De pronto, el Racing se ha visto en mitad de tabla y con siete puntos de margen respecto al descenso. Es una situación desconocida para toda una generación de racinguistas. La última vez que se vio tan cómodo en una categoría profesional estaba Marcelino en el banquillo, lo que da una idea de la rareza que supone. Esto puede generar la tentación de la relajación, de que el equipo se acomode sobre la colchoneta y se deje llevar por la corriente del río hasta llegar al mar. José Alberto cree que «no existe ese riesgo». Mejor así. Es quien mejor conoce lo que se mueve en su plantilla y quien trabaja diariamente con el grupo de futbolistas que ya ven el inmenso océano muy cerca.

«Los jugadores me demuestran cada día que no se van a relajar, lo hacen con la intensidad de sus entrenamientos y con la competitividad que muestran», explica el entrenador verdiblanco para tranquilidad de todos. Además, destaca que todos los futbolistas están «en un buen estado de forma» y que, para colmo, esta semana por fin ha disfrutado de la «excelente noticia» de contar con todos excepto con Pablo Bobadilla. Todo va bien pero hay que seguir atento, ya que el objetivo aún está por conseguir. Esta afirmación no se negocia.

La garantía que vende José Alberto para tranquilizar al personal sobre una posible relajación se apoya también sobre la «ambición» que le transmiten sus hombres. «Quieren seguir mejorando como colectivo y competir al máximo nivel», apunta. Y es que, tiene bien claro que «todavía no hemos hecho nada y queda mucho por remar». «Hemos hecho algo importante, que es tener una reacción inmediata, pero ahora hay que seguir confirmándola en el día a día y en cada partido porque no podemos parar hasta lograr el objetivo», explica el técnico ovetense.

De hecho, entiende que ni siquiera cuando matemáticamente estén salvados se pueden permitir parar porque hay que mantener «esa ambición» que esté a la altura de «un club como el Racing». Por eso tiene claro que «hay que seguir apretando y mejorando».

Y tiene la certeza de que sus futbolistas opinan igual que él y que, para empezar, el lunes se van a encontrar con un duelo «muy difícil contra un equipo muy bien trabajado defensivamente». Y para sacarlo adelante no sólo necesita la mejor versión de los suyos, sino también la de la «afición para que siga insistiendo y apretando».

El hecho de percibir un gran momento de forma en cada uno de sus pupilos ayuda a generar una competitividad interna que resulta fundamental para construir esta tendencia positiva que viene marcando el Racing. Y es que, José Alberto ha demostrado ser fiel a unas alineaciones muy similares y a permitir que el racinguista se aprenda de memoria un once, lo que, en su opinión, «habla bien no sólo de los que juegan, sino, sobre todo, del colectivo». De hecho, recuerda que buena parte de los partidos de Segunda División «se deciden a partir del minuto sesenta y esa última media hora la juega gente que entra desde el banquillo». Por eso tiene claro que «quienes no juegan son quienes hace cumplir los objetivos a final de temporada».

En su caso, para colmo, subraya que están a «un nivel brutal» que empuja al resto.

Un buen ejemplo del estado de forma de sus hombres está en la posición de medio centro, donde, según sus palabras, parece probable que repitan Íñigo y Aldasoro, por lo que Juergen apunta a comenzar en el banquillo. Al colombiano, en palabras de José Alberto, le falta «continuidad, minutos y más rodaje». Ha estado de baja durante buena parte del tiempo que lleva al frente del Racing y eso ha marcado su camino. Más aún cuando, para colmo, hacía falta una reacción inmediata que no permitía esperar a nadie. Con todo, destaca el técnico el alto nivel al que, por ejemplo, jugó el americano en Málaga ante la baja del capitán del mismo modo que la media hora que completó Fausto Tienza. Tiene donde elegir.

En el caso de la delantera, confiesa estar «contento con lo que está ofreciendo» Baturina.

Es consciente de que no puede exigir goles a sus puntas pero sí «continuidad al juego, presión intensa tras pérdida o que se agrupe con el equipo para jugar en pocos metros». Y entiende que el croata se lo está dando. Cedric parece que no porque es el último de la fila y la pasada semana incluso se quedó fuera de la convocatoria: «Es un tema complicado para él. La semana pasada estuvimos hablando con él y hay que ayudarle a que se acerque al mejor nivel, que posiblemente sea también una cuestión de confianza». En el fondo, necesita minutos y éstos, a estas alturas, están muy caros.

Pocos cambios, por lo tanto, se prevén para el encuentro del próximo lunes contra un Huesca al que José Alberto define como un equipo «sólido a nivel defensivo, que juega muy junto y bien trabajado en los momentos sin balón». Será complicado meterle mano y precisamente por eso considera que su equipo va a necesitar «fluidez y ritmo de circulación para poder progresar». En este punto quizá el ya citado Juergen podría tener su oportunidad.

El técnico asturiano llegó anunciando una mejoría en la posesión y da la sensación de que el encuentro del lunes puede ser una buena oportunidad para enseñarla.

Con todo, si ha habido una mejoría incuestionable tras el cambio de entrenador ha sido el rendimiento goleador de Mboula. Antes de la llegada de José Alberto, había rematado 17 veces sin marcar ni un solo gol y, desde su aterrizaje, ha marcado seis en otros 17 lanzamientos.

Lo primero que deja claro el entrenador asturiano es que el catalán «define muy bien y lo demuestra con hechos y en la competición».

Con todo, sí veía que antes «acababa muchas jugadas pegado a la línea o que en cortes entre áreas acababa con un tiro sin ángulo o en una situación de centro». Ahora, en cambio, está acabando «más centrado y eso le permite estar más cerca del gol». Para él es importante porque sabe que el Racing necesita «que la segunda línea pise área». Más aún, cuando la aportación goleadora de quien suele jugar más adelantado, sea quien sea, está siendo tan escasa.