03.05.2024 |
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El Racing, un equipo a ritmo de récord

Tras 31 jornadas, el Racing de Romo tiene 69 puntos, uno más que el de Viadero en el curso 2016-17, cuando, junto a la Cultural, terminó la liga con 86  | Nadie había pasado de 82 en Segunda B

Guillermo Fernández Romo lidera al Racing a ritmo de récord. / Hardy
Guillermo Fernández Romo lidera al Racing a ritmo de récord. / Hardy
El Racing, un equipo a ritmo de récord

La temporada 2016 - 2017 fue histórica para la categoría de bronce del fútbol español. Lo fue, fundamentalmente, en su grupo primero, donde se mantuvo un tremendo duelo de altos vuelos entre Celta B, Racing y Cultural Leonesa. Cada uno exigió el máximo del otro en esa férrea pugna por la primera plaza que, al final, se quedó el equipo pilotado por aquel entonces por Rubén de la Barrera. Ninguno de los tres se pudo relajar ni pararse a tomar aire antes de tiempo y avanzaron tan rápido y acumularon tantas victorias que los tres superaron el récord de puntos que hasta entonces había conseguido equipo alguno en Segunda B, que estaba fijado en 82. Cuando acabó la fase regular, leoneses y cántabros tenían 86 y los gallegos 84. Parece una marca imbatible, pero el Racing de Fernández Romo está en disposición de hacerlo.

El conjunto cántabro del presente curso 2021 - 22 ha superado la trigésimo primera jornada liguera con 69 puntos mientras que el del curso 2016- 2017 que pilotara Ángel Viadero tenía uno menos a estas alturas de la película. Y alcanzó la tremenda marca de 86 puntos en las siete jornadas restantes, por lo que se puede decir que el Racing está avanzando a auténtico ritmo de récord. Si lo siguiera ganando absolutamente todo, algo que se antoja imposible, podría llegar a los noventa puntos, por lo que todavía tiene margen de error para alcanzar el registro de aquel conjunto cántabro que, sobre todo, se comportó como un rodillo en la segunda vuelta del campeonato, cuando el entrenador santanderino pudo recomponer una plantilla que se le había quedado defectuosa por culpa de las lesiones.

Si fue la Cultural quien acabó liderando la clasificación aquel año fue por la diferencia de goles, ya que tampoco superó los 86 puntos. En su caso, a estas alturas del campeonato tenía dos más que el equipo entonces entrenado por Ángel Viadero y sólo uno más que el de Fernández Romo. Éste está ahí, en la pomada, gracias a esa extraordinaria racha en la que está sumido, en la que acumula 16 jornadas sin conocer la derrota y cinco victorias consecutivas.

Para poder igualar el récord de puntuación en la categoría de bronce, el Racing apenas podría bajar el pistón. De hecho, en las siete jornadas que restan hasta terminar, la Cultural sólo cedió un empate y una derrota. De manera sorpresiva, llegó a permitir al equipo verdiblanco depender de sí mismo, pero lo echó todo por la borda en aquel día para el olvido en Guijuelo. Fue ese el único encuentro en el que se dejó puntos durante las últimas siete jornadas.

Aquel Racing de Ángel Viadero había comenzado como un tiro pero las lesiones de César Díaz y Julen Castañeda sembraron dudas en el proyecto, que logró reforzarse a lo grande en invierno con jugadores como Santi Jara, Abdón Prats o Jagoba Beobide. Fue a partir de ahí cuando apretó el acelerador, cuando remontó la distancia que había conseguido la Cultural tras una primera vuelta casi perfecta en la que sumó la barbaridad de 45 puntos después de catorce victorias, cuatro empates y sólo una derrota, que fue en la última jornada ante Osasuna B.

Nadie que apriete. También el Racing ha tenido que remontar porque afrontó esa última jornada de la primera vuelta a seis puntos de su gran rival. Lo que sucede es que, en sólo siete semanas, dio la vuelta a la tortilla completamente y se puso él por delante con esa misma media docena de puntos de renta, que hoy en día incluso son ya once (o nueve, a expensas de lo que suceda con la alineación indebida del Bilbao Athletic). Y quizá ahí esté lo que le falta al conjunto cántabro del presente curso para poder pelear por el récord, ya que, ahora mismo, no tiene a nadie que le pise los talones y que exija al máximo como sí tenía el equipo de Ángel Viadero, que mantuvo un duelo de igual a igual en ese último tramo del campeonato tanto con la Cultural como con el Celta B. Nadie fallaba porque no podían permitírselo.

El Racing del presente curso no tiene ninguna pinta de que se vaya a dejar llevar mientras no tenga el objetivo en su mano. El mensaje que sale desde dentro es siempre el mismo y lo más importante es que, cuando llega el día del partido, el entrenador y los jugadores demuestran que es sincero porque se toman cada jornada con gran seriedad y sin atisbo de relajación. El ‘problema’ puede ser cuando, si se consigue, el ascenso sea matemático y aún queden puntos por jugarse. Quizá esa marca de 86 puntos se convierta en una meta a alcanzar.

Antes de aquella histórica temporada 2016-17, el récord de puntos de la categoría desde que las victorias pasaron a valer tres puntos estaba en los 82. Se había convertido en una barrera insalvable porque eran muchos los equipos que se habían quedado ahí. El primero fue el Levante en el curso 1995-96, después el Real Murcia en la 2010-11, el Mirandés en la 11-12, el Alavés en la 12-13 y el Albacete en la 13-14. Sin embargo, de pronto, en una misma temporada lo superaron tres equipos de un mismo grupo.

Que el Racing de Fernández Romo esté avanzando a día de hoy incluso más rápido que el que pilotó Ángel Viadero tiene incluso más mérito teniendo en cuenta que la categoría se ha rebajado a la mitad. Esto quiere decir que, en teoría, tiene rivales de mayor entidad. Por otro lado, también se ha encontrado con mejores campos en líneas generales. Otro punto positivo es que, de los 21 puntos que quedan en juego, ya tiene tres en su mano, que son los de la última jornada contra el Extremadura, que ya no está en competición. Es decir, que le quedan seis partidos por jugar en los que debería sumar catorce puntos para alcanzar el récord, lo que quiere decir que le valdría con cinco victorias, con lo que incluso lo superaría, o con cuatro triunfos y dos empates. Es un objetivo menor, pero a día de hoy sirve para dar valor a lo que está haciendo el equipo hasta la fecha.

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