02.05.2024 |
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El Racing defiende a Vicente

Íñigo Vicente celebra el tanto de la victoria ante el Málaga. / LaLiga
Íñigo Vicente (c) celebra el tanto de la victoria ante el Málaga. / LaLiga
El Racing defiende a Vicente

Para muchos pasó desapercibido, pero Íñigo Vicente volvió de Málaga con una cartulina amarilla a cuestas. No fue por realizar una acción brusca o peligrosa o por golpear el balón con la mano a destiempo y fuera de lugar, sino por la manera que tuvo de celebrar el gol. Quien le conoce y quien había visto los otros cuatro tantos que ya había marcado con la camiseta verdiblanca no vio nada extraño, sino simplemente lo que siempre hace, pura rutina. Sin embargo, parece que el colegiado de la contienda nunca había visto marcar al centrocampista de Derio, ya que interpretó que su protocolo formó parte de una provocación.

El ‘trencilla’ del encuentro responde al nombre de Álvaro Moreno Aragón, perteneciente al colegio madrileño. La cartulina amarilla que le mostró a Íñigo Vicente no tuvo consecuencias directas en el partido pero sí puede tenerlas en un futuro cercano, ya que significó la cuarta de su ciclo particular. Esto quiere decir que el jugador de Derio, que está en un momento dulce de la temporada, está en capilla y a una sola amonestación de la suspensión. Algún día tendrá que llegar, pero el Racing quiere que sea lo más tarde posible. De hecho, al saber que es un futbolista que recibe pocas tarjetas, incluso confía en que pueda alcanzar el final del curso sin tener que parar. Por esta razón, al entender evidente lo injusta que resultó la cartulina que vio el ‘diez’ del Racing en La Rosaleda, ha decidido recurrirla para intentar dejarla sin valor. Es una misión complicada, pero cree que tiene argumentos y que ha de defender a su futbolista.

En el acta, el colegiado escribió que había amonestado al futbolista vizcaíno por el siguiente motivo: “Hacer gestos provocadores al celebrar un gol”. Si esto es así, si respondiera a una situación real y a la verdadera intención de Íñigo Vicente, querría decir que lleva toda la vida provocando porque en Málaga se limitó a hacer lo que siempre hace. Ni siquiera pareció demasiado ostentosa su celebración a pesar de lo importante que fue el gol para su equipo. Sin embargo, el colegiado vio ahí una intención de alterar la paz de la grada. En el fondo, fue la misma cartulina amarilla que vio Juergen en Valencia por ir camino del banquillo tras ser sustituido aplaudiendo a la grada. Él dijo que estaba aplaudiendo a su gente, pero el colegiado interpretó que no, que tenía mala intención. Ahí hubo más dudas.

Es precisamente en lo interpretable de la situación donde está la trampa. Nada más marcar el gol marca de la casa, firmando más un pase a la red que un remate a portería, Íñigo Vicente, como hace todo futbolista, corrió hacia un costado del terreno de juego con los brazos a media altura y los puños en alto. Después, tras abrazarse con sus compañeros, inició su protocolo particular apuntando a una de las muchas cámaras que hay en los fondos para, precisamente, recoger ese tipo de gestos que habitualmente se consensúan con algún familiar o amigo y que tienen un significado que sólo conocen ellos: hizo con la mano que llamaba por teléfono a alguien y después señaló su nombre en la parte de atrás de su camiseta. No hubo más, pero el árbitro cree que sí.

La grandísima mayoría de racinguistas siguió el partido por la televisión, por lo que nunca se puede fiar de lo que vio porque dependía del montaje televisivo, que no lo puede mostrar todo. Quizá el televidente se perdió algo. Sin embargo, a la hora de presentar su recurso, el Racing no sólo ha utilizado esas imágenes, sino que tiene otras propias donde se puede ver todo el proceso. Todo lo que hace el jugador de Derio ha sido comparado con lo que hizo en otros goles que ha marcado en los que ni mucho menos fue amonestado y, así, se quiere demostrar que no hizo fuera nada de lo normal y que ni mucho menos quiso provocar a La Rosaleda.

Es posible que el trencilla se dejara llevar por el propio comportamiento de la grada malagueña, que sí reaccionó ofuscada al gol porque su equipo se estaba jugando la vida, pero es complicado ver nada ofensivo en la actuación del atacante de Derio y a eso se aferra el Racing. Mientras, el colegiado se ha basado en lo que dice la normativa respecto a la celebración de los goles y, en concreto, a lo que está escrito en la llamada ‘Regla 12 del fútbol’, una de las más extensas y complejas y que establece las diferencias entre las infracciones que especifica el reglamento.

En la misma hay un apartado para las “celebraciones de gol extralimitadas”, que es donde el colegiado de La Rosaleda interpretó que pudo meter la del tanto de Íñigo Vicente. Según este texto, será castigado quien se cubra la cabeza o la cara con una máscara o un artículo similar, quien trepe a una valla perimetral o se acerque a los espectadores, quien se quite la camiseta o se cubra la cabeza con la misma y quien, y ahí está la madre del cordero en este caso, “gesticule o actúe de manera provocativa, irónica o difamatoria”.

Este punto ya ha dado pie a situaciones absurdas esta misma temporada, como cuando Baena, el jugador del Villarreal, fue expulsado al ver una segunda cartulina amarilla por enseñar una camiseta en recuerdo de un exvicepresidente del club fallecido un par de días antes por leucemia. Ni siquiera se quitó la elástica del equipo, pero se fue a la calle sólo por levantársela. Visto desde fuera, se antoja ridículo, pero en ese caso al árbitro quizá no le quedó más remedio por estar respondiendo a una situación objetiva que se refleja en la normativa. Lo de Íñigo Vicente, en cambio, fue una cuestión interpretativa. Es ahí donde puede radicar su mayor esperanza de que le quiten la amonestación pero también el mayor problema para que no lo hagan.

En el caso de que, como es probable, a Íñigo Vicente le mantengan la cartulina amarilla que vio en Málaga, se sumaría a la serie de futbolistas que están apercibidos de sanción. Además de él, están también con cuatro amarillas tanto Matheus, que está siendo el delantero utilizado por José Alberto en la última media hora de los partidos, como Fausto Tienza. También están en capilla otros dos medio centros del equipo, pero en su caso con nueve amarillas, como son los casos de Aldasoro e Íñigo, que volverá a la alineación el lunes tras haber cumplido castigo en Málaga por la roja vista ante el Andorra.

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