26.04.2024 |
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«Nos sentimos totalmente indefensos»

Vecinos de una comunidad de la calle Hernán Cortés piden a Educación y Sanidad que regulen el cumplimiento de las normas de seguridad ante el covid en su edificio residencial en el que existe un centro educativo

El presidente de la comunidad de vecinos en el acceso principal de este edificio residencial de la calle Hernán Cortés. / HARDY
El presidente de la comunidad de vecinos en el acceso principal de este edificio residencial de la calle Hernán Cortés. / HARDY
«Nos sentimos totalmente indefensos»

Lo que ocurrió en marzo de este año fue algo impensable para la mayoría de los ciudadanos cántabros y españoles, apareció un virus que dejaba la región cerrada a cal y canto. El declarado ‘Estado de alarma’ se resumió en cierre de establecimientos, bares, colegios, universidades, talleres, peluquerías, academias, etc. Incluso tuvimos que sufrir el confinamiento domiciliario durante meses. Una vez salimos de ese estado, intentamos volver a recuperar nuestra vida cotidiana, a pesar de las innumerables restricciones y medidas de seguridad indicadas por los servicios sanitarios y el gobierno por y para nuestra seguridad.

El sistema educativo volvió a abrir las puertas de colegios, universidades y academias, con muchas medidas de seguridad sanitarias, para que alumnos, profesores y padres volvieran tranquilos a las aulas.

Pero existe un sector educativo en el limbo, las academias privadas en edificios residenciales. Y en particular los vecinos de un edificio en la calle Hernán Cortés, en Santander, que sufren la indefensión tanto de la Consejería de Sanidad como la de Educación, que no resuelven un problema sabido por todos los convivientes de este bloque.

Tras el estado de alarma, en el mes de septiembre, y con el comienzo de las clases, nos contaron los vecinos de este edificio, que temían que su hogar, sus viviendas, su zona segura, y la zona común que utilizan cada día fuese ocupado por alumnos y alumnas que acuden a estudiar al centro educativo que está ubicado en este bloque residencial.

Este edificio, además de cinco vecinos, tiene en cuatro pisos de sus seis plantas establecida un centro educativo al que acuden cada día decenas de alumnos a estudiar. Los alumnos entran por el portal del edificio residencial cada mañana junto con los vecinos del bloque.

Se cruzan con ellos, salen y entran a diferentes horas, se quedan en la puerta en los tiempos de descanso (recreo) y todo ello, tras el comienzo de las clases el pasado mes de septiembre, sin medidas de seguridad sanitarias, protección ante el covid o control de quién entra o sale. Dado que la academia tiene su horario de apertura y cierre, durante ese horario, la puerta del portal permanecía todo el día abierta, con el consiguiente problema que creaba, como el miedo de sus vecinos de que entre cualquier persona ajena a la comunidad.

Los vecinos han intentando que esa puerta del portal permanezca cerrada por su seguridad, pero el centro educativo la abría. «¿Esto qué es una comunidad de vecinos o un centro educativo?» nos dice una vecina afectada. «Para la academia es un centro educativo para mantener la puerta abierta, pero no es un centro educativo para controlar quien entra o sale, obligando que se usen las mascarillas, controlando la temperatura, desde que los alumnos entran por la puerta del portal hasta que entran en el centro».

«En la parte común no existe ningún control, pero la parte no común, las puertas y ventanas  están abiertas pero sin posibilidad de que exista una ventilación cruzada, porque el edificio no tiene una salida de aire por la cubierta, dado que hay un lucernario que cierra el espacio», nos decía otro vecino.

El Presidente de la comunidad de vecinos nos afirma que «según el PGOU vigente, en este edificio no es posible que haya una escuela, salvo en el primer piso, que podía haber una academia. Entonces la academia ha ido haciendo modificaciones según les ha ido pidiendo Educación. Como deben tener una salida de emergencia, y en la puerta principal hay siete escalones, la academia no tiene accesibilidad por el acceso principal».

«Por ese motivo se habilitó un acceso por la calle Daoiz y Velarde, acceso que, nos afirma, no han utilizado nunca hasta ahora con el covid, tras enviar varios escritos, hablar con Educación, academia y todos los afectados». «Lo que por lo menos conseguimos en esas reuniones es que el acceso principal que tiene doble puerta, una de ellas permaneciera cerrada».

También nos dicen que «según el Real Decreto 132/2010, de 12 de febrero, por el que se establecen los requisitos mínimos de los centros que impartan las enseñanzas del segundo ciclo de la educación infantil, la educación primaria y la educación secundaria, en su artículo 3.2.a), dictamina que: «Los centros docentes mencionados deben situarse en edificios independientes, destinados exclusivamente a uso escolar».

Pero a pesar de no cumplir con los requisitos mínimos de un centro docente, durante la apertura de la academia en el mes de septiembre, ésta siguió abierta y dando clase a alumnos y alumnas que entraban y salían sin control alguno por parte del centro cuando pasan por los accesos comunes, portal, escalera y ascensor de la comunidad, por la que pasan diariamente los vivientes de este edificio residencial.

Los vecinos expusieron el pasado mes de octubre a todas las administraciones públicas, Consejería de Sanidad, Consejería de Educación y Dirección de Centros en Cantabria, la problemática que están sufriendo, y pidieron que de alguna manera, tuvieran en consideración estas reivindicaciones para que, por lo menos, las zonas comunes fueran seguras tanto para ellos como para los alumnos de esta academia.

Tras estas reuniones, los vecinos consiguieron a finales del mes pasado que la puerta ahora permanezca cerrada y sólo se abra en la hora de apertura del centro y la hora de cierre, y durante el tiempo de descanso (recreo) está abierta durante una hora.

También se han colocado cámaras de seguridad para proteger de alguna manera la entrada al portal de persona ajena a la comunidad que no vaya al centro educativo y se han colocado medidas de higiene como geles hidroalcohólicos para que alumnos y vecinos estén protegidos ante el covid.

Pero los vecinos siguen temiendo por su salud y esperan que Sanidad o Educación tome las riendas de este asunto y les comunique las medidas que tomarán para que tanto alumnos, academia como los particulares de esta comunidad estén seguros ante la Covid-19.

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