Pablo Torre está de moda. Es normal. Si ya era un nombre que se ha ido haciendo conocido en los mentideros futbolísticos más allá de Cantabria, después de sus dos minutos de gloria del pasado sábado para remontar el gol inicial del Rayo Majadahonda más todavía. Sus goles, sobre todo el primero de ellos, se hicieron rápidamente virales y fueron destacados incluso por los diarios deportivos con sede en Madrid, que recordaron que se trataba de un futbolista que era seguido de cerca por buena parte de los clubes españoles y parte del extranjero. Entre ellos citaban también al Real Madrid y al Barcelona para que la noticia tuviera cabida en sus páginas.

Para el racinguista, lo sucedido en Los Campos de Sport en los minutos nueve y diez del encuentro tuvo un significado que fue más allá de la belleza factura de los goles, ya que Pablo Torre venía de ser suplente en Valladolid. A nadie le cabía en la cabeza que un entrenador dejara a su jugador más talentoso en el banquillo para reforzar su centro del campo contra un rival en posiciones de descenso y que, hasta ese día, no ganaba a nadie, por lo que la actuación del canterano sonó a reivindicación tanto propia como colectiva.

El gol que probablemente cambió el partido fue el primero porque permitió anular en seguida el tanto inicial del Rayo. Y ni mucho menos fue fruto de la casualidad, sino que es algo que trabaja el cántabro. «Lo suelo ensayar con Bustos, Cedric y Manu Justo en los entrenamientos», afirma Pablo Torre. Unas veces sale y otras no porque, de hecho, él mismo recuerda que intentó un lanzamiento similar en Valladolid y aquel día no salió bien. Sin embargo, el sábado pudo «meter un gran gol que sirvió para ayudar al equipo». He ahí lo importante.

La falta, provocada por una arrancada de Marco Camus, la botó desde la línea lateral del área, en una zona central entre la esquina de ésta y la línea de fondo. No había demasiado ángulo, por lo que todo el mundo esperaba un centro. Sin embargo, los jugadores del Racing es probable que tuvieran claro que iba a lanzar a portería. Y lo hizo. Y le salió un disparo potentísimo al segundo palo que no olió el guardameta.

Lo mejor es que ese no fue el único gol de Pablo Torre durante el partido. El festival no terminó ahí, sino que continuó apenas unos segundos más tarde. Su importancia en el encuentro y las ganas con las que lo comenzó se hicieron incluso evidentes antes de su primer tanto porque no tardó en conectar con los futbolistas de banda. En el segundo gol, fue uno de éstos el que conectó con él, ya que metió para dentro, exhibiendo una notable definición, un centro de Soko. Admite el media punta cántabro que habitualmente habla tanto con Cedric como con el extremo camerunés sobre que tiene «que llegar más al área» porque son los primeros que le dicen que tiene gol y que es algo que ha de exprimir. «En esa jugada yo sabía que Patrik (Soko) iba a sacar el centro y por eso fui y llegué a rematar», relata.

Es Pablo Torre un recién llegado al fútbol profesional pero ha tenido que jugar muchos partidos para llegar a él. Y, a pesar de que ha destacado desde bien temprano y que cada temporada la ha terminado con un buen saco de goles, el pasado sábado fue «la primera vez» que metía dos de manera tan seguida. El subidón de adrenalina, obviamente, fue tremendo, por lo que, incluso pasados ya unos días, admite que sintió «mucha emoción al haber conseguido algo así con el Racing y, además, en El Sardinero».

Sus dos goles en apenas dos minutos dieron la vuelta a un partido que el Racing había comenzado mostrando una buena imagen pero que se había complicado por el tanto del Rayo Majadahonda aprovechando un nuevo despiste defensivo de la zaga verdiblanca. Al descanso se llegaría con el encuentro empatado pero Manu Justo pondría después el 3-2 que mantiene al Racing en segunda posición. En opinión de Pablo Torre, en El Sardinero se pudo ver un buen espectáculo porque «el partido fue bueno». Recalca que tenían delante a «un gran equipo que sabía hacer las cosas muy bien», pero cree que el Racing es tan bueno o más. «Tenemos buenos jugadores y, al final, pudimos sacar las cosas adelante», recalca.

«Un gran partido». No sólo ganó el conjunto cántabro, sino que el aficionado pudo disfrutar de «un gran partido» y, como resalta el de Soto de la Marina, «una buena tarde de fútbol en El Sardinero». «Esperemos que haya más así», desea el jugador cántabro, que destaca la buena trayectoria que está manteniendo el equipo, ya que se está quedando con prácticamente todos los puntos que está poniendo en juego en su campo y eso, «con lo que se vaya sumando fuera», hará que «el objetivo de quedar primeros y ascender» esté más cerca.

El del próximo sábado en Almendralejo será el último partido del año para el Racing y cree el media punta de Soto de la Marina que «el balance» del equipo hasta la fecha es «positivo». Por encima de todo, porque está segundo en la clasificación y todavía tiene no sólo un importante margen de mejora, sino «mucho recorrido por delante, ya que la temporada es muy larga». Ni mucho menos se conforman con ese estatus, sino que su objetivo es hacerse con el primer puesto que ostenta desde hace ya un buen puñado de semanas el Deportivo. Para ello, sería importante quedarse con todo el botín que se ponga en juego el próximo sábado en el campo del Extremadura.

El club azulgrana está metido en serios problemas económicos y, de hecho, cabe la posibilidad que el del próximo fin de semana contra el Racing sea el último partido de su historia por caer en liquidación pocos días después, pero en el Racing no quieren hacer demasiado caso al ruido que hay alrededor del bando extremeño. «Nosotros creemos que va a ser un partido más», avisa Pablo Torre. Afirma que no están pensando «en la situación verdaderamente lamentable que están atravesando» porque, además, vienen de llevarse los tres puntos de un campo complicado como Las Gaunas ante un gran rival como la UD Logroñés. «Nosotros lo vamos a tomar como un partido más e iremos a sacar los tres puntos para, de esta manera, poder tener unas vacaciones tranquilas», concluye.