02.05.2024 |
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RACING - ZAMORA

Un partido que hay que ganar

El Racing recibe esta tarde en Los Campos de Sport al Zamora, un equipo en puestos de descenso y que acumula siete jornadas consecutivas sin marcar | Fernández Romo no podrá contar con Soko, que está sancionado

Cedric confía en dar continuidad a su acierto goleador del pasado miércoles. / Hardy
Cedric confía en dar continuidad a su acierto goleador del pasado miércoles. / Hardy
Un partido que hay que ganar

No hay que negar que recibir al Zamora a día de hoy supone una buena oportunidad para mantener la buena dinámica y, sobre todo, afianzarse en lo más alto de la tabla. Esto no quiere decir que ganar al equipo castellano vaya a ser fácil ni que éste le vaya a colocar una alfombra roja, pero está atravesando una racha tan preocupante que se antoja tentador pensar en la posibilidad de ahondar en la crisis de todo tipo en la que está sumido. Por eso, si siempre es importante comenzar bien los partidos, más aún lo será hoy para impedir que exista una mínima posibilidad de que el rival levante la cabeza y haga el esfuerzo por mostrar su herido orgullo.

Medirse a un equipo sumido en tantos problemas y con una bota de militar en el rostro puede ser bueno siempre que no se encuentre a gusto, se vea con opciones de dar la campanada de la jornada y convertirse en protagonista y recupere del cajón la calidad que puede tener dentro. Es mejor no despertarle y comenzar pegando para que haga todo lo contrario. Es decir, para que ahonde en esa sensación depresiva provocada por ver cómo, semana tras semana, no le sale nada bien.

El Zamora no sólo se va a presentar en Los Campos de Sport en puestos de descenso y a cinco puntos de la permanencia, lo que ya se antoja una enorme distancia teniendo en cuenta que los de abajo avanzan más despacio que los de arriba, sino que también lo va a hacer tras siete partidos sin marcar un gol. Eso es mucho, una barbaridad. Los zamoranos sufren una sequía absoluta que está a punto de matarles de sed, de hambre y de todo lo que se puede coger en mitad del desierto. Son ya el equipo menos goleador de la categoría tras haber marcado uno menos que el Tudelano. Basta con dar un par de datos para confirmar lo desigual que se antoja, de partida, la batalla de hoy: mientras que el Racing ha anotado 41 goles en 26 partidos, el Zamora sólo 16.

Los jugadores del Racing saben todo esto y siempre puede aparecer la tentación de la relajación, de dejarse llevar o pensar que el viento a favor le va a permitir ganar el partido con el paso del tiempo. La parte positiva es que el conjunto cántabro viene de confirmar hace sólo siete días que así no se gana a nadie. Se midió a otro equipo en posiciones de descenso y no sólo empató, sino que mereció perder. El gran pecado de ese partido, ya que el resultado era asumible teniendo en cuenta la imposibilidad de ganar semana tras semana, fue la sensación de que el equipo rival tenía más ganas de ganar que el Racing. Y eso no puede ser. Ha costado mucho alcanzar una situación clasificatoria tan plácida como para ahora no aprovecharla. Más aún, cuando están por venir encuentros y, sobre todo, desplazamientos que estarán repletos de trampas.

El Racing ha demostrado su capacidad para estar a la altura y mostrar su mejor versión ante rivales de la zona alta o, por lo menos, con nombre suficiente como para mirarle a los ojos. Lo que le queda por confirmar es que también puede ser un equipo dominador y que pase por encima de su rival cuando éste es de la zona baja. No han sido muchas las veces que el equipo verdiblanco se ha comportado como un grande cuando se ha medido a un pequeño y, de hecho, es lo que falta por confirmar en esta segunda vuelta en la que todo parece haberse puesto de cara.

invicto. Lo bueno es que el partido es en Los Campos de Sport y ahí el Racing va rodado. Se mantiene invicto y en sus dos últimas apariciones ante buenos equipos como el Real Unión y la Cultural, ha anotado ocho goles y sólo ha encajado uno. No sólo eso, sino que Parera apenas ha tenido que intervenir. No pierde el conjunto cántabro desde aquel accidente de Valladolid en otoño pasado y en este 2022 sólo ha recibido tres goles mientras que, sobre todo en las últimas semanas, está viendo portería con facilidad.

Quien despertó a lo grande el pasado miércoles fue Cedric, que llevaba casi cinco meses sin celebrar un gol propio y ese día se puso las botas anotando tres. Tras ese banquete, todo racinguista está expectante para comprobar si aquello fue el inicio de una buena racha similar a la que tuvo el curso pasado por estas fechas. Entonces, se pasó prácticamente diez partidos anotando casi uno por encuentro. Bueno sería que se subiera ahora a una ola semejante que le acompañara hasta final de curso.

Pocas dudas hay de que el nigeriano repetirá en el once inicial por mucho que vaya a ser su tercer partido en una semana. A estas alturas de campeonato, las modificaciones en las alineaciones suelen ser incluso menores que en la primera vuelta. Sobre todo, en aquellos proyectos que ya han cogido una buena velocidad de crucero. Reconoció Fernández Romo el viernes que sus hombres están cansados pero, tras otros dos días desde entonces, a buen seguro que no habrá ni uno que no se preste voluntario a jugar. Porque nadie se quiere perder la posibilidad de participar en esta dinámica en la que anda sumido el equipo. Sólo se puede dar por seguro un cambio, que será el provocado por la baja de Soko por sanción.

Pocas dudas hay sobre que será Arturo quien se trasladará a la banda derecha. Quedará, por lo tanto, vacante la izquierda. El primero en la fila a día de hoy parece Marco Camus, que, junto a Pablo Torre, fue el único que mostró un aspecto reconocible en Talavera. Siempre hay que estar abierto a que comience otro compañero acompañando a Íñigo en lugar de Fausto y, aunque Mantilla ya cumplió con su castigo por ver cinco amarillas el pasado miércoles y hoy estará disponible, lo más probable es que se repita la misma retaguardia con Pol Moreno y Bobadilla en el centro de la misma. Lo cierto es que uno mira los números del equipo con el riojano en el campo y son escandalosos, ya que prácticamente no ha tenido que recoger nunca el balón de su portería. Para colmo, viene de estrenarse como goleador el pasado miércoles.

Es normal que Fernández Romo quiera echar mano de su traje de gala porque el partido, más allá de las tentaciones que presente, supone una oportunidad para dejar claro a quien quiera escuchar o a quien le interese que no va a ser el Racing un líder efímero de los que se deje puntos así por así. Porque está claro que, además, si un equipo quiere ser campeón y ascender por la vía rápida, ha de ganar al Zamora en su propio campo. Eso no se negocia.

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