Dejarse puntos cada vez que el Racing juega a domicilio le deja sin margen de error en casa. Cada vez que salta a Los Campos de Sport, lo hace con el primer objetivo de recuperar parte del botín que se dejó en un campo lejano siete días atrás, lo que también añade presión. Y con ella ha de jugar a pesar de no ser la mejor compañera de viaje posible a la hora de intentar sacar de dentro la mejor versión de cada uno.

Aún se está a la espera de un mejor Racing, de un Racing que verdaderamente demuestre sobre el terreno de juego ser mejor que su rival. No lo consiguió ni contra el Arenas en Copa Federación. Quizá con el Calahorra tenga más suerte. Lo que es fundamental es que los tres puntos se queden hoy (17 h.) en Santander porque, en cuanto eso falle, el castillo de naipes se puede venir abajo porque quedaría muy poco a lo que aferrarse. Al juego, por supuesto que no.

A estas alturas, quien ha seguido la trayectoria del Racing ya sabe a lo que juega éste. Y saber a lo que uno juega es siempre el primer paso. A partir de ahí, que guste o no ya entra dentro de la subjetividad. El conjunto cántabro ya logró un ascenso de la mano de Paco Fernández jugando a lo que ahora quiere jugar la versión pilotada por Fernández Romo, pero lo hacía mejor. Nunca se mostró frágil aquel equipo del curso 2013- 14 (cómo pasa el tiempo) mientras que el equipo verdiblanco ha concedido numerosas ocasiones claras de gol en sus dos últimas apariciones en casa. Lo bueno es que las dos las ha ganado, pero no lo mereció. El Dux Internacional perdonó al menos tres muy claras mientras que el Arenas consiguió que el Racing acabara pidiendo la hora el pasado miércoles. Es algo con lo que ha de cortar el conjunto cántabro. Más aún cuando es consciente de que buena parte de que sus planes salgan bien pasan por impedir que el rival se adelante en el marcador.

Eso puede resultar fatal para sus intereses porque hará más complicado encontrar los espacios que necesita para correr y sentirse poderoso más allá de la línea de medios. Hasta la fecha, ya ha quedado patente la dificultad del equipo a la hora de generar juego con un contrincante bien replegado. Está sumido el Racing en un mes de octubre que, si las cosas le van bien como, por ahora, le están yendo, tendrá ocho partidos. El de hoy será el tercero tras haber jugado el pasado domingo y el pasado miércoles. Queda por ver cómo responde a esta exigencia el conjunto cántabro. Hay futbolistas importantes que descansaron en el duelo copero sin jugar ni un solo minuto como Pol Moreno, Satrústegui, Medina y Soko. Sólo media hora jugó Álvaro Bustos y más o menos el doble Pablo Torre e Íñigo.

Quien lo tuvo que jugar todo fue Cedric porque, según explicó el propio Fernández Romo, no dispone de otros delanteros a día de hoy por la lesión de Carlos Castro, que la próxima semana se sumará al grupo y podrá jugar en Avilés, y de Jack Harper, que ha entrado en la convocatoria. Tendría la opción de situar a Manu Justo como hombre más adelantado, pero es algo que no parece ver claro el técnico. Lo que es innegociable es la nómina de cuatro futbolistas de ataque que situará el Racing y a la que el equipo debe cuidar. Debería convertirse en prioridad surtir de buenos balones a Cedric porque se ha ido de los últimos encuentros sin ni siquiera rematar a portería y sin disponer de buenas situaciones.

Y la racha con la que llegó al inicio del curso y con la que marcó dos goles en tres partidos se aleja, lo que no puede permitirse el conjunto cántabro. Pocas dudas hay ya de que la sala de máquinas de este equipo la forman Íñigo y un Borja Domínguez que parece ir creciendo con cada partido. Más aún, teniendo en cuenta que Sergio Marcos se mantiene en el dique seco. Tienza fue titular en Ferrol pero su figura no parece ser la más adecuada para jugar en casa, donde el Racing ha de saltar a por la victoria desde el primer minuto para recuperar lo perdido fuera. Recibirá el conjunto cántabro al Calahorra, que parece ser uno de los humildes del grupo pero que, en verdad, sólo tiene dos puntos menos que el Racing.

Esto quiere decir que si hoy da la campanada, abandonará Santander por delante del conjunto cántabro en la clasificación. Esa volatilidad, ese estar al borde de irse hacia arriba o hacia abajo es consecuencia de esa dinámica por la cual los hombres de Romo lo ganan todo como locales pero lo pierden casi todo como visitantes. Saltarán a lo alto si rompen la segunda de las dinámicas y mantienen la primera y se verán súbitamente en problemas si sucede lo contrario.

El equipo riojano se va a presentar en Santander tras conseguir dos victorias consecutivas ante Celta B (1-0) y Dux Internacional (2-3) que le han permitido auparse en la tabla y con las que han dejado atrás un inicio de campeonato complicado. Hasta la fecha, han encajado siete tantos en seis partidos y sólo han anotado cinco, cifra sólo empeorada por el Tudelano y el Zamora. En la práctica, el conjunto riojano será el último de esta fase del calendario en la que han pasado por Santander equipos teóricamente llamado a lucha por la permanencia. Tras este encuentro liguero, llegarán las curvas con los duelos, de manera consecutiva, ante el Badajoz, el Deportivo, el Real Unión, la Cultural Leonesa y el Bilbao Athletic. Mejor acudir a ese tramo del camino con un buen bagaje de puntos porque va a ser ahí donde el Racing deba demostrar si está hecho para jugar por lo máximo o no.