El alcalde de Camargo, Diego Movellán, en su discurso durante la clausura de la 38º Asamblea de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, enfatizó la necesidad de eliminar barreras y obstáculos que impidan el acceso y disfrute del patrimonio cultural. Este encuentro tuvo lugar en el Centro Cultural La Vidriera, ubicado en Maliaño, donde se congregaron un total de 38 asociaciones provenientes de diversas regiones de España, cada una comprometida con la preservación y promoción del emblemático Camino de Santiago.

Movellán, en su intervención, resaltó el papel fundamental que desempeña Camargo como punto de encuentro en esta ruta milenaria, agradeciendo especialmente a Valeriano Teja, presidente de la Asociación de Amigos de los Caminos del Norte de España en Cantabria, por su incansable labor y ejemplo de solidaridad y compañerismo. Destacó que, a lo largo de los siglos, Camargo ha sido testigo y protagonista de las historias y vivencias de los peregrinos que recorren el Camino de Santiago, convirtiéndose hoy en día en un municipio acogedor y abierto a todos aquellos que transitan por él.

El alcalde reafirmó su compromiso de poner a disposición de las asociaciones todas las herramientas y recursos necesarios para continuar facilitando el paso de los peregrinos por Camargo, enfatizando la importancia de preservar y enriquecer la experiencia del Camino. Hizo hincapié en que, si bien esta ruta cuenta con un nombre propio, es gracias a los millones de pies y almas que la han recorrido y que continúan haciéndolo, dejando una huella indeleble en la historia y la cultura de los lugares que atraviesa.

Movellán instó a los presentes a seguir trabajando en conjunto para profundizar en esta "huella colectiva", que ha marcado a Camargo como un destino emblemático en el Camino de Santiago. Concluyó su intervención reafirmando el compromiso del municipio de seguir siendo un lugar de acogida y encuentro para todos los peregrinos que transitan por esta histórica ruta, contribuyendo así a enriquecer y fortalecer el patrimonio cultural y humano de la región.

Esta asamblea, que contó con la participación activa de asociaciones de todo el país, sirvió como plataforma para compartir experiencias, debatir sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta el Camino de Santiago en la actualidad, y reafirmar el compromiso colectivo de preservar y promover esta invaluable herencia cultural para las generaciones futuras. En un mundo cada vez más globalizado, el Camino de Santiago sigue siendo un símbolo de solidaridad, espiritualidad y encuentro intercultural, y Camargo, bajo el liderazgo de Movellán y el apoyo de las asociaciones, continúa desempeñando un papel crucial en su mantenimiento y difusión.

Este evento fue un recordatorio de la importancia de trabajar en colaboración, entre autoridades locales, asociaciones y la comunidad en general, para garantizar que el patrimonio cultural y espiritual del Camino de Santiago siga siendo accesible y significativo para todos aquellos que lo buscan. En un mundo cada vez más fragmentado, el Camino representa un camino de unidad y comprensión mutua, donde las diferencias se desvanecen ante el espíritu de solidaridad y respeto por el prójimo.

Movellán, en su discurso, abordó también la necesidad de promover una mayor conciencia y respeto hacia el entorno natural que rodea al Camino de Santiago, destacando la importancia de adoptar prácticas sostenibles y responsables para preservar la belleza y la biodiversidad de la región. Hizo un llamado a la responsabilidad individual y colectiva en la conservación del medio ambiente, recordando que el respeto por la naturaleza es fundamental para garantizar la continuidad del Camino como un destino único y enriquecedor para las generaciones futuras.

En resumen, el discurso de Movellán durante la clausura de la 38º Asamblea de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago fue un llamado a la acción y la colaboración, destacando la importancia de eliminar barreras y obstáculos para el acceso al patrimonio cultural, promover prácticas sostenibles y responsables, y preservar la esencia y el espíritu del Camino de Santiago como un símbolo de solidaridad, encuentro y respeto mutuo. En un mundo cada vez más complejo y dividido, el Camino sigue siendo un faro de esperanza y un recordatorio de que, juntos, podemos construir un futuro más justo, inclusivo y sostenible para todos.