martín

Manuel Neila Martín, un ex empleado de una tienda de telas y miembro del partido socialista, se erigió como una figura central en estos acontecimientos. Con el triunfo de las izquierdas en las elecciones de 1936, Neila ascendió a comisario y se convirtió en el responsable de la Comisión de Policía del Frente Popular. Bajo su mando, la represión en Santander alcanzó niveles extremos, con numerosos detenidos, torturados y asesinados.

La Masacre en el Alfonso Pérez

El 27 de diciembre de 1936, el Alfonso Pérez fue asaltado. Los presos, inicialmente atacados con granadas de mano, sufrieron heridas graves, muchas de las cuales resultaron fatales. Posteriormente, se estableció un tribunal improvisado en la cubierta del barco, donde los prisioneros eran convocados, interrogados someramente sobre su nombre y procedencia, y luego ejecutados sin más deliberación.

Con el triunfo amañado de las izquierdas en las trágicas elecciones de 1936, Neila se elevó a comisario y responsable de un inquietante organismo que se denominó Comisión de Policía del Frente Popular, que recuerda excesivamente al Comité de Salud Pública de Robespierre, responsable directo de una época que ha pasado, justamente, a la historia como El Terror, de un Terror santanderino que alcanzó a toda la provincia, aunque quedó diluido en el que presidió toda la represión republicana de la España mártir.

Selección y Ejecución de las Víctimas

Los asesinatos se llevaron a cabo con un frío cálculo, dando prioridad a aquellos considerados como "peligrosos" por sus afiliaciones políticas de derechas, militares, o por poseer apellidos ilustres. No obstante, la masacre no discriminó y muchos católicos destacados, incluyendo sacerdotes y religiosos, fueron asesinados por su fe y compromiso. Entre las víctimas había figuras eclesiásticas como Don Eliseo Alonso Pumarejo y Don Hilario Arce Cañete, cuyas muertes fueron testimonio de su fe y valentía.

Conmemoración y Recuerdo

A 87 años de este oscuro episodio, la ciudad de Santander recuerda a las víctimas. El partido VOX ha tomado la iniciativa de conmemorar este trágico evento, resaltando la importancia de recordar la historia en su totalidad, sin sesgos ni olvidos. La portavoz de VOX en el Ayuntamiento de Santander, Laura Velasco ha enfatizado que estos asesinatos, cometidos en un contexto de guerra y represión, deben ser recordados como parte integral de la historia española.

Crítica a la Ley de Memoria Histórica

Esta conmemoración también ha servido como plataforma para criticar la Ley de Memoria Histórica, con alegatos de que esta ley busca imponer una única visión de la historia y enfrentar a los españoles. Desde VOX se argumenta que esta ley atenta contra la libertad individual y la pluralidad de interpretaciones históricas.

El Legado del Alfonso Pérez

El asesinato en masa en el Alfonso Pérez no es solo un recuerdo de la brutalidad de la Guerra Civil, sino también un recordatorio de la necesidad de preservar la historia en su complejidad, reconociendo todos los lados y todas las voces. Este episodio, cargado de dolor y tragedia, sigue siendo relevante hoy en día, como un espejo de los conflictos y divisiones que aún persisten en la sociedad.

En resumen, el asesinato de 156 personas en el barco-prisión Alfonso Pérez es un capítulo crucial en la historia de Santander y de España, uno que sigue generando debate, reflexión y, sobre todo, un llamado a no olvidar las lecciones del pasado.