Tras la recuperación de Pablo Bobadilla, Guillermo Fernández Romo dispone por fin de cuatro centrales, de los cuales está utilizando a tres porque a Eneko Satrústegui le está tocando actuar como lateral izquierdo. Y el entrenador encontró la manera de repartir sus esfuerzos por igual en la cargada última semana. Cada uno de ellos ha disputado dos partidos. La rotación ha sido total y ahora queda por ver cómo administra la situación esta semana, que se antoja todavía más complicada que la pasada. En primer lugar, porque el partido copero anuncia más dificultades que el del miércoles pasado al ser a domicilio y porque, para colmo, en liga se encontrará con un rival poderoso como el Badajoz. Esta vez, el protagonismo estará lejos de Los Campos de Sport pero como punto a favor está el hecho de disponer de un día más de descanso, tanto antes del compromiso copero al haber jugado el pasado sábado y también antes de jugar en tierras extremeñas, donde el Racing está citado el domingo a las cinco de la tarde.

Mantilla jugó en Ferrol y contra el Arenas, Pol Moreno, al igual que Satrústegui, los dos partidos ligueros y Bobadilla los dos últimos. Si el técnico ha tenido semejante capacidad de movimiento ha sido gracias a la recuperación del central riojano, que no había podido ayudar hasta la fecha. Se lesionó justamente 24 horas antes del último amistoso del verano y, tras prácticamente un mes apartado del grupo, después le costó entrar en juego. En ese sentido, partidos como el de la Copa Federación son muy valiosos y le han permitido entrar en la rotación, sentirse parte del grupo y romper a sudar.

Contra el Arenas le tocó formar pareja con Mantilla y contra el Calahorra con Pol Moreno. El exdefensor del Logroñés, que acumuló un buen número de partidos el curso pasado en Segunda División, afirma que no hay problema en ese sentido porque Fernández Romo les «suele mezclar en los entrenamientos», por lo que se entiende bien con cualquier otro especialista en proteger el centro de la retaguardia. Es un futbolista que aporta soluciones y facilidades al técnico porque, de hecho, en la cita copero se colocó en el flanco izquierdo para dejar el derecho al canterano y en la liguera fue el catalán quien se situó ahí.

«Yo me puedo adaptar a las dos posiciones», aclara el defensor riojano. Y lo ha demostrado aunque en ambos envites ha acabado sufriendo por las acometidas de los rivales, que prácticamente hicieron que el Racing terminara pidiendo la hora. En ese sentido, a Bobadilla le ha tocado gestionar finales complicados pero lo bueno es que ambos han tenido un feliz final.

Entiende el defensor riojano que el pasado sábado les costó «un poquito arrancar», ya que estuvieron un tanto «espesos» en el manejo del balón. Tiene claro que «hay que seguir mejorando» pero, por encima de todo, se queda con que al Racing «le hacen muy pocas ocasiones» mientras que las que le generan «son muy sucias». De hecho, entiende que es complicado en esta categoría marcharse a casa sin sufrir siempre algún sobresalto porque «ningún equipo está ganando fácil». De ahí que tenga claro que «hay que dar valor» a lo que está haciendo el grupo.

Asume Bobadilla que al Racing le puede faltar «un poco más de fluidez». Y, sobre todo, cree que ha de tenerla «en casa», donde debería «ser un equipo que sacara muchos córners y muchas faltas para que el rival se sienta siempre agobiado». Con todo, insiste en que «nadie lo pone fácil, ya que aquí compiten todos y, además, cuando llegan a El Sardinero se crecen». No son pocos los que tienen marcada en rojo la visita a Los Campos de Sport para intentar ahí vestir los mejores galones y enseñar la mejor versión.

De esta manera, Bobadilla considera que lo que debe hacer el equipo es «seguir en esta línea ascendiente» que, en su opinión, sigue marcando el Racing. Considera que han de «seguir creciendo desde la base de mantener la portería a cero» porque, logrando eso, el conjunto cántabro tendrá mucho hecho, ya que dispone de «gente muy buena arriba» que en cualquier momento puede desequilibrar la contienda.

Hay quien no ve esa evolución en el juego y que ha tenido que asimilar que este año se va a divertir poco. Bobadilla entiende que el aficionado de Los Campos de Spot «sea exigente y quiera ver al equipo arriba». «Es lo normal, pero también hay que tener un margen porque estamos a principio de temporada», advierte el central riojano. Destaca, de hecho, que el Racing «recibe pocos goles y esa es la base». «No hay que volverse loco. El míster lo tiene claro y la plantilla lo tiene claro. Hay equipos muy buenos en la categoría y nosotros tenemos que seguir a lo nuestro», resume. A partir de ahí, pide la implicación de la afición porque considera que si reciben su «ayuda», en Santander van a ser «muy fuertes». «Hay ciertos aspectos a mejorar como la fluidez con la pelota y conseguir que el rival se sienta más agobiado, pero hay que dar valor a lo que estamos consiguiendo», concluye.

Reconocimiento del A-Ball a la Fundación

La Fundación Real Racing Club recibió un reconocimiento, en la I Jornada de Puertas Abiertas de A- Ball celebradas en Santillana del Mar por su «decidido apoyo» a esta disciplina deportiva que se practica en silla de ruedas. Los internacionales Emilio Amavisca y Julio Alberto fueron los encargados de entregar el galardón a César Anievas, director de la entidad verdiblanca, que agradeció la distinción y expresó su disposición para continuar colaborando con la promoción y el desarrollo de este deporte inclusivo. Y es que, el respaldo racinguista al A- Ball se inició en 2019 y volvió a materializarse esta temporada con la donación realizada junto a Coca- Cola de 50 balones. La cita, organizada por el Club Deportivo Educapazygol y el Ayuntamiento de Santillana del Mar, contó con el respaldo del Gobierno de Cantabria y la Federación Cántabra de Fútbol, así como de la Asociación Española de Futbolistas Internacionales. La jornada se desarrolló en el pabellón de la turística localidad y constó de una exhibición de A- Ball a cargo de los jugadores Raúl Cagigas, Jorge Mata y Ángel Rubio. Además, el público también tuvo la oportunidad de practicar este deporte en silla de ruedas que exige técnica y un gran esfuerzo físico.