02.05.2024 |
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Microjardines en Liendo: una expresión artística y terapéutica

Un jubilado bilbaíno en Liendo ha creado microjardines en macetas deterioradas durante más de una década. Inspirado en maestros del bonsái, fusiona texturas y colores para recrear ecosistemas naturales.

Un jubilado bilbaíno, afincado en Liendo (Cantabria), adapta desde hace más de una década microjardines en macetas deterioradas para obtener minimalistas ecosistemas naturales, en los que se pueden observar la mutabilidad de las cuatro estaciones desde el propio hogar. / Miguel Ramos
Un jubilado bilbaíno, afincado en Liendo (Cantabria), adapta desde hace más de una década microjardines en macetas deterioradas para obtener minimalistas ecosistemas naturales, en los que se pueden observar la mutabilidad de las cuatro estaciones desde el propio hogar. / Miguel Ramos
Microjardines en Liendo: una expresión artística y terapéutica

En un pequeño rincón de Liendo, municipio cántabro, la pasión por la naturaleza se fusiona con el arte y la creatividad en manos de un jubilado bilbaíno. Iñaki Moreno, con más de una década de dedicación a su singular arte, ha convertido las macetas rotas en auténticos oasis naturales, miniaturas de ecosistemas que evocan la serenidad y la belleza de la naturaleza en su máxima expresión.

Desde hace más de treinta años, Moreno ha cultivado su amor por la horticultura y el paisajismo. Su historia con los microjardines se remonta a una época en la que Internet aún no había invadido los hogares, y el aprendizaje era una mezcla de curiosidad, observación y estudio de revistas especializadas. Fue entonces cuando descubrió el arte del bonsái, un mundo fascinante lleno de tradición y belleza que capturó su imaginación y encendió su pasión por la creación.

El proceso creativo de Moreno es meticuloso y apasionado. Cada microjardín es una obra de arte única, cuidadosamente diseñada para capturar la esencia de la naturaleza en un espacio reducido. Su inspiración proviene del paisaje que lo rodea, de los bosques y montañas que visita en sus paseos diarios. Observa con atención los detalles, los colores cambiantes de las estaciones, las formas y texturas que componen el paisaje, y luego busca replicar esa belleza en sus creaciones.

La técnica de Moreno implica el uso de macetas rotas como lienzo, un medio que encontró por casualidad pero que ha abrazado con entusiasmo y creatividad. Para él, las macetas rotas son más que simples contenedores, son una oportunidad para reinventar y dar nueva vida a objetos aparentemente desechados. Con habilidad y paciencia, transforma cada maceta en un pequeño mundo de fantasía, poblado por árboles en miniatura, arbustos delicados y flores silvestres.

El bonsái es el corazón de muchas de sus composiciones. Moreno trabaja principalmente con el estilo shohin, bonsáis de menos de 25 centímetros de altura, que esculpe con delicadeza y precisión. Cada árbol es una obra maestra en sí misma, con su propio carácter y personalidad. Moreno observa la forma del tronco, la distribución de las ramas, la textura de la corteza, y con manos expertas moldea y poda hasta lograr la forma deseada.

Pero los microjardines de Moreno van más allá de los bonsáis. Cada composición es una sinfonía de plantas y elementos decorativos cuidadosamente seleccionados para crear una experiencia visual y sensorial única. Utiliza plantas autóctonas y flores silvestres para dar vida a sus paisajes, junto con piezas ornamentales de madera, piedras y otros materiales naturales. El resultado es un mosaico de colores y texturas que invita a la contemplación y la reflexión.

Para Moreno, sus microjardines son mucho más que simples decoraciones. Son una forma de conectarse con la naturaleza, de traer un pedacito de bosque o jardín al interior del hogar. Cada composición es un recordatorio de la belleza y la fragilidad del mundo natural, y un homenaje a la creatividad humana que puede transformar incluso los objetos más humildes en obras de arte.

Pero crear y mantener microjardines no es tarea fácil. Requiere tiempo, paciencia y dedicación. Moreno pasa horas cada día cuidando y mimando sus creaciones, podando, regando y fertilizando para asegurar que cada planta crezca sana y fuerte. También debe estar atento a los cambios de estación y las necesidades específicas de cada especie, ajustando el cuidado en consecuencia.

A pesar de los desafíos, Moreno encuentra una profunda satisfacción en su trabajo. Ver cómo sus microjardines crecen y se desarrollan es una fuente de alegría y asombro constante, y compartir su pasión con los demás es una experiencia gratificante. Muchos vecinos y amigos han quedado impresionados por sus creaciones, y algunos incluso han comenzado a cultivar sus propios microjardines inspirados en su trabajo.

Pero Moreno no se conforma con embellecer solo su hogar. También ha llevado su arte al aire libre, interviniendo en espacios públicos con instalaciones creativas que han cautivado a la comunidad local. Su última creación, un jardín japonés minimalista en un tocón de roble muerto, ha sido recibido con entusiasmo y admiración por vecinos y visitantes por igual.

A pesar de su éxito, Moreno sigue siendo humilde y apasionado en su búsqueda de la belleza y la creatividad. Continúa aprendiendo y experimentando, buscando nuevas formas de expresar su amor por la naturaleza y compartirlo con el mundo. Y aunque el camino no siempre es fácil, para él cada maceta rota es una oportunidad para crear algo hermoso, algo que traiga alegría y inspiración a quienes lo contemplen.

Microjardines en Liendo: una expresión artística y terapéutica
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