El Ayuntamiento de Santander ha dado un paso significativo hacia la revitalización y mejora de su patrimonio arquitectónico y comercial con la aprobación del expediente para la contratación de obras destinadas a la reordenación parcial de la planta baja del emblemático Mercado de la Esperanza. Esta decisión, tomada por la Junta de Gobierno Local, refleja el compromiso de la administración municipal con la modernización y el impulso del sector comercial en la ciudad.

El Mercado de la Esperanza, erigido en el corazón de Santander, ha sido durante décadas un punto de referencia tanto para residentes como para visitantes, no solo por su importancia comercial, sino también por su valor histórico y arquitectónico. Diseñado por los reconocidos arquitectos Eduardo Reynals y Juan Moya a finales del siglo XIX, este mercado es una de las pocas muestras sobrevivientes de la arquitectura en hierro decimonónica en España. Su inauguración en 1904 fue un hito en la historia de la ciudad, siendo reconocido con la Medalla de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

A lo largo de los años, el Mercado de la Esperanza ha sido testigo de numerosos cambios en el tejido urbano y comercial de Santander. A pesar de ello, ha mantenido su relevancia como uno de los mercados más grandes y concurridos de Cantabria, destacando por su oferta de productos frescos y su ambiente tradicional. La planta baja alberga principalmente puestos de pescado y marisco, mientras que la planta alta está destinada a la venta de productos cárnicos, lácteos, frutas y verduras.

Sin embargo, como ocurre con muchos espacios urbanos de larga trayectoria, el Mercado de la Esperanza requiere adaptaciones y mejoras para satisfacer las necesidades cambiantes de los comerciantes y los consumidores modernos. Con este objetivo en mente, el Ayuntamiento de Santander ha decidido emprender un ambicioso proyecto de reordenación que busca revitalizar y optimizar la planta baja del mercado, garantizando así su viabilidad y relevancia en el futuro.

El proyecto de reordenación parcial de la planta baja del Mercado de la Esperanza es parte de un plan integral de revitalización económica y urbanística impulsado por el Ayuntamiento de Santander. En este sentido, se enmarca dentro de las acciones previstas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, un ambicioso programa destinado a impulsar la recuperación económica y la modernización del país tras los efectos devastadores de la pandemia de COVID-19.

Con un presupuesto asignado de 863.650 euros y un plazo de ejecución previsto de 5 meses, el proyecto contempla una serie de intervenciones destinadas a mejorar tanto las condiciones de trabajo de los comerciantes como la experiencia de compra de los clientes. Entre las principales actuaciones previstas se encuentran la optimización de los espacios comunes, la renovación de los aseos y vestuarios del personal del mercado, la creación de un aula de cocina versátil y la construcción de un nuevo almacén general para los comerciantes.

La optimización de los espacios comunes constituye uno de los pilares fundamentales del proyecto de reordenación. Se prevé una redistribución estratégica de los espacios destinados a la circulación de clientes y la ubicación de los puestos de venta, con el objetivo de mejorar la accesibilidad y la visibilidad de los productos ofrecidos. Asimismo, se llevará a cabo una renovación integral del puesto de control de los vigilantes municipales y la sala de reuniones de la Asociación de Comerciantes, dotándolos de las instalaciones necesarias para su adecuado funcionamiento.

La mejora de las infraestructuras sanitarias es otra de las prioridades del proyecto. Se llevará a cabo la remodelación de los aseos y vestuarios del personal del mercado, con el fin de adecuarlos a las normativas vigentes en materia de accesibilidad y seguridad sanitaria. Estas instalaciones desempeñan un papel crucial en el día a día de los comerciantes, por lo que su modernización contribuirá a mejorar sus condiciones laborales y su calidad de vida en el trabajo.

La creación de un aula de cocina versátil es una de las novedades más destacadas del proyecto. Este espacio multifuncional estará destinado a la realización de actividades formativas, eventos gastronómicos y demostraciones culinarias, entre otras actividades. Su diseño versátil y adaptable permitirá su utilización tanto para eventos individuales como para actividades grupales, contribuyendo así a dinamizar el mercado y a fomentar la cultura gastronómica entre los visitantes.

Por otro lado, se construirá un nuevo almacén general que servirá como punto de almacenamiento y distribución para los comerciantes del mercado. Este espacio permitirá mejorar la gestión de los productos, optimizando los procesos logísticos y reduciendo los tiempos de espera para los clientes. Además, contribuirá a mantener el orden y la limpieza en el mercado, mejorando así la experiencia de compra de los consumidores.

El concejal de Comercio y Mercados, Álvaro Lavín, ha destacado la importancia de este proyecto para el futuro del Mercado de la Esperanza y para el desarrollo económico de la ciudad. Según Lavín, la reordenación parcial de la planta baja del mercado permitirá mejorar las condiciones de trabajo de los comerciantes, así como ampliar el abanico de actividades de dinamización social que se pueden desarrollar en el espacio. Además, ha subrayado la importancia de concluir las obras este mismo año, con el fin de minimizar las molestias para los comerciantes y los usuarios del mercado.

Proceso de revitalización del Mercado de la Esperanza

La aprobación de este proyecto es solo el primer paso en el proceso de revitalización del Mercado de la Esperanza. En paralelo a las obras de reordenación, el Ayuntamiento de Santander está llevando a cabo un estudio de alternativas de futuro para este espacio, que servirá como guía para las actuaciones posteriores. Se espera que las conclusiones de este estudio se presenten próximamente y que sirvan de orientación para definir el rumbo del mercado en los próximos años.

El año 2024 se presenta como un periodo crucial para los mercados municipales de Santander. Además de las obras en el Mercado de la Esperanza, están en marcha otros proyectos destinados a mejorar la infraestructura y la gestión de los mercados de la ciudad. Es el caso del Mercado de Puertochico, cuyos comerciantes estarán este año ubicados definitivamente en sus nuevos puestos, y del Mercado de México, para el que se está tramitando la reforma y explotación.

En resumen, la reordenación parcial de la planta baja del Mercado de la Esperanza representa un paso importante hacia la modernización y revitalización de este emblemático espacio comercial de Santander. Con un enfoque centrado en mejorar las condiciones de trabajo de los comerciantes y en enriquecer la oferta de actividades para los visitantes, este proyecto contribuirá a asegurar la viabilidad y relevancia del mercado en el futuro, manteniendo viva su tradición y su importancia en la vida de la ciudad.