Conforme más alto vuelta un equipo mayor estructura necesita. Por eso el Racing ha aumentado de manera considerable su organigrama deportivo con vistas a la próxima temporada. Si el pasado año la plantilla fue armada a cuatro manos por Víctor Alonso y, sobre todo, Guillermo Fernández Romo, esta vez el equipo de trabajo será mayor. Para empezar, por encima habrá un director deportivo que lo coordinará todo y a éste se sumarán especialistas en labores de scouting para tratar de acertar con los fichajes. Aumenta la exigencia y aumenta también el personal. Al menos, respecto a la temporada pasada, ya que hasta hace pocos días había una figura importante como era la de Manu Fajardo que se ha quedado por el camino antes incluso de empezar a caminar.

Éste llegó con la idea de ser, como dijo el club, «la punta de lanza» del proyecto. Es decir, quien organizara el área deportiva y quien tuviera la última palabra. Prometía formar un equipo bien coordinado con Fernández Romo, Víctor Alonso y otros técnicos de su confianza, pero de pronto le ficharon a otro que estaría por encima de él, que fue Mikel Martija. Éste sería director deportivo y él secretario técnico. Vio el andaluz que ya no iba a tener tanto mando en plaza como había pensado y por eso concluyó que, para realizar esa función secundaria que iba a tener en el Racing, podría desempeñarla en algún club de Primera División. Por eso pidió la cuenta y se fue. Al parecer, estaría cerca de sumarse al Rayo Vallecano aunque no hay nada oficial al respecto.

Se ha ido Manu Fajardo pero eso no quiere decir que el organigrama deportivo se vaya a resentir demasiado. Sí era un profesional con trayectoria, reputación y capacidad para haber aportado muchas cosas pero es cierto que su labor iba a quedar limitada tras la llegada de Martija. En un Racing que, como dice su presidente, aún mantiene una «economía de guerra», podría ser discutible si necesita tanto un director deportivo como un secretario técnico. De hecho, es probable que no llegue nadie a cubrir la salida del andaluz porque, en el fondo, lo que hubo fue un cambio de planes sobre la marcha.

Martija llegó para que, entre otras cosas, no hubiera una concentración de poder en torno al entrenador del primer equipo, que no ha tenido las mejores relaciones con su homólogo en el filial y con los coordinadores de las categorías inferiores. No ven las cosas de la misma manera en muchos aspectos y eso puede suponer un problema. Por eso el club entendió que era sano que hubiera alguien por encima que no se casara con ninguno de los dos ‘bandos’. Con todo, Fernández Romo y Víctor Alonso ni mucho menos se han quedado solos y tienen trabajando junto a ellos a un par de profesionales que, por encima de todo, se dedican a ver muchas horas de fútbol al día para poner los nombres más interesantes encima de la mesa.

Uno de ellos es Néstor Pérez, que fue el director deportivo del Ejea que contrató a Fernández Romo como entrenador semanas después de que éste se hubiera incorporado al Racing como coordinador de las categorías inferiores, y el otro es Diego Peláez, exfutbolista que compartió aventura con el técnico madrileño en el Sabadell. Los aficionados verdiblancos con buen ojo y mejor memoria le recordarán porque formaba parte de aquel Racing de Ferrol con el que pugnó el conjunto cántabro hasta el último día en la temporada pilotada por Pedro Munitis.

Peláez ha dejado el fútbol en activo aunque en sus últimas campañas coordinaba su labor sobre el césped con la de scouting, por lo que ya tiene jugadores a los que tiene bien cogida la matrícula. Es natural de Santiago y como futbolista pasó por las categorías inferiores del Celta, el Pontevedra, el Coruxo, el Compostela, la Cultural Leonesa, el Racing de Ferrol, el Marbella, el Sabadell, el Mirandés, el Conquense y el Teruel. Todo un trotamundos, como tantos de los que se mueven por la categoría de bronce.

La aventura de Néstor Pérez en el Racing es la primera que afronta fuera del fútbol aragonés, donde se ha granjeado una reputación. Lo ha hecho tanto como entrenador en un buen número de equipos como director deportivo en el Ejea, que es donde coincidió con Fernández Romo. Él mismo acabó bajando al banquillo durante el curso recién terminado pero en octubre acabó ese ciclo, lo que no le sirvió de mucho al conjunto maño porque terminó perdiendo la categoría. Fue el verano pasado cuando decidió pasar a ser técnico, algo que ya había sido en la campaña 17-18 consiguiendo el ascenso a Segunda B. Al curso siguiente, fue cuando se puso al frente de la dirección deportiva y contrató a Fernández Romo, con quien parece que formó un buen grupo de trabajo porque ahora éste ha reclamado sus servicios. Se fía del ojo que pueda tener a la hora de captar futbolistas que puedan reforzar al plantel verdiblanco.

Romo tuvo por encima a Néstor Pérez pero por debajo a Diego Peláez, ya que éste era el jugador y el madrileño su entrenador. También se estableció entre ellos una buena relación de confianza y es de suponer que el técnico percibió en él a un buen conocedor de lo que se mueve en el mundo del fútbol. También él está ya manos a la obra viendo muchos jugadores apetecibles, preguntando y poniendo nombres encima de la mesa. El Racing no ha hecho oficial sus incorporaciones pero ya están trabajando de manera coordinada con el entrenador y con el director deportivo, que al final va a ser quien tenga siempre la última palabra porque es el que ha de organizar y coordinar la maquinaria que, poco a poco, va montando el Racing. Lo que está por ver es si llegará alguien más. Aseguró el entrenador del conjunto cántabro que el mes de mayo no serviría para fichar pero sí para estructurarse y es lo que ha hecho el club.