Las cuevas de El Soplao, ubicadas en la Sierra de Arnero, entre los municipios de Herrerías, Valdáliga y Rionansa, es un paraíso subterráneo en el cada año miles y miles de cántabros y turistas acuden a visitar.

La cueva, descubierta en las primeras décadas del siglo XX, atesora un maravilloso patrimonio arqueológico derivado del zinc y plomo.

Este lugar está considerado como una de las grandes maravillas geológicas a nivel internacional, porque en sus entrañas atesora una inusual diversidad de espeleotemas caracterizados por su belleza y abundancia.

Su apertura al público es relativamente reciente, ya que el Gobierno de Cantabria acondicionó la cueva y sus aledaños en 2005. Como curiosidad, y haciendo un homenaje a la historia de la cavidad, el acceso a la entrada se realiza en un tren minero. Es toda una experiencia que te hace sumergirte en la historia de la cueva.

El Soplao es bastante extenso y tiene varias galerías. En concreto, las más famosas son: Los Fantasmas, Gorda, Falso Suelo, Campamento, Coliflor, El Bosque y Génesis.

Asimismo, a unos tres kilómetros de la cueva, está el yacimiento paleontológico de Rábago/El Soplao, que es famoso por los fósiles de insectos, arácnidos y demás artrópodos del periodo Cretácico.

Cantabria atesora grandes cuevas, como las de Altamira o las de Puente Viesgo, haciendo así que la región sea muy rica también en valores y aspectos geológicos. Hay una Cantabria muy bonita y única debajo de la tierra, no solo en la superficie.